Más pruebas de que Correa se ferió la plata del terremoto
El terremoto que destruyó zonas enteras de Manabí y Esmeraldas fue el mejor camino que el gobierno de Rafael Correa encontró para llenar sus arcas fiscales que, para cuando ocurrió la tragedia, se hallaban en estado comatoso.
El mecanismo fue sencillo: se aprobaba una ley para recaudar más y nuevos impuestos (la Ley de Solidaridad) bajo el supuesto que todo ese dinero iba a ir a un fondo destinado a aliviar los efectos de la tragedia. Luego, una parte de ese dinero se destinaba a gasto corriente y se superaba el crítico apremio por dinero para pagar sueldos que tenía el gobierno, entre otras cosas.
La reciente publicación de un informe de Contraloría, en el que se detalla cómo se desviaron dineros del llamado Fondo de Seguridad, demuestra el manejo tramposo del dinero que los contribuyentes entregaron pensando que era para aliviar la tragedia.
El informe, que examina el uso dado a un total de 300 millones de dólares, se suma a otro que habla del desvío de 120 millones hecho por el ex ministro de Finanzas, Patricio Rivera, asimismo para gasto corriente. Se agregan 300 millones de dólares que Carlos de la Torre desvió, en el gobierno de Lenín Moreno, a la cuenta única del tesoro para hacer pagos corrientes y sobre lo cual también hay un informe de Contraloría. Por ese caso, De la Torre será enjuiciado en la Asamblea.
El informe, que examina el uso dado a un total de 300 millones de dólares, se suma a otro que habla del desvío de 120 millones hecho por el ex ministro de Finanzas, Patricio Rivera, asimismo para gasto corriente. Se agregan 300 millones de dólares que Carlos de la Torre desvió, en el gobierno de Lenín Moreno, a la cuenta única del tesoro para hacer pagos corrientes y sobre lo cual también hay un informe de Contraloría. Por ese caso, De la Torre será enjuiciado en la Asamblea.
Los auditores de la Contraloría formulan en este documento un recuento de desvíos, despilfarros y gastos no permitidos grandes y pequeños. Entre los grandes está la graciosa transacción que hizo el correato con la Corporación Nacional de Finanzas Populares y Solidaria, CONAFIPS. El gobierno entregó a ese organismos, encargada del trabajo de las cooperativas y financieras, 100 millones de dólares para las Cooperativas y Financieras que operan en Manabí y Esmeraldas con el fin de que entreguen créditos relacionados con la reactivación de la economía de esas zonas luego del sismo. Sin embargo, lo que se hizo fue que de esos 100 millones de dólares, 25 millones se entregaron (supuestamente) para créditos y los otros 75 millones la CONAFIPS los invirtió en papeles de tesorería del Ministerio de Finanzas. Es decir que prestó ese dinero al gobierno central. Según Contraloría, fue un alto funcionario del Ministerio de Finanzas, precisamente, al que se le ocurrió hacer la triangulación de los fondos “sin considerar las estipulaciones” del convenio con el que se entregaron los fondos a la CONAFIPS. Es decir, gracias a ese mecanismo, el dinero que la gente entregó para mitigar la tragedia provocada por el sismo fue a parar al gobierno central para gasto corriente.
También se hicieron gastos banales con ese dinero. Como aquellos destinados a hacer publicidad de los trabajos de los funcionarios en las zonas del desastre. Según el informe de Contraloría, Ecuador Estratégico recibió 179 mil dólares con el fin de promocionar obras e inauguración de obras en las provincias afectadas. Por ejemplo, en la compra de más de 50 secos de gallina para la ceremonia de cierre del refugio de Chone, al que asistió el entonces vicepresidente Jorge Glas Del dinero entregado a Ecuador Estratégico, 13 314 dólares se gastaron en 13 actos de de promoción en los que hubo “almuerzos, ceviches, piqueos, dulces manabitas y artistas”, según consigna el documento. Este gasto de 179 mil dólares fueron invertidos en promocionar a funcionarios del gobierno y, en especial, al vicepresidente Jorge Glas que ya era candidato a repetir en el cargo en binomio con Lenín Moreno.
Entre las observaciones hechas por la Contraloría hay gastos que fueron inútiles, en bienes que nadie usó. Por ejemplo, está la adquisición de equipo para monitoreo y control de rutas de evacuación del sistema de alerta temprana para Tsunamis por el que se pagó 700 mil dólares a la empresa Huawei. Todo ese equipo, encontraron los auditores, aún está embodegado en el Ecu 911 de Portoviejo. Según Contraloría, esas compras se hicieron sin ningún estudios de necesidad: 50 altavoces con micrófonos y botones de pánico, 50 cajas de energía para cámaras… Lo mismo ocurrió con equipos de comunicación que se compraron para los bomberos, por 663 407 dólares, que tampoco se usaron y que no tenían relación con las necesidades que se presentaron luego del sismo. El informe también habla de un gasto de 286 575 dólares en la compra de unas fotografías que están en la web y que son gratuitas.
Cuando se discutió la ley mediante la cual se creó el Fondo de Solidaridad, el entonces presidente Correa y sus operadores se opusieron drásticamente a la propuesta que hizo un sector de la oposición para que el dinero sea administrado por un fideicomiso. Con esto se buscaba evitar que el gobierno use ese dinero en fines distintos a la mitigación del sismo. Correa respondió: “¿Se olvidaron ya (de) que nuestra oligarquía saca su plata de Ecuador a fideicomisos en paraísos fiscales para ocultar sus jugadas financieras y eludir impuestos? Fideicomiso es crear artificialmente una figura jurídica privada”. El informe de Contraloría parece confirmar los temores que había en el 2016: el correato se iba a feriar el dinero.
En la foto de la Vicepresidencia se ve a Jorge Glas durante la promoción del programa Mi Casa Sí en Manta
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