Los Yasunidos tuvieron dificultades para acceder a las
oficinas de la asamblea
El colectivo entregó ayer una petición a la Presidenta de la
Asamblea para que investiguen la presencia de pueblos no contactados en el
Parque Nacional Yasuní. Virgilio Hernández, de AP, dijo que no firmaba y ya.
Con carteles y formularios llegaron ayer cerca de 20 jóvenes
del colectivo Yasunidos a la Asamblea Nacional.
Su ingreso fue obstaculizado, pese a que la asambleísta de
Pachakútik Magali Orellana hizo la gestión para el uso de la sala.
Recién a las 10:10, los chicos pudieron ingresar. El objetivo
fue denunciar “el avistamiento de pueblos no contactados, en el bloque 31 del
Parque Nacional Yasuní” y recolectar firmas para impulsar la consulta popular
que evite la explotación.
Con los formularios en las manos y las consignas de “firma
por la vida, firma por el Yasuní”, los jóvenes quisieron recorrer la Asamblea.
Sin embargo, ni siquiera lograron salir del pasillo del segundo piso del Aula
1. Un cerco de seis miembros de seguridad impidió su paso.
En ese momento, Gastón Gagliardo, de Alianza País, apareció
en escena y dio su no rotundo a los jóvenes. No firmó el formulario. “Si
ustedes tienen una posición, yo la respeto -dijo-, pero no la comparto”. El
asambleísta se comprometió a recibirlos la próxima semana para una reunión con
la Comisión de Biodiversidad, presidida por Carlos Viteri, y luego a una
exposición en el Pleno sobre el Yasuní.
Pese a no haber obtenido la firma, el entusiasmo de los
chicos continuaba en la Asamblea. “¡Virgilio, firma por el Yasuní! ¡Gabriela,
firma por el Yasuní!”, eran las consignas que gritaban los jóvenes.
Detrás del cinturón de seguridad, los oficinistas adelantaban
el paso sin mirar a los Yasunidos. Atrás del cordón de seguridad salió Virgilio
Hernández, que tampoco firmó. “No voy a firmar, no lo voy hacer”, fue la
respuesta del legislador frente al acaparamiento de los jóvenes que le
insistían con los formularios.
“Creo que la resolución de la Asamblea concilia las
necesidades de preservar un patrimonio como el Yasuní -dijo Hernández- pero
también las necesidades de recursos para poder enfrentar los problemas del
país”.
Su respuesta no resolvió las inquietudes de los chicos, entre
los que había sociólogos, universitarios y activistas ambientales. Ellos
demandaban que la Asamblea interfiera y cese la actividad extractivista en el
bloque 31 del parque.
Tanto los jóvenes como Hernández presentaron sus argumentos
en el pasillo de la Asamblea. Los pueblos no contactados, el desarrollo, la
vida, la democracia, los derechos..., fueron algunos de los planteamientos.
Mientras el asambleísta oficialista respondía los
cuestionamientos de los Yasunidos, su asesor Fernando Buendía comentaba en
susurros que él ya firmó por el Yasuní y que hace 30 años ya se lo esta
explotando.
Diez minutos duró el ir venir de argumentos. Hernández,
finalmente, abandonó el pasillo. Su argumento para escapar de los Yasunidos fue
solo que no firmará y ya. Luego de su salida, los guardias del Legislativo
desalojaron a los jóvenes. Los fotógrafos y periodistas también salieron.
A la salida, cerca de las 11:30, no lograron recolectar una
firma más. La guardia también se negó a firmar. (Red. HOY)
Los pueblos no contactados a la Asamblea
Los miembros del colectivo Yasunidos denunciaron ayer en la
Asamblea Nacional la presencia de pueblos en aislamiento voluntario en el
bloque 31 del Yasuní.
Su denuncia se basa en el testimonio del sacerdote capuchino
José Miguel Goldáraz, del Aguarico. En una entrevista con El Comercio, el
sacerdote relata que los obreros salieron asustados al ver indígenas desnudos
en esa área.
Eduardo Pichilingue, miembro del Observatorio de Derechos
Colectivos del Ecuador, dijo que, ante la presencia de estos pueblos, se debe
parar de inmediato la actividad extractivista. Él basa su argumento en el
inciso 21 del artículo 57 de la Constitución, que señala que los territorios
que habitan los pueblos no contactados son intangibles y que queda vedado el
extractivismo.
En la rueda de prensa ocho Yasunidos llevaban carteles en
defensa de los pueblos Taromenane y Tagaeri. Su solicitud de cese de la actividad
en el bloque 31 fue entregada a la asambleísta de Pachakútik Magali Orellana.
la que entregó la misma a la Presidencia de la Asamblea. Otro de los pedidos
fue que la Fiscalía haga un peritaje antropológico en el lugar.
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