domingo, 9 de septiembre de 2018

Cosas perdidas



Gerardo Maldonado Zeas
Por AGN -8 septiembre, 2018107
Se ha perdido la lista de Odebrecht la cual identificó toda una cultura de desvergüenza de quienes hicieron caída y limpia con los sobornos, la coima, y el precio al alza para entregar y recibir contratos públicos. Mientras los países involucrados en esta podredumbre poseen todos los datos, a los ecuatorianos nos adormitaron con los juicios de “Vidrio”, “Capaya” y compañía, haciendo que se pierda de la memoria la necesidad de insistir hasta descubrir a todos los involucrados en este festín.
Se ha perdido, o quizás nunca existió el informe técnico con el cual el Comando Conjunto de las FFAA debía autorizar la recepción de los 10.000 fusiles AK 47, armas por lo general utilizadas por grupos irregulares, que los “generosos chinos” enviaron de manera camuflada con la donación por el terremoto de Manabí; se desviaron 420 millones de dólares que se recaudó por la Ley de Solidaridad para apoyar la reconstrucción de la provincia, por decisión directa de los ex ministros Patricio Rivera, hoy asesor de Nicolás Maduro, y de Carlos de la Torre.
Se ha perdido el arma con la cual mataron al policía Froilán Jiménez el 30 S, dato obtenido luego de las primeras declaraciones, muy atrasadas por cierto, de los militares sobre esta trama que conmocionó al país. Y se ha esfumado en el laberinto del engaño, el tercer informe del perito Meza en el caso Gabela, en el cual se infiere, estaría la gran verdad sobre este crimen, los autores intelectuales y los móviles provocadores de la muerte del militar.
Se ha traspapelado en el cajón del escritorio de la presidenta de la Asamblea Nacional el pedido de juicio político para el ex Procurador General del Estado Diego García, tristemente recordado por haberse pasado de agache en el ejercicio de su cargo, perdiendo de manera sistemática los litigios en contra del Estado ecuatoriano, y delegando a funcionarios de segunda a que lleguen atrasados a juicios tan importantes como el de Glas, hoy condenado por lo pronto a 6 años de prisión, a quien los obsecuentes partidarios de la corrupción le irán a cantar el feliz cumpleaños frente a la cárcel 4 de Quito.
Se ha perdido el seguimiento a la ruta del dinero en el caso Petrochina, sobre el cual el activista Fernando Villavicencio entregó hace mucho tiempo a la Fiscalía más de 5.000 fojas, en cuyo contenido se deduciría que el país pagó alrededor de 4 dólares de sobreprecio por barril de petróleo en el transporte a través de los intermediarios, causando un perjuicio para el Estado ecuatoriano en más de 3.500 millones de dólares.
Estos son unos pocos ejemplos de las cosas perdidas en nuestro Ecuador. Aunque ya empieza a verse la independencia en la gestión de las otras funciones del Estado, se siente la dificultad en el gobierno de Moreno para deshacerse de herencias y militantes obsecuentes del proyecto devastador del anterior gobierno. Porque como ha sido la moda desde los años anteriores, el premio consuelo para mandarles tranquilos es la Embajada, el alejamiento, como si con la distancia se perdiera la esencia de los actos de la época inmediata anterior, en la cual se acercaron a la complicidad antes que a la divergencia. (O)

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