martes, 8 de abril de 2014

Caso Extra: la Supercom moraliza...



La Superintendencia de la Información y Comunicación (Supercom), que preside Carlos Ochoa, volvió a fallar en contra de diario Extra. Lo acusa de discrimación sexista por su espacio semanal “Lunes sexy”. Su resolución, un documento de 11 páginas plagado de criterios moralistas expresados en un lenguaje supuestamente semiótico, eleva una interpretación teórica a la categoría de jurisprudencia.

¿Puede la semiótica -o un ejercicio metalingüístico de supuestos alcances semiológicos- convertirse en una teología moral a partir de la cual sentar jurisprudencia sobre la vida pública? Todo indica que la Supercom cree que sí. Su último fallo contra diario Extra, que cuestiona y condena su sección semanal “Lunes sexy” por considerarla discriminatoria, apela a valores abstractos y especulativos y les confiere la categoría de normas de conducta.
Todo comenzó con una denuncia de la asambleísta Soledad Buendía. Según ella, la portada de Extra del 26 de agosto de 2013, donde aparece la modelo colombiana Claudia Hurtado con lencería, “atenta contra los derechos constitucionales de la mujer respecto a los contenidos discriminatorios y sexistas”. ¿Representa ella los intereses de Hurtado? No. La modelo ha declarado por escrito su conformidad con la publicación y ha dicho que ella no solicitó a la asambleísta que la represente. Buendía actúa a nombre de “la mujer”: primera entelequia; y, a partir de ella, la Supercom inició un proceso en el cual la voluntad y los intereses de Claudia Hurtado no cuentan. Ella es tratada como si no pudiera ocuparse de sus derechos.

La resolución de 11 páginas, firmada por el superintendente Carlos Ochoa, se divide en dos partes: los fundamentos teóricos y las consideraciones jurídicas. Entre estas últimas, no se cita ninguna ley (y no se podría, porque no existe) que prohíba la publicación de fotos de mujeres semidesnudas; solo artículos referentes a procedimientos y a principios generales sobre la discriminación. En realidad, la resolución -que responsabiliza a diario Extra de discriminación sexista- se fundamenta en la parte teórica, que no es otra cosa que un informe del Consejo de Regulación de la Comunicación.
Dicho informe es, estrictamente, una interpretación. Expresada en jerga seudocientífica, organizada metodológicamente y autolegitimada con citas eruditas, sí, pero una interpretación, al fin y al cabo. Una que termina apelando a “los temores y deseos profundos de los individuos y grupos sociales” (otra entelequia), y concluye que diario Extra cosifica y discrimina a “la mujer”. Una farragosa elaboración verbal de presunto carácter técnico para sostener principios morales. Interpretaciones sobre la base de teorías y principios morales de otro tipo podrían concluir cosas diferentes. ¿Por qué, entonces, la interpretación de la Supercom pretende elevarse a derecho? ¿En qué parte de la ley se dice que las visiones moralistas deben llevarla a sentencias inquisitoriales?

 ¿Cuándo la Asamblea les otorgó prerrogativas para que, en un país laico, ellos erijan en derecho visiones de moral victoriana?
El punto de vista de un psicoanalista
Rodrigo Tenorio Ambrossi es psicoanalista y psicoterapeuta de la Universidad Nacional Autónoma de México. Es articulista de opinión y columnista de Diario HOY.
Esto es un abuso de poder y un caso de moralismo medieval

¿Cuál es su reflexión sobre el caso del Extra, en el cual la Superintendencia de Comunicación (Supercom) condena a un diario por una denuncia de una señora que no estaba involucrada?
Se entiende que alguien tiene derecho a denunciar sobre sus propias cosas. Si alguien publica sobre mí, Rodrigo Tenorio, tengo derecho a reclamar y pedir todo lo que sea jurídicamente. Pero una tercera persona que no ha sido delegada por mí no puede atribuirse mi criterio ético o jurídico para demandar sobre algo que no he pedido.
Esa persona, aparentemente, actúa a nombre de la mujer, como género.
Pero la mujer no existe. Ni los niños. No puedo demandar a nombre de los niños. Lo que puedo hacer es comentar a nombre de los niños, de la mujer, de la heterosexualidad, de la homosexualidad, pero no puedo demandar a nombre de eso.
Una cosa es el comentario, que puede ser social, antropológico, jurídico, religioso o lo que sea. Pero no puedo hacer una demanda jurídica de eso. Ahí hay un abismo que separa el concepto del derecho. El derecho es de el de la mujer que sale (en el Extra) y ella ha hecho un contacto con el periódico, ella es la responsable. Si ella demandase, sería distinto.

En esa denuncia se atribuyen, supuestamente, valores a nombre de los cuales se piensa proteger a la sociedad de un medio que, supuestamente, violenta esos valores. ¿Qué piensa usted?
Eso es ilegal. ¿Quién es el valor? ¿Quién es es la sociedad? ¿Quién es la mujer? Eso no existe. Nosotros hablamos de los niños, de los derechos de lo niños, pero yo no puedo demandar al hombre que se casó hace un mes o dos meses con una niña de 8 años en un pueblo de la India. Yo puedo comentar que eso es absurdo, pero no puedo decir que eso es ilegítimo o ilegal porque, dentro de los campos que opera aquella práctica, es otra cosa. La señora (que demanda) pudo haber hecho un comentario a la prensa, mas no demandar. Ahí, la Supercom está cometiendo un gravísimo error.

¿De qué tipo es ese error? Porque la Supercom asume este tipo de denuncias y les da trámite sin que los involucrados estén y a nombre de esos supuestos valores o representaciones que tendrían los denunciantes.
La Supercom está totalmente equivocada. No está sancionando económicamente pero sí administrativamente. Esto es una aberración jurídica y ética. No le corresponde. Se está introduciendo en espacios a los que no tiene que llegar. La Supercom no está llamada a eso.

¿Cómo se puede entender que la Supercom, siendo un organismo público, sancione a un medio haciendo suyos valores éticos que supuestamente debieran imponerse a todos?
La Supercom se ha convertido, o se convertiría en el espacio de la moralidad pública. La Supercom puede decir que todo aquello que se publique en una revista como Soho, por ejemplo la chica que aparece semidesnuda, va en contra de la ética y, entonces, le sancione.

¿Cree usted que se está retrocediendo en la visión de lo que es una sociedad laica y con ciudadanos maduros, que buscan información o entretenimiento donde quieran encontrarlos y desprovistos de este tipo de moralismos?
No diría que es un retroceso a ese espacio, sino que es un abuso de poder por una parte y una ubicación, por supuesto, en un moralismo medieval. En el Medioevo, la Iglesia juzgaba y decía qué era bien y qué no y con un moralismo absolutamente trasnochado.
Si se analiza este caso desde la psicología social y desde la contemporaneidad, ¿a qué se está enfrentando el país con la aparición de este ente que ahora tiene un papel medio inquisidor?
Están asumiendo actitudes que no van de acuerdo al pensamiento y los criterios contemporáneos de la libertad, de la autonomía, de la capacidad de exposición fotográfica, pictórica, literaria. Si hay un ente que va a juzgar absolutamente todo eso, vamos a quedar atrapados en una sociedad carcelaria, de vigilar y castigar, que es de lo que hablaba Michel Foucault. Vamos a tener un ojo divino vigilándonos para ver qué es lo moral y qué no de manera inapelable. Eso es un gran retroceso en las libertades.

El sexismo según quien lo mire...
Revolucioncirijilla. Bienvenidos amiguillos-pillos al país de Ned Flanders... La frase, fruto de la ironía y en alusión al personaje de Los Simpson, circula en las redes entre quienes critican los análisis del Cordicom y la sanción de la Supercom en torno al espacio Lunes Sexy de diario Extra.
La tuitera @sylviazul escribe que “las demandas histéricas NO van a eliminar el sexismo cultural/social. Al contrario, pueden ser una forma de alimento al morbo”. Y Juan Fernando Carpio dice desde @jfcarpio: “Si eres tabloide no puedes decir ‘potra’ a alguien que lo consiente; si eres presidente puedes decirle ‘gordita horrorosa’ a alguien que no”.
 Roberto Wohlgemuth, miembro del Cordicom, dice en Twitter, como contrapunto: “No quiero q mis hijos crezcan en una sociedad donde se promociona a la mujer como objeto, mucho menos para vender periódicos! #BastadeAbusos”. Jennifer Coloma acompaña esa idea: “Cuando una mujer es reducida a ‘tetas y culo’ es decir cuerpo la conviertes en objeto olvidando que es persona #LunesSexy”. Finalmente, la asambleísta Soledad Buendía respondió así a un tuitero: “... yo no estoy contra las chicas en bikini, estoy contra el manejo sexista de la imagen”.
En el ciberespacio
Es tan ridículo enjuiciar a Extra por su Lunes Sexy, como ridículos fueron los conservadores que enjuiciaron a Hustler, de Larry Flint.
Jorge-o, @hariseldonec
Extra ofreció disculpas. Ahora @supercomec OBLIGUE a Correa q se disculpe con mujeres q hemos sido insultadas x él.
Betty Escoba, @basoledispa
#LunesSexy Yo estoy en mi derecho de expresar mi rechazo a ese trato, pero no de prohibírselo al medio.
Morgana, @merlinadelgolfo
La pena a Extra debió ser, x último: PROHIBIR las fotos de #LunesSexy EN LA PORTADA. Si alguien quiere ver y lo compra, problema suyo.

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