Los amigos de Nebot traen su guerra a Quito
El escándalo que involucra a José Serrano produjo un evento colateral pero significativo en la oposición: los socialcristianos abrieron fuegos contra CREO en un comunicado cuyo contenido es más adverso a Guillermo Lasso que al fiscal Baca Mancheno y al Presidente de la Asamblea.

El bloque PSC–MG acusa el golpe que sufrió la semana pasada por su actitud contraria al pedido de renuncia de Serrano que animó, entre otras fuerzas, el partido CREO y en el cual coincidió anoche el mismo Presidente, en su mensaje de los lunes. Lenín Moreno pidió a Serrano, sin citarlo, que dé un paso al costado. Los socialcristianos perdieron puntos en la opinión por oponerse al pedido de renuncia que, en forma alguna, significaba destitución de Serrano. De haber obtenido mayoría esa moción, la Asamblea igualmente hubiera tenido que dar curso a su destitución conforme al trámite previsto en la Ley Orgánica de la Función Legislativa.
De ese procedimiento se agarraron los amigos de Jaime Nebot para montar una relato que en CREO es calificado, por César Monge en charla con 4P, de ridiculez. Hoy en Teleamazonas, Guillermo Lasso habló de ciencia ficción. En su comunicado los socialcristianos dan por sentado que hay un arreglo entre Lasso y Correa, el deseo de poner en la presidencia de la Asamblea a Viviana Bonilla, hermana de un colaborador de Lasso y de un reparto de troncha. César Rohón, asambleísta del bloque PSC-MG, en un diálogo con 4P., sumó un elemento más dramático: habló del intento de CREO de desestabilizar la Asamblea y el país para pescar a río revuelto. En esa dinámica incluye la posibilidad de una muerte cruzada. No la endosa directamente al partido de Lasso, pero cuela la duda en un par de preguntas: ¿quién se beneficiaría si hay una muerte cruzada? ¿Quiénes serían los candidatos en un ambiente de clara desestabilización?
El fantasma de la desestabilización también fue agitado por José Serrano, en una clara coincidencia con los socialcristianos: dijo a diario El Comercio que no admitirá que un grupo de asambleístas correístas y la bancada de Lasso “pongan en peligro la democracia y la gobernabilidad del Presidente Lenín Moreno”. Ver a Serrano hablar de institucionalidad y democracia tras tantos años de apoyo al autoritarismo y la corrupción, y sobre todo después de haberlo oído en el audio, es aleccionador…
Los socialcristianos saben que la semana pasada CREO recogió el sentimiento de hastío en la opinión sobre la ola de corrupción que hay en el país. Eso fue evidente en las redes sociales y de eso es consciente César Rohón. ¿Qué base política sustenta el comunicado de los amigos de Nebot? El odio que sentiría Lasso contra Moreno. Es un argumento tan ambiguo como indemostrable. Dicho de otra manera, ese comunicado no trata de lo que dice: puede ser considerado como el inicio de una campaña política del socialcristianismo que tiene, entre otros, dos claros propósitos: afianzar en forma exclusiva su alianza con el gobierno de Moreno de cara a las elecciones de 2019 y del 2021 y pulverizar, hasta donde pueda y de la forma que sea, a su contendor en la tendencia de centro derecha.
La bronca que hay entre los socialcristianos y CREO en la Asamblea es consecuencia directa de la bronca irremediable y sin cuartel que libran Jaime Nebot y Guillermo Lasso. Después de ser amigos, la política los dividió. Nebot esperó poder manejar a Lasso, fracasó en esa empresa y favoreció la candidatura de Moreno. Ahora Nebot y Lasso entretienen una guerra sorda, nutrida por sus círculos íntimos.
Nebot hace lo que ha sido tradicional en su partido: aliarse o presionar al gobierno de turno, incidir en él y sacar provecho para su alcaldía y para su partido. No hay cómo olvidar los tradicionales contratos colectivos que su partido impuso a Jamil Mahuad, Fabián Alarcón, Lucio Gutiérrez y otros presidentes en el pasado. Lasso, a su vez, administra mal sus pasivos: la derrota, que consideró tramposa, con Lenín Moreno y la guerra con Nebot que condiciona la perspectiva política con la cual encara el papel de opositor principal al gobierno de Moreno. No ha sido generoso con respecto a la tarea emprendida por Moreno para inhabilitar a Correa, revelar parte de su gestión y ventilar algunos casos de corrupción. Son puntos que figuraban en cualquier programa de un demócrata convencido y que, en los hechos, él no hubiera podido ejecutar en la forma como Moreno lo ha hecho. Y en tiempo récord. Lasso luce distante de las dinámicas políticas que, por razones obvias, se dan cita en la opinión pública quiteña.
Los socialcristianosestán haciendo un flaco favor a la oposición: trasladan la guerra de Nebot contra Lasso a la Asamblea y para ello se inventan un relato difícil de cuajar: que Lasso tiene alianza con Correa. Es inverosímil que las cosas esenciales de la política, en este momento de transición, estén atravesadas por argumentos de este vuelo. Si así hace política Nebot en la era post correísta, no cabe sino una conclusión: se quedó en el pasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario