miércoles, 22 de febrero de 2017

De victimarios a víctimas: el recurso de AP para resucitar a Lenín

  en La Info  por 
Alianza País acaba de encontrar el único recurso con el que podía sacar a la candidatura de Lenin Moreno de la cloaca en la que se hallaba hasta el mediodía del martes. Y ese recurso tiene un nombre: victimización.
Bajo la batuta de Correa y con el coro de todos sus áulicos, Alianza País comenzó a posicionar la idea de que la candidatura de Moreno ha sido víctima de un fraude.
El concepto es muy sencillo. Apareciendo como víctimas de fraude, los de Alianza País pueden revertir la inmensa sensación de tramposos y ladrones que dejaron en el aire luego de que el CNE prorrogó inexplicablemente el anuncio de los resultados oficiales el domingo en la noche. Esa sensación colectiva es la que ha movilizado a miles de personas indignadas a manifestarse en Quito, Guayaquil y otras ciudades. Es también la plataforma anímica que estaba colocando a la candidatura de Guillermo Lasso en una posición privilegiada para ganar en una segunda vuelta.
La victimización, además, no es un recurso nuevo para Alianza País. En el 2006 ese movimiento también aseguró haber sido víctima de un fraude electoral después de la primera vuelta en que Correa quedó segundo luego de Álvaro Noboa. No hay que olvidar que en ese entonces, el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, decidió retirar al argentino Rafael Bielsa, como jefe de la misión de observadores de la OEA, por pedido de Correa quien entonces era candidato por primera vez. Ahí, Correa entró a la segunda vuelta con etiqueta de perjudicado por el poder y el capital de un millonario como Noboa. ¿No recuerda eso a algo?
El proceso de victimización arrancó con los lamentos cizañosos que Correa puso en su cuenta de Twitter en los que, además, dejó en claro en que es un pésimo perdedor. “¿Casualidad o mano chueca en el CNE?” se preguntaba Correa minutos más tarde de la intervención de Pozo en el hotel Marriot. “Si alguien debiera hablar de fraude debería ser Alianza País”, agregó en su mensaje para luego sugerir que resulta extraño que únicamente el exit poll o encuesta a boca de urna de Cedatos le daban a su movimiento un porcentaje menor al 40% que la ley establece como condición para que una candidatura gane en primera vuelta.
Todas las otras exit poll, sostenía Correa, le daban a la candidatura de Moreno desde el 40,6% hasta 46% de votos. Incluso, decía, con el margen de error estadístico de Cedatos “también superamos el 40%”. Correa, así, pretendía posicionar como algo muy sospechoso o extraño que los resultados hayan contradicho a los resultados del CNE. “Tanta violencia para impedir que se cuenten los votos, ¿acaso es que saben algo que nosotros no?”, agregaba el Presidente.
Lo insólito es que Correa afirme todo esto cuando ha sido él quien ha tenido control del CNE antes y luego del proceso electoral. Pozo ha sido, incluso, una persona que se ha vanagloriado de su amistad y que no ha perdido ocasión para recordar que el Presidente es su compadre. Además, hasta 12 horas antes de que hable de fraude, Correa había defendido el trabajo de Pozo y el CNE, asimismo, en mensajes colocados en redes sociales.
Luego vino el propio Lenin Moreno. Aunque mucho menos directo también dejaba en el aire la idea de que el CNE estaba actuando por fuera de la ley. “La posibilidad de ganar en una sola vuelta está intacta. El CNE no está para elucubrar con tendencias, sino para declarar resultados finales”, puso en su cuenta de Twitter.
Pero sin duda, el acto más histriónico y sonoro fue el de José Serrano, ex ministro del Interior y candidato a la Asamblea por Alianza País. Serrano no solo hizo declaraciones afirmando que habían existido irregularidades durante las elecciones en el exterior sino que envió una carta a Pozo en la que le reclamaba que hubiera dicho que había una tendencia estabilizada que permitía afirmar que habría segunda vuelta. “Para el Movimiento Alianza País se ha cometido un grave error al generar afirmaciones sobre una tendencia en los resultados electorales a partir de datos que no son definitivos ni han pasado aún por todo el debido proceso, como son los escrutinios en todas las provincias”, decía Serrano en la carta en la que insistía en supuestas irregularidades. Curiosa reacción de Serrano, sin duda, tomando en cuenta que hasta que ellos se consideran ganadores no presentaron ni una sola denuncia teniendo en cuenta que Alianza País tuvo delegados en prácticamente todos las mesas y recintos electorales. ¿Por qué no salió a denunciar Alianza País esos datos el domingo cuando festejaban el triunfo? ¿Resulta que solo hubo fraude cuando se extinguían las posibilidades de ganar en una suela vuelta?
Carta AP
CARTA DE JOSÉ SERRANO ENVIADA AL CNE
La carta de Serrano incluso parece haber sido lo que provocó que Juan Pablo Pozo se presentara pasadas las nueve de la noche del martes para hablar nuevamente (lo había hecho a las 14:00) y dejar aún más en suspenso la posibilidad de que haya segunda vuelta. Pozo apareció únicamente para decir que computado el 97,20 % de las actas Lenin Moreno tenía el 39,31 % de los votos y Guillermo Lasso el 28,25 %. No dijo, sin embargo, nada sobre una segunda vuelta y más bien aseguró, que el CNE se compromete a dar datos certeros que den seguridad jurídica cuando se haya contabilizado el 100% de los votos. Esta vez no hubo ronda de preguntas de los periodistas, lo que aumentó las suspicacias entre quienes seguían los acontecimientos.
Posicionándose ante la sociedad como víctima de un supuesto fraude, Alianza País podría revertir el patrón de opinión que estaba enraizándose en un importante sector de la sociedad y que tanto podía afectar a la candidatura de Moreno: de que ellos estaban fraguando el fraude a su favor. Con el discurso del fraude cometido en su contra, por el contrario, pretenden pasar de ser los chicos malos de la película para convertirse en los buenos que son atacados por los malos.

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