El informe de Contraloría que se leyó el viernes pasado sobre los 10 proyectos viales que la constructora china Sinohydro hizo en provincias del país retrata a la perfección el modelo de endeudamiento externo y de contratación de obra pública del correato.
El sistema era así: el gobierno chino entregaba un crédito bajo la condición de que la adjudicación de la obra se haga a favor de determinada empresa, sin concurso público y sin la más mínima transparencia. También incluía, como se ve en este informe de Contraloría y en el que hizo sobre la presa Coca Codo Sinclair, el incumplimiento de las mínimas normas de calidad y sobre precios en casi todos los rubros de la obra. En otras palabras, un endeudamiento de pésima calidad que es diseñado para incentivar la corrupción y la opacidad.
Según este informe preliminar de Contraloría (los acusados tienen cinco días para defenderse), en el 2014 el gobierno de Ecuador y la empresa estatal china Sinohydro firmaron un contrato de 367 millones para la construcción y rehabilitación de 10 carreteras en varias provincias. El resultado fue, sin embargo, un trabajo mal hecho, con sobreprecios de hasta 29 millones de dólares, que tuvo graves atrasos injustificados y en el que se violaron los términos del contrato. Esto siempre con la anuencia o la vista gorda de las autoridades del Ministerio de Obras Públicas. En total, el perjuicio al país según la Contraloría, fue de 45 millones de dólares. En esa cifra se incluye, además de los sobreprecios, al menos 11 millones de multas a la empresa china por atrasos e incumplimientos que nadie se dignó cobrar; 5 millones por gastos injustificados, entre otros temas.
Según los hallazgos de Contraloría hay casos -por ejemplo en la carretera Tonchigüe-Galera-Bunche (Esmeraldas)- en los que se utilizaron materiales de menor calidad a los establecidos en el contrato y, en ciertos tramos de la vía, no se hizo lo que se la empresa china se había comprometido. En la carretera Sigsig-Gualaquisa (Morona) se pagó más de medio millón de dólares por estudios técnicos que nunca se hicieron y otros que estuvieron mal hechos.
Sinohydro, también con la complicidad de las autoridades del gobierno correísta, no publicó los contratos en el portal de compras públicas ni en el sistema de información del Ministerio de Obras Públicas. Así, dicen los auditores, se ocultó la información a la sociedad y se dificultó, al parecer intencionalmente, la tarea de los auditores. Hubo todo un modelo diseñado para no transparentar la información. Sinohydro subcontrató algo más del 64% de estos trabajos viales a otras empresas. Según la ley y el contrato, la constructora solo podía subcontratar hasta el 30% del trabajo. Esto también con el visto bueno del Ministerio de Obras Públicas.
Al examen preliminar de Contraloría se suma el que también hizo sobre el proyecto de la presa hidroeléctrica Coca Codo, que señala graves perjuicios al Estado por problemas estructurales en la obra. Contraloría citó estudios técnicos que dicen que en los generadores de energía se encontraron más de 7648 fisuras lo que podría significar la posibilidad de remover la casa de máquinas, que costó 1 010 millones de dólares. Estos problemas se conocieron al menos tres años antes de la inauguración de la presa pero nadie prendió las alertas porque se prefirió usarla como herramienta de propaganda política.
Al tema de las diez carreteras y de Coca Codo hay que sumar las observaciones que se han hecho al contrato que el Instituto de Seguridad Social firmó con Sinohydro para la construcción de hospitales y que fueron hechos por una empresa subcontratista española.
Los problemas de Sinohydro, sin embargo, no parece limitarse al Ecuador. En junio del 2017 el Banco Africano de Desarrollo lo incluyó en una lista de empresas corruptas recomendando que no se la contrate en ese continente. El tema fuepor coimas a funcionarios en Zimbabwe y otros escándalosen Uganda. La empresa china también estuvo durante tres años en una lista de empresas corruptas elaborada por el Banco Mundial. Para salir de esa lista tuvo que hacer un pago de algo más de 6 millones de dólares en multas.
América Latina ha sido escenario de escándalos de la empresa. En marzo del 2018, el diario El País de España también publicó un informe sobre un escandaloso caso de corrupción en Venezuela. Según ese diario, el empresario venezolano Diego Salazar tuvo un contacto de oro en el gobierno de Venezuela: su primo Rafael Ramírez, hombre fuerte del Ejecutivo de Hugo Chávez que combinó los ministerios de Energía y Petróleo con la presidencia de la mayor compañía estatal, Petróleos de Venezuela SA (PDVSA). Salazar consiguió contratos millonarios de empresas chinas que ejecutaron obras públicas en el país mientras su familiar ocupaba cargos institucionales entre 2002-2014. Sinohydro también tuvo problemas con temas ambientales en Bolivia y en Honduras.
En Colombia, la prensa lanzó alertas cuando la empresa china buscaba quedarse con el contrato de recuperación del río Magdalena. “Sinohydro se encuentra en los actuales momentos amonestada por el Banco Mundial y durante tres años permaneció en la lista negra de empresas”, decía Caracol en su página web a iniciois del 2017. “En primera instancia Sinohydro fue incluida en la lista negra que le impedía participar en procesos licitatorios con la entidad por un periodo de tres años, y desde junio de 2016 cuenta con una amonestación por un año que le resta puntos a la hora de competir en proyectos del Banco”. El empresario cobró 49,2 millones de dólares.
En el Ecuador Sinohydro ha sido la empresa insignia de la inversión china. De acuerdo a una investigación de diario El Universo, esta compañía estatal ha recibido 2 965 214 millones de dólares de créditos del gobierno chino para tres obras: la presa Coca Codo, las 10 carreteras y los hospitales del Iess. Ese monto es parte de los 11 320 millones en deuda que el gobierno de Correa consiguió de la China. Según esa investigación, el 33.5 % de los créditos chinos lo captó Sinohydro, convirtiéndola de lejos en la compañía que más dinero recibió en contratos.
Según El Universo, nueve de los quince créditos que el Ecuador gestionó ante China para obras como las que hizo Sinohydro tuvieron tasas de interés fijas, con un promedio del 5,89 %. Correa sostenía que esos intereses son convenientes porque el dinero va a proyectos que generarán hasta el 22 % de ganancia. Sin embargo, para el analista Walter Spurrier, también citado en el diario, si bien esas tasas son similares a las de los bonos soberanos, hubieran podido ser más bajas porque los fondos van a contratos con empresas estatales chinas.
A los costos del interés de los créditos habría que sumar, a la luz de los informes de Contraloría, los que representan la corrupción, los trabajos mal hechos y la opacidad en los procesos.
A los costos del interés de los créditos habría que sumar, a la luz de los informes de Contraloría, los que representan la corrupción, los trabajos mal hechos y la opacidad en los procesos.
El caso del contrato de Sinohydro para hacer las 10 carreteras en varias provinciales tiene algo que lo hace especial y que llamó mucho a los auditores de Contraloría: algo más del 64% de la obra fue subcontratada superando por mucho el 30% legal. Por eso, esa es la primera observación del informe. ¿Si Sinohydro subcontrató el 64% de los trabajos trabajó directamente en el 36% restante? 4Pelagatos supo que entre los auditores, hay la sospecha de que los chinos no hicieron esos trabajos de forma directa. ¿Qué pasó entonces con los 132 millones que no subcontrataron?
En la foto del Ministerio de Obras Públicas, María de los Ángeles Duarte firma el contrato para la carretera Sigsig-Gualaquisa con representantes de Sinohydro.
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