Publicado el 10 marzo, 20189 marzo, 2018 por AGN
¿Fue este noticia útil para usted?
[Gerardo Maldonado Zeas]
[Gerardo Maldonado Zeas]
Quienes llegaron al CPPCS transitorio, todos ciudadanos de limpia trayectoria, le deben al Ecuador de entrada la inmensa responsabilidad de restaurar la institucionalidad venida a menos en los últimos diez años del correato. El más votado por los Asambleístas fue Julio César Trujillo, un hombre reconocido por todos los ecuatorianos, menos por aquellos débiles mentales como Gabriela Rivadeneira quien en un alarde de prepotencia dijo que él estaba “muy viejo” como para asumir la responsabilidad, obviamente con la venia del inquilino del ático quien le calificó de aristócrata.
Es que a ellos no les interesa el cambio del país. Montaron desde Montecristi un tinglado de horror para perpetuarse en el poder con la consabida maña de nombrar a la ciudadanía como supuesto partícipe de una farra inverosímil de entrega de cargos de las más altas dignidades de control del país. Todo un aparataje de miedo, concebido desde el foro de Sao Paulo, modelo copiado en todos los países que han vivido la desgracia de este estilo denigrante.
El Dr. Trujillo, en una de sus sentencias, dijo: “soy viejo, pero no ladrón”. Y con eso dio una lección a quienes conciben a los años como imberbes pasajes de la vida, y sin decirlo pero con una ilustrada admonición, refirió a muchas de las generaciones que llegaron al poder para aprovecharse de sus encantos. Ser viejo no es ninguna afrenta; más bien es la generosidad del tiempo abarcada en el paso de los años de una vida llena de bendiciones. Los jóvenes, y lo digo con la propiedad de ser profesor por casi treinta años, son seres ávidos de aprendizaje, ni se diga cuando cursan las maestrías. Siempre les he dicho que tener un título de cuarto nivel, no les garantiza ni un empleo digno, ni la satisfacción de la sociedad para tenerles entre sus hijos predilectos. Depende de cada uno, de sus valores y principios, y de la capacidad que los años van enseñando para sortear los pasajes más terribles de una profesión o de la vida misma, muchas veces ingrata y poco congraciada frente a nuestras aspiraciones.
Por eso saludo con este mensaje a quienes han sido “desterrados” por las acciones de los empresarios, la política actual o la propia sociedad sólo por tener unos años más que el resto. Hace pocos días escuché declaraciones de ciertos “líderes” que descartaban a las personas de edad para ser candidatos a cargos de elección popular, metiéndoles en un saco imaginario asociado con la corrupción y el descaro. De ninguna manera podemos aceptar tal aseveración; en la sociedad moderna los jóvenes son necesarios para actuar en la vida profesional de acuerdo a sus capacidades, pero jamás tendrán una patente de corso sólo por la edad.
El sabio Sócrates en la antigua Grecia llegó a formar a jóvenes superiores, a través de preguntas y respuestas; instauró el diálogo como mecanismo frontal para la toma de decisiones y el logro del conocimiento, partiendo de valores innegociables como la honradez y decencia. Nuestro país esta ávido de saber la verdad, por eso debemos dejar que los elegidos por el CPCCS hagan su trabajo y cesen a aquellos que han ocupado los cargos para satisfacer su vanidad y no han contribuido un gramo a la mejora del país. Con esto obedecerán al pueblo en su pronunciamiento de la Consulta Popular. Y que vivan los viejos!! (O)
No hay comentarios:
Publicar un comentario