Diego C. Delgado Jara
1. Una encuestadora es una arma poderosa de persuasión política disimulada. Puede ser un instrumento muy bien y suculentamente financiado por quienes demandan sus servicios para asaltar la mente de los ciudadanos; que puede servir para desmoralizar a un grupo social adversario presentándolo como un proyecto sin destino ni apoyo social; o, de modo alternativo, para retocar una imagen deteriorada o repudiada para, por ejemplo, hacer aparecer a un grupo opresor como una importante entidad con apoyo popular y adhesión social, y como si fuese un colectivo esperanzador.
2. Puede ser y muchas veces -y de hecho es- constituye una auténtica empresa promotora cuyos datos propagandísticos sesgados y difundidos con antelación, por poderosos medios de comunicación, en determinados estratos sociales sirven para hacerle aparecer como una expresión amable aunque en la realidad sea una auténtica gavilla de represores o una banda delincuencial, responsables de reprobables políticas antinacionales y antipopulares.
3. Puede ser y es muchas veces una instancia interesada de propaganda disimulada y refinada, que aplica en forma aviesa lo que enseñaba Nicolás Maquiavelo en El Príncipe: “Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos.” Son promotores anticipados de falsedades políticas como ha sucedido en esta campaña electoral. Incluso es notorio que, con dinero del propio pueblo, crean ”encuestadoras” para desarrollar el embuste, para realzar gobiernos infames y engañar a la misma ciudadanía a la que le despojan de su patrimonio social y nacional. El mayor creador de encuestadoras o utilizador de las existentes, y difusor de resultados que por lo general son falsos y arreglados, ha sido el régimen de la “revolución ciudadana” o “fascismo del siglo XXI”.
4. Las encuestadoras que respaldan al régimen son las muletas del engaño. Preparan, acondicionan hasta sicológicamente a los pobladores, para que acepten de manera pasiva el engaño planificado con antelación por los opresores. Organizan y previenen, bajo la apariencia de “objetividad”, a que la ciudanía acepte, por ejemplo, resultados electorales fraudulentos. A veces incluso con resultados incompatibles con la realidad. Los ciudadanos despistados cuando escuchan las mentiras preparadas con antelación para el fraude dicen en forma candorosa: “Eso ya se dijo.” “Eso ya sabíamos.” “Se preveía aquello.” Domesticándose al engaño meticulosamente planificado.
5. ¿Quiénes financian a las encuestadoras? Los gobiernos interesados en retocar su imagen, empresas poderosas anhelantes de promover sus productos de discutible calidad, organizaciones o políticos acaudalados anhelantes de poder. Resultando evidente que, por lo general, trabajarán para beneficiar a quienes los financian y cumplir los empeños de quienes son sus clientes conocidos. Los mayores utilizadores de las encuestadoras son los gobiernos que las contratan para surtir de imágenes falsas y hasta benevolentes a la sociedad. Otras veces, en forma complementaria, crean encuestadoras para “perfilar la opinión” ciudadana, para mejorar su mala facha y su pésima conciencia. Son como la aviación enemiga encargada de ablandar a la población a la que pretenden asaltar para dominar.
6. El libertador Simón Bolívar enseñaba que los dominadores de siempre: “Más que por la fuerza nos dominan por el engaño.” Y eso hemos visto, en forma descarada, cuando funcionarios del gobierno al más alto nivel se inventaron encuestas para “justificar” la falsedad de que ganarían en forma abrumadora en la primera vuelta. De manera específica la máxima autoridad de las universidades René Ramírez, Secretario Nacional de Ciencia y Tecnología, SENESCYT, comunicó de manera mentirosa a los ecuatorianos que según la Universidad norteamericana de Georgetown, Lenin Moreno tendría el 41% y Guillermo Lasso el 18%. PERO RESULTA QUE LA UNIVERSIDAD DE GEORGETOWN LE ACLARA Y LE DICE AL FUNCIONARIO MENTIROSO QUE NO ES CIERTO, QUE NUNCA HAN HECHO ESA ENCUESTA EN ECUADOR. Lo aclara Mathew Carnes, Director del Centro para Estudios de América Latina de Georgetown, así como Hector Schamis, autoridad superior de esa misma Universidad. Lo aclaran por varios medios, desde el uso de Twitter hasta por distintos órganos de comunicación internacional. ¡ESA ENCUESTA QUE TANTO SE DIFUNDIÓ EN ECUADOR POR PARTE DEL GOBIERNO, Y COMO MECANISMO ELECTORAL DE ENGAÑO, ERA ABSOLUTAMENTE FALSA Y QUIEN ERA EL INVENTOR DE SEMEJANTE PATRAÑA ERA LA MÁXIMA AUTORIDAD DE LA SENESCYT!. (Puede verse la última aclaración en El Universo, domingo 19 de febrero del 2017, pág. 7). ¡Y hablan en las sabatinas injuriosas que “hay que huir de la mentira peor que de la peste”!
7. Pero eso no es todo; la agencia informativa gubernamental ANDES publicó en diario El Telégrafo un resultado similar adjudicando más del 40% para el binomio de Alianza País, Lenin Moreno y Jorge Glas, y señalando que habría una sola vuelta, indicando que la encuesta la había hecho la agencia NUMMA. ¡Pero la Agencia NUMMA aclaró que jamás había realizado dicha encuesta! ¡ES DECIR PRIMERO SE INVENTARON LOS RESULTADOS CON ENCUESTAS FALSAS BIEN DIFUNDIDAS, SUPONIENDO QUE LA GENTE NUNCA SE IBA A ENTERAR, PARA LUEGO PRETENDER HACER CREER ESAS MENTIRAS PLANIFICADAS Y ACOMODAR LOS RESULTADOS DIFUNDIDOS CON ANTELACIÓN!
8. Primero inventaron las encuestas con los datos y resultados falsos PARA LUEGO ACOPLAR O ACOMODAR ESOS “RESULTADOS” AL PROCESO ELECTORAL! ¡Así trabajan las distintas fracciones de la oligarquía y el pueblo tiene que aprender sus patrañas y métodos de persuasión y dominación social!
Quito, febrero del 2017
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