Publicado en la Revista El Observador (Octubre de 2018, edición 107) |
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La Universidad Andina Simón Bolívar en Quito, fue la sede del Simposio Internacional por los Derechos de la Naturaleza, los días 27 y 28 de septiembre de este año, bajo la organización del Comité Ecuatoriano para la Defensa de la Naturaleza y el Medio Ambiente (CEDENMA), organización fundada en 1987 e integrada por 40 organizaciones, 8 asociaciones y varias personas naturales.
Defensores de la Madre Tierra (Pachamama), como activistas, académicos, operadores de justicia, miembros del Movimiento Global, se dieron cita para hablar sobre el presente y el futuro de nuestro y único planeta llamado Tierra. Preocupados por la dominación, manipulación y subordinación de la Madre Tierra por parte del hombre y de su hegemónico sistema de acumulación, que la considera como un bien apropiable, un recurso natural ilimitado y explotado.
Desde el auditorio de la Andina, se lanzó al mundo un S.O.S. “conocedores de que la forma antropocéntrica de la naturaleza nos ha llevado a una crisis ecológica sin precedentes en la historia de la Tierra, que está devastando la vida en el planeta, que se manifiesta en el cambio climático, en extinciones masivas de especies animales y vegetales, en el hambre y en la inseguridad alimentaria, en la crisis energética y financiera, y en lo que se ha venido en llamar antropoceno”.
Todos los presentes reconocieron la necesidad de aprender de otras culturas y pueblos, en particular de los pueblos indígenas.
Llegaron de todas partes para intercambiar experiencias, contar historias, denunciar agresiones, hacer pedidos a los gobiernos, como un solo puño, fueron dos días inolvidables para estrechar relaciones de amistad con un solo objetivo: los Derechos de la Naturaleza.
El Observador estuvo presente en la cita para hacer su trabajo periodístico, de principio a fin, entrevistando a los conferencistas, aprovechando los recesos, para conocer las opiniones de los ciudadanos del mundo; qué piensan, qué sienten, que les preocupa, por qué están aquí, y la respuesta fue siempre la misma: “estamos aquí por nuestra Madre Tierra”.
Alberto Ruz (México): “Dicen que el batir las alas de una mariposa pueden provocar tormentas en el otro lado de la Madre Tierra. Así que imagínate, cuántas mariposas habemos aquí, cuántos colibrís, cuántos chasquis, cuántos mensajeros caminantes, estamos agitando las alas. Yo nunca he creído esos de que nada cambia. Cambia todo, como decía la negra Mercedes Sosa. Creo que este tipo de encuentros son puntos donde nos inspiramos los unos a los otros, nos damos fuerza en lo que estamos haciendo, individual y colectivamente en nuestras propias redes, organizaciones, territorios. Estos son puntos de fertilización entre culturas, entre creencias, entre conocimientos, entre vivencias, y surgen nuevas propuestas, nuevos caminos, nuevas visiones, que poco a poco van transformando el mundo”.
Verónica Sacta (Ecuador): “Intento tomar lo mejor de cada momento. Este es un espacio importante que está realizando el equipo de Ecuador (Alianza Global). Nos han congregado a distintos actores, de diferentes partes del mundo, para hablar sobre los derechos de la naturaleza, para hacer una evaluación de en qué momento estamos y hacia dónde vamos. Toda la información que estamos recibiendo de la situación de cada país. Ecuador ha dado un gran paso, es una herencia para la humanidad. Es importante estos espacios para escucharnos los unos a los otros, para analizar cómo trabajamos juntos, cómo nos apoyamos. Sirve para inspirarnos y seguir adelante. En México, donde resido, recién estamos empezando a trabajar por los derechos de la naturaleza. Hace un par de años realizamos el primer foro internacional, con la participación de miles de personas, para aprender de las experiencias; logrando incorporar en la Constitución de México, los derechos de la naturaleza. Creo que hemos dado un gran paso. Un cambio social no se hace de un momento a otro, tarda generaciones, no depende solo de los gobiernos, también depende de la ciudadanía”.
Hilda Santi (Ecuador, Pueblo Sarayacu): “Estamos siendo amenazados. Inconsultamente acaban de firmar los gobernadores del mundo, en EEUU, la venta del carbono. Como pueblos quichuas vamos a denunciar a nivel internacional, porque deben respetar, no vamos a permitir más destrucción de la naturaleza. Lo que hacen es dividir a las organizaciones. Cuando hablan frente a los medios de comunicación, dicen maravillas, que hay apoyo a las comunidades, pero lo que dan es migajas para nuestros territorios. Hemos presentado un proyecto que se llama Selva Viviente, por los seres vivos, desde los más pequeños hasta los más grandes, porque quieren contaminar nuestros pueblos, nuestros ríos. Nuestra Pachamama no es negociable. A la madre no se la puede matar. Como mujeres de Sarayacu, siempre nos entendemos, nos relacionamos, de mujer a mujer. No se puede sacar la sangra a la madre para que se muera. Denunciaremos todos los atentados a la Madre Naturaleza, ante las cortes internacionales.
Domingo Peas (Ecuador, Director del Proyecto Cuencas Sagradas de Napo, Pastaza y Marañón): “Estos promoviendo el mensaje a nivel mundial sobre el cuidado de la naturaleza, porque somos parte de la naturaleza, porque tenemos una interconección a través de las plantas, nos conectamos espiritualmente porque tienen vida. Quién dice que la piedra no es sagrada, para nosotros tiene vida. La Madre Tierra es sagrada. Sin naturaleza no vamos a ningún lado. Hay que trabajar con pensamiento y corazón, debemos integrarnos. Siempre habido la separación de dos mundos: el indígena y el occidental. Nos han dicho que nuestras teorías son un obstáculo para el desarrollo. No entienden que la selva es el corazón del mundo. Por eso hemos puesto en marcha el proyecto de las cuencas sagradas, para dejar bajo tierra todos los recursos naturales no renovables. Este proyecto se inició en el 2017, con la participación de los pueblos de Ecuador y Perú. La tarea que estamos emprendiendo requiere una autoeducación de todo ser humano. Tenemos que influir en instancias gubernamentales, empresariales. Hago un llamado para sentarnos en una sola mesa. Este Encuentro es muy importante, porque motiva a las autoridades de otros países a cambiar de conciencia. El sistema de desarrollo capitalista siempre ha sido la acumulación, no han sido solidarios, no se dan cuenta que perjudican, que hacen una daño irreparable al ser humano. Tenemos que buscar los mejores caminos. Muchos jóvenes empresarios están comprendiendo el mensaje, están retirando sus capitales para invertir en energías renovables, eso es un éxito, tenemos que seguir sumando, creando conciencia”.
Los Derechos de la Naturaleza, de nuestra Madre Tierra o Pachamama, reconocidos en la Constitución Política del Ecuador del año 2008, en la Declaración Universal de los Derechos de la Madre Tierra en Bolivia 2010, en la Carta de la Tierra de Naciones Unidas y más derechos que se deriven de la Madre Tierra, de la democracia de la Tierra y de todas las formas de vida en el planeta, deben ser reconocidos, desarrollados y protegidos por los Estados, los pueblos y las personas de todo el mundo.
Las actividades humanas extractivas, depredadoras, cosificadoras y mercantilizadoras (acumuladoras), que alteren el equilibrio, amenazan, destruyen la vida de otros seres y alteran los ciclos vitales de la naturaleza, tales como la tala de bosques, la megaminería, los monocultivos, la extracción petrolera y los transgénicos, constituyen una grave violación a los Derechos de la Naturaleza, deben ser superados.
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