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Ecuador fue sede del Hábitat III, la Conferencia sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible que la ONU organiza cada 20 años. Luego de cuatro días de ponencias y diálogos, la nueva agenda urbana quedó configurada, pero ahora el gran reto es ponerla en práctica y aplicar la teoría, algo sobre lo que es preciso reflexionar.
Al aterrizar lo abordado en Hábitat en la realidad de Cuenca, se concluye que uno de los grandes retos es planificar con precisión y eficiencia para menguar una crisis de movilidad esencialmente matizada por un parque automotor explosivo que ha deteriorado el espacio público. Planificación Según datos estadísticos, en el año 2006 había 52.674 vehículos en el Azuay, mientras que al finalizar 2015 esa cifra creció a 105.178 autos, es decir, el parque automotor se duplicó en menos de una década, y alrededor de 200 mil pasajeros en la actualidad se movilizan diariamente en 475 unidades de buses urbanos. En este contexto hay algo fundamental que tomar en cuenta, y que explica por qué hoy en día uno se demora hasta el doble de tiempo en llegar a ciertos lugares, y el espacio público se encuentra tan deteriorado y caotizado: el 81 por ciento de vehículos que circulan en la provincia del Azuay, se concentra en el cantón Cuenca. La solución estaría en crear sistemas de transporte público cada vez más eficientes, y generar la cultura de su utilización, el eje de la sostenibilidad urbana es la previsión, la planificación. Si algo queda claro de esta nueva versión de Hábitat, es que no hay mayores posibilidades de sostener nuestras ciudades en todos los sentidos, es decir, mantener los equilibrios necesarios si no hacemos uso de esta herramienta tan humana, y a veces, menospreciada que es la “previsión, la planificación”. A causa de la falta de “cultura de planificación”, la ciudad carece, en el ámbito de la movilidad, de un sistema de transporte público de calidad, algo que supone una flota de buses en buen estado, infraestructura de vialidad, infraestructura de ciclo vías. Optar por sistemas públicos de transportación incentiva necesariamente otras formas de movilidad como caminar o la alternativa de la bicicleta. Hoy hay más respeto a las bicicletas, pero ¿por dónde me muevo?, ¿por dónde camino? (...) No hay una planificación de rutas, no hay infraestructura de vialidad... ¿Cuáles son las rutas?, ¿por dónde me voy? Varios entrevistados manifestaron su preocupación por el deterioro que ha experimentado el espacio público en Cuenca, el cual estiman “ya no es apto para los ciudadanos, no es apto para las personas”. “No solamente está ocupado, sino que está deteriorado; ambientalmente está caotizado, contaminado, porque los combustibles que utilizamos siguen siendo combustibles fósiles, por tanto estamos inundando de CO2, y nos estamos contaminando, afectando a corto y largo plazo nuestras vidas”. Para quienes como el obrero, Luis Tobar, se apresuran para llegar a sus trabajos antes de las 8 am. La 475 unidades que tiene la ciudad comienzan su labor desde las 06h00; el trabajo debería finalizar a las 22:00, pero ocurre que a las 19h00 ya no circulan los buses. Las obras del tranvía retrasan los recorridos, sobre todo de las líneas que pasan por el sector de El Arenal, el Centro Histórico y la Terminal Terrestre, señala con preocupación. “Ya nos estamos acostumbrando a ese problema”, manifestó doña María, una campesina del sector de El Valle. Pero tiene razón, el presidente de la Cámara de Transporte de Cuenca, Wilmer Bravo, indica que en algunas líneas hay retrasos hasta de 30 minutos, debido a los congestionamientos vehiculares. Pero la paciencia parece que se agota en algunos usuarios que deben llegar a tiempo y cumplir con sus compromisos. En la parada de la Universidad del Azuay, al sur de la ciudad, algunos ciudadanos prefieren tomar un taxi. “nunca cumplen con los turnos”, dice una usuaria. Para quienes esperan impacientes, parece que la llegada del automotor es una bendición. El uso de tarjetas Según el presidente de la Cámara de Transporte, hasta antes del mes de mayo de este año, sólo el 20 e usuarios en Cuenca, disponía de dinero electrónico en sus tarjetas, y es por eso que el Concejo Cantonal tuvo que aprobar una ordenanza, para que en los buses de Cuenca solo se acepte tarjetas y no dinero en efectivo. Hay cuentos lindos, “...con la tarjeta se respeta el derecho de todos, se evitan congestionamientos...”. Bien por la dinamización del proceso. Reprochable por el cambio de propósito de la tarjeta. Detrás del cuento, la tarjeta se volvió herramienta para el alza de pasajes”, expresó, otro de los usuarios, que por obvias razones omitió su nombre. El viaje de los pasajeros se da entre los apretujones, la música y el silencio, pero esa ‘tranquilidad’ se interrumpe cuando en las paradas muchos vendedores se suben al bus para ofrecer productos, unos prestan atención, otros se aburren y prefieren mirar lo que pasa al exterior del bus. Al final pasa por los asientos solicitando la colaboración, unos dan y otros no. Este problema no es el único, es de todos los días y en las diferentes rutas que tienen los buses. “¿Quién puede controlar esta situación?”, le pregunta una mujer a su acompañante, el usuario manifiesta que no está en contra del trabajo, pero que este tipo de cosas no se deben dar en los buses y que las autoridades ya deben tomar cartas en el asunto. En los recorridos no pueden faltar los músicos: venezolanos, colombianos, chilenos y ecuatorianos, se suben al transporte y aunque no los escuchen, ellos lo único que hacen es cantar para ganarse una moneda de las personas que utilizan este medio. ¿Está usted de acuerdo que el concejo cantonal de cuenca, autorice el alza del transporte urbano? El Concejo Cantonal de Cuenca aprobó el 3 de julio del presente año, una ordenanza para el mejoramiento del transporte urbano. En 20 días la Cámara de Transporte de Cuenca (CTC), que agrupa a los 475 buses urbanos que hay en el cantón, deberá presentar un cronograma de renovación de su flota vehicular. Solo a partir de esto podrá aplicar la resolución aprobada por el Concejo Cantonal el 5 de septiembre de 2017, con la que se resolvió el alza del pasaje de 25 a 30 centavos de dólar, más un centavo de subsidio municipal. “No estoy de acuerdo que legislen para ejercer regulación y control sobre el pésimo servicio de transporte público”, afirmó Luis Tenesaca. “La Cámara de Transportes de Cuenca, recibe 800 dólares mensuales de subsidio, por cada unidad, y no se merecen por el pésimo servicio y el maltrato que nos dan los conductores a los usuarios. Primero tendrían que darles unas charlas sobre “relaciones humanas y atención al cliente” . “Para los concejales que caminan en unidades de lujo, es fácil subir los pasajes, que utilicen el transporte público, el ahorro, comienza en casa”. La obligación del municipio es velar para que todos los servicios a la ciudadanía sean eficientes sobre todo del transporte de los buses, que hoy por hoy, es de los peores, son unidades contaminantes, incomodas para niños, personas mayores y con discapacidades. Esta administración ha afectado muchos negocios con la construcción interminable de tranvía. En medio de esta crisis, “cuál es la justificación para afectar los bolsillos del pueblo?”, manifestó uno más de los quejosos. Otro de los usuarios, entrevistados por “El Observador”, afirmó que no está de acuerdo con el alza del precio del transporte público, que mejor deberían preocuparse del cambio de unidades chatarras, por unas nuevas, que tengan un máximo de opacidad del 5 l inicio y del 25 uando estén al final de su vida útil. A nivel nacional, el índice es de hasta un 50 /font> Iván Granda, concejal, refirió que ningún conductor dará sus servicios sin antes haber pasado por un proceso de selección, que incluye pruebas psicológicas. Además, dijo que otra de las condiciones es que los 365 días del año tenga vigencia la media tarifa para los estudiantes menores de edad. Ahora solo es durante el periodo lectivo. “Tenemos todo un capítulo destinado a temas de buses que ya no humeen, y que el 20 e las unidades den trato prioritario, pues deberán ser buses de cámara baja…”. Señaló que pedirá al ayuntamiento, la inclusión de un proyecto para la incorporación de buses eléctricos, que inicialmente circulen por el Centro Histórico. Cualquier tipo de mejoras al servicio del transporte público, no debe pasar por el incremento de transportes, cuando la gran mayoría de usuarios no cubre los gastos de la canasta familiar y sería inverosímil que al cabildo municipal, y la Cámara de Transportes, se les ocurra lanzar un nuevo golpe a la economía popular. En definitiva, los peatones forman parte de un grupo diverso, con limitaciones a la movilidad en algunos casos (ancianos, personas discapacitadas, mujeres embarazadas, etc.), y deben ser protegidos. La solución pasa por una gestión integral, que combine las medidas de ingeniería vial con el cumplimiento de las normas de circulación, la pronta asistencia médica en caso de emergencia y el refuerzo de la educación vial. Con la voluntad de todos, la situación de los peatones en nuestras calles y carreteras podría ser segura. |
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