Gerardo Maldonado Zeas
Por AGN - 22 septiembre, 201836
Con la palabra más devaluada que el Bolívar venezolano, la fanaticada guiada desde Bélgica pretende convencer a los ecuatorianos que el pago a los extranjeros amigos de Correa quienes entraron pateando al perro en el país, y en la Corte de Justicia se ubicaron en un sitial preferencial para mirar el fracaso de la audiencia en el caso Balda del miércoles pasado, fueron financiados con aportes de los migrantes seguidores del proyecto del socialismo del Siglo XXI.
Con la palabra más devaluada que el Bolívar venezolano, la fanaticada guiada desde Bélgica pretende convencer a los ecuatorianos que el pago a los extranjeros amigos de Correa quienes entraron pateando al perro en el país, y en la Corte de Justicia se ubicaron en un sitial preferencial para mirar el fracaso de la audiencia en el caso Balda del miércoles pasado, fueron financiados con aportes de los migrantes seguidores del proyecto del socialismo del Siglo XXI.
Y quisieron vender la idea que son “veedores” internacionales, cuando no han sido nombrados por organismo alguno, simplemente actúan contratados por la fuerza del dinero, cuyo origen no podría ser de ninguna manera la remuneración del ex presidente. Los invitados del correismo entre políticos y abogados, ganan entre 500 y 800 euros la hora para representar a polémicos sujetos como Julián Assange, al separatista catalán Carles Puigdemont y a varios acusados de terrorismo islámico. En esta lista de “honor” ingresó como cliente el ex presidente y la cuenta a pagar será inmensa.
Estos extranjeros VIP, son esa especie de protectorado de quienes tienen vidas públicas polémicas e ingresos dudosos; llegaron al país representando a un ciudadano privilegiado de vivir fuera del país, pero sin ningún deseo de regresar a responder por una serie de sospechas y acusaciones, haciéndose “el sueco” a todo lo que se le inculpa. Y han tratado de intimidar a nuestra justicia; uno de ellos, el belga Christopher Marchand emitió los peores epítetos al sistema y lleno de una descomunal prepotencia se ufanó al decir que él pidió a la Interpol detener la orden de aprehensión a Correa, aduciendo falta de imparcialidad en este juicio, victimizándole de persecución de los jueces, abogados, fiscales, prensa y demás “enemigos” virtuales y terrenales.
Marchand es el abogado de cabecera de Correa en todos sus trabas jurídicas, incluida la del impase con el periodista lojano Ramiro Cueva. A él le acompañan varios europeos, pero también Hugo Gutiérrez y Rubén Jerez conocidos activistas políticos chilenos miembros del Partido Comunista quienes desde tiempo atrás apoyan a Jorge Glas a través de una combinación de estrategias de supuestas relaciones públicas para tratar de limpiar su imagen ante las inculpaciones por los casos Odebrecht y Petrochina. El ex presidente a más de los cinco abogados ecuatorianos, ha contratado a seis extranjeros de los más costosos, quienes han dejado todo por venir al Ecuador a defenderle, buscando internacionalizar sus causas para lograr la compasión de los ingenuos.
Este grupo de amigos ven fácil hacer y decir lo que les venga en gana en el país. Si el otro extranjero nacionalizado Guillaume Long con la venia de la mimada de Lenín Moreno María Fernanda Espinosa, actual presidenta de la ONU, intervino ante la comisión de Derechos Humanos para decir que en el Ecuador no existe un Estado de Derecho; y, el Consejo de la Judicatura transitorio, que se supone debió sentar las bases para arreglar de una vez por todas la justicia chueca del país es denunciado por el ex consejero Juan Pablo Albán, por grabaciones de conversaciones privadas, intervención de teléfonos, y micrófonos en los ascensores al más puro estilo del espionaje de la antigua SENAIN, con una pena inmensa diremos que Correa seguirá riéndose de todos los inocentes que esperan se recupere algún día la justicia en el país. (O)
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