martes, 18 de septiembre de 2018


 Explotación, abusos, amenazas, chantajes, ha sido el pan de cada día en la Asamblea, por parte de ciertos "padres" y "madres" de la patria. Una de esas personas, víctimas de los corruptos de "manos limpias", visitó la redacción de El Observador, para contarnos el modus operandi de una exasambleísta azuaya, que le obligaba entregarle mensualmente 500 dólares (en efectivo) de su sueldo que era de 1.221.76. Tenía que ser en efectivo para que no quede huella del delito, pero no hay crimen perfecto.
El mes que decidió no entregarle más el "aporte voluntario para su causa", simplemente dejó de ser su asistente de asambleista. La Libertad de Expresión, ni se compra, ni se vende, ni se transa.
El Observador

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