El país paga los costos del capricho de la Canciller
La campaña para colocar a María Fernanda Espinosa en la presidencia de la Asamblea General de la ONU en septiembre tiene costos significativos. No solo es el costo que conlleva la posibilidad de que la iniciativa fracase, porque en continente ya había el compromiso de apoyar la candidatura de Honduras, y que eso termine convirtiéndose en un papelón de la política exterior ecuatoriana que mermaría aún más la credibilidad internacional del país. Tampoco se trata únicamente del costo que la candidatura de Espinosa pueda generar en el interior del llamado grupo latinoamericano. A éste le corresponde escoger un representante, cada cinco años, para presidir esa instancia de las Naciones Unidas que dura de septiembre a diciembre.
El costo de la campaña incluye además gastos que corren por cuenta del erario público; es decir dinero constante y sonante que no sale del bolsillo ni de Espinosa ni de quienes tuvieron la idea de montar esa empresa sino de los contribuyentes que nunca son consultados para estas cosas. Y ese costo no parece ser poca cosa si se toma en cuenta que para la cruzada por Espinosa se está utilizando el Falcon 7X, el avión más caro y lujoso de los dos que integran la flota comprada por Rafael Correa. En su búsqueda de apoyos y votos, la canciller Espinosa hizo un viaje entre el 5 y 6 de marzo a Haití, República Dominicana y Surinam. Aunque la información oficial de la Cancillería sostiene que estas visitas fueron concebidas para reforzar “la cooperación y el estrechamiento de las relaciones bilaterales” con esos tres países, lo cierto es que Espinosa fue hasta allá, según fuentes diplomáticas consultadas, para lograr apoyos a su candidatura, sobre todo entre los países del Caribe cuyos votos, según considera la Cancillería, aún no están necesariamente comprometidos con Honduras.
Espinosa utilizó para este viaje relámpago el Falcon 7X, un avión que, según información especializada, tiene un costo de 6 426 dólares por cada hora de vuelo, lo que significa que con lo que cuesta esa hora bien se pudo haber comprado, al menos, dos pasajes en vuelos comerciales y hasta en primera clase. Si el viaje, por ejemplo, entre Paramaribo y Quito dura cuatro horas, lo que los ecuatorianos pagaron por ese vuelo fueron 25 704 dólares. Con eso alcanzaba, sin duda, para muchos pasajes en una aerolínea comercial. Eso sin contar con las cinco horas entre Quito y Santo Domingo y las aproximadamente dos horas más entre esa ciudad y Paramaribo, capital de Surinam. En claro, las gestiones de Espinosa para conseguir votos o para hacer las gestiones que la Cancillería asegura que hizo, le costaron al país, como mínimo, 60 mil dólares. Y eso para solo tres países. ¿Cuántos viajes faltan?
Lo curioso del viaje de Espinosa es que la Cancillería únicamente informó del tema luego de que el usuario @Kirkshan publicó en Twitter su monitoreo del uso del avión. @Kirkshan, quien se ha dedicado a hacer seguimiento de los desplazamientos de los aviones presidenciales porque sobre eso no hay información oficial ni pública, detectó que el vuelo fue el 5 de marzo pero la cancillería informó de la visita de Espinosa recién el 6.
@Kirkshan desde hace algunos años trata de registrar todos los vuelos de los aviones presidenciales y, desde su cuenta, ha alertado de algunos durante el gobierno de Correa y también de Moreno que no han tenido una explicación oficial. Para su trabajo usa una aplicación de uso público. En una conversación con 4Pelagatos dijo que algunas veces se ha percatado de que el gobierno ha informado de viajes únicamente luego de que él ha colocado sus alertas en Twitter.
Si la visita de la Canciller tuvo como único y exclusivo objetivo lo que oficialmene dice la Cancillería -el estrechamiento de vínculos entre los tres países visitados y el Ecuador- el gasto en el uso del avión sigue siendo injustificado. ¿Ameritaba usar el Falcon 7X, símbolo del despilfarro y el derroche correísta, para llegar a acuerdos y cooperación sobre minería y medio ambiente con Surinam como informa la Cancillería? ¿Eso no lo podía hacer la embajada? Según Cancillería, en Haití las conversaciones se centraron es aspectos como agricultura y energía, así como en “las acciones en materia de movilidad humana y migración”. También, dice, el Ecuador y República Dominicana trabajan en la actualización de su convenio de cooperación científica, técnica y cultural además en el inicio de las conversaciones de un posible “acuerdo comercial de alcance parcial” (nótese el eufemismo del siglo 21 para hablar de un acuerdo comercial). Se trata, como evidentemente se ve, de gestiones que si hubiera habido delicadeza en el gasto público (que no es otra cosa que gasto con plata ajena) perfectamente se podían haber hecho usando aerolíneas comerciales o, en su defecto, con la actuación de las representaciones diplomáticas ubicadas en esos países cuyo mantenimiento ya le cuestan al país.
Que se gasten importantes sumas de dinero en el uso del Falcon 7X no garantiza los votos necesarios para que Espinosa llegue a presidir la Asamblea General de la ONU. Argentina afirmó, por boca de su embajador en Quito, que la candidatura de Espinosa es “inesperada” y que el voto de su país ya está comprometido con Honduras, como se había acordado con muchos países latinoamericanos; entre ellos con Ecuador. De fuentes diplomáticas basadas en Quito, 4Pelagatos supo que Brasil ha decidido mantener su palabra con Honduras. Los diplomáticos consultados dijeron también que será difícil para el Ecuador conseguir los votos centroamericanos pues se trata de un grupo que normalmente actúan en forma conjunta y que incluso el voto de Nicaragua, país miembro de la Alba junto a Ecuador, no podría asegurarse como factible por la vecindad que ese país tiene con Honduras.
No sería extraño que al no haber consenso entre los países del grupo latinoamerica ocurran dos cosas: que surja una tercera candidatura de alguno de los 17 países que nunca han ocupado esa dignidad o que el impasse se resuelva en el pleno de la Asamblea, con el voto de sus miembros. Las fuentes consultadas aseguran que el Ecuador está contemplando esa posibilidad puesto que Cancillería ha enviado notas a embajadas ubicadas en países que no son parte del grupo latinoamericana para que inicien conversaciones tendientes a conseguir apoyos para Espinosa.

El interés por captar la presidencia de la Asamblea General es, en todo caso, tan grande que no solo se ha faltado con la palabra empeñada por el Ecuador durante el gobierno de Rafael Correa de votar por Honduras (a cambio de su voto para que el hiper correísta Patricio Pazmiño sea nombrado juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos con sede en Costa Rica) sino que se ha autorizado la utlización del avión presiencial para que Espinosa viaje a países que podrían ser clave a la hora de la votación.
El capricho de Espinosa, entonces, bien vale el costo de los vuelos a bordo del Falcon 7X, pagado por todos los contribuyentes.

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