Para el correísmo, Cedatos está bien cuando Moreno está mal
Los correístas radicales pueden hacer magia. Son capaces, por ejemplo, de convertir, al cabo de un año, la misma empresa que consideraban corrupta y a cuyos dueños querían meter en la cárcel, en lo más parecido a la última Coca Cola en el desierto. Es el caso de Cedatos.
Hace unos pocos días, cuando Cedatos publicó un estudio de opinión que se muestra que la popularidad de Lenín Moreno se ha desplomado dramáticamente durante las últimas semanas, los correístas ultras salieron felices a celebrar el dato. Muchos de ellos se volcaron a sus cuentas de redes sociales para registrar, alborozados, la buena nueva. “Hasta CEDATOS no puede ocultar el altísimo rechazo a la gestión de Moreno”, ponía dichoso en su cuenta de Twitter el operador de trolls correístas Roberto Wohlgemuth mientras que Marcos Navas y otros entusiastas de Rafael Correa, entre esos la asambleísta andina Pamela Aguirre o Jaques Ramírez, se apresuraban a hacer lo mismo.
Los datos de la encuestadora de Ángel Polibio Córdova, que ahora citan con profusión, dan cuenta de un pronunciado desplome de la popularidad de Moreno. Del 77 % de aprobación que tenía en agosto del 2017, el Presidente ha llegado a un 45,5% en la segunda quincena de abril. Esto se puede considerar preocupante si se toma en cuenta que, por primera vez, el indicador negativo de “desaprueba”, con un 46,6 % , es superior a la aprobación del actual presidente. “Luego de haber llegado hasta 77% de aprobación, Moreno ha ido perdiendo apoyo. Ahora 46% y bajando. La falta de definición de la política económica, pobre desempeño en el problema fronterizo y mantener a antiguos correístas en su gobierno le están pasando factura”, escribió en su cuenta de Twitter, Carlos Córdova, hijo de Ángel Polibio y uno de los responsables de la firma encuestadora.
Según las cifras, Moreno es por primera vez más impopular que popular. Entre los flamantes nuevos creyentes en Cedatos está el propio Rafael Correa quien puso también un mensaje relativo a las encuestas. “No han podido ocultar la verdad”, dice Correa atribuyendo a esa encuestadora la capacidad de revelar la verdad.
Lo curioso es que para el correísmo, incluyendo al propio Correa, Cedatos se ha convertido es una fuente digna de citar cuando hace aproximadamente un año la consideraba como una empresa comprada por la candidatura opositora de Guillermo Lasso y complotada con él para producir un fraude a su favor. Cedatos era considerada como la firma menos confiable e incluso Rosana Alvarado –entonces indignada asambleísta del correísmo y ahora silenciosa ministra de Justica del morenismo– puso una demanda en la Fiscalía por manipulación de encuestas con el fin de que su propietario, Ángel Polibio Córdoba, vaya a la cárcel. El propio Rafael Correa, entonces Presidente, dijo que esa empresa “tendrá que responder, no puede jugar así con la buena fe de la ciudadanía, generar violencia, incertidumbre”. Ahora, en cambio, es la agencia que muestra la “verdad”.
Lo más llamativo de este cambio de actitud frente a la encuestadora es que, si en febrero del 2017 las críticas e insultos que se lanzaban en contra de Cedatos era para proteger los intereses de Moreno, un año más tarde es para hacer exactamente lo contrario: es decir, perjudicarlo. En el mundo correísta importa poco el profesionalismo o la credibilidad de una institución o de una empresa. Esos valores no existen para ellos. Solo existe el uso que puedan hacer para su propaganda. Si les favorece, como en este caso los resultados del sondeo de Cedatos, la firma es creíble. De lo contrario, está vendida, complota, manipula… y sus ejecutivos merecen ir presosl. Los correístas definitivamente no aprenden: el mundo y los valores de profesionalismo y credibilidad –en este caso de Cedatos– son directamente proporcionales al lugar que ubica a Moreno con relación a los deseos del salvador y su banda de troles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario