domingo, 11 de marzo de 2018


9: La herencia de la década: los talentos

  en El Humor/La Info/Textos  por 
(Capítulos que se le extraviaron a Esopo).
En toda fábula, en cualquier fauna común y silvestre reina el león, más tratándose de la revolución ciudadana, las cosas son diferentes pues el que reina es el Jaguar Sudamericano.
Ovíparos, mamíferos, cuadrúpedos, anfibios, hervívoros, carnívoros estaban segurísimos de que la revolución ciudadana iba a durar 300 años. Por eso se tomaron las cosas con calma y se fueron acercando lentamente al Jaguar para que de acuerdo a sus necesidades, les otorgue los talentos y habilidades para sobrevivir.
Por ejemplo, el primer mes del 2007 se acercó la oveja y arrodillándose ante el Jaguar le dijo:
– Mi señor, yo no deseo ningún talento. Te serviré y seré fiel todos los días de mi vida, y para eso no necesito que me concedas ni siquiera la inteligencia.  Me conformo con un sánduche y un refresco al día para sobrevivir. Un  televisor para verte inaugurar carreteras; un radio para escucharte los sábados y una suscripción de El Telégrafo para enterarme todos los días de las maravillas que haces en esta tierra; y con eso me basta.
El jaguar, como estaba tan alto no respondió.
Otro día se acercaron el vampiro, el gallinazo y el buitre quienes al oído del Jaguar le dijeron:
– Señor nosotros nos hacemos cargo de todas tus empresas públicas y a cambio queremos que te hagas el gil con nuestros honorarios. Transmitiremos gratis tus sabatinas por Gama TV y hasta que dispongas de tu propia flota de aviones, podrás viajar gratis por Tame a cualquier lugar del mundo, incluida tu comitiva. Además, si algún día quiebran, no pasa nada porque como son del Estado, los patos pagarán los platos rotos.
Tras de ellos se acercó la rata y le dijo:
– Señor yo quiero que me concedas el privilegio de ser la representante vitalicia de tu revolución ante la ciudadanía; porque cuando todo esto termine, seré yo quien saque la cara por todos ustedes.
El jaguar, como estaba tan alto no respondió.
Otro día se acercaron los gorilas y le dijeron:
– Señor, déjanos guardar tus espaldas. Pondremos cámaras y micrófonos en todas tus propiedades y vigilaremos a todas las sanguijuelas que se atrevan a contradecir tu palabra. A cambio queremos que cuando esto termine, nos des una embajada, como a todos los demás.
El jaguar, como estaba tan alto no respondió.
Un día se acercó el dragón y le dijo al Jaguar:
我想要你的石油換取我的錢
Como el Jaguar hablaba todos los idiomas, aceptó la propuesta; pero hasta ahora no sabemos a cuánto asciende la deuda con los chinos.
Tocole un día el turno al águila e inclinándose le dijo:
– Compadre lindo, te suplico me concedas el honor de ser el contralor de todas tus riquezas. Con mi vista puedo vigilar desde arriba todo lo que se mueve y lo que no se mueve, (incluido tu gran hermano).  Solo te pido que me pongas 100 sobre 100 en mis exámenes y te mantendré al tanto de todos los contratos negocios y negociados que se hagan en tu nombre. (Siempre y cuando haya revolución y los dos estemos en el país).
El jaguar, como estaba tan alto no respondió.
Llegaron un día los sapos y le suplicaron al Jaguar :
– Señor queremos servirte desde el Consejo de Participación Ciudadana y así como tú nos elegiste a nosotros, queremos que tú elijas a las autoridades. Con tu sapiencia, sabrás elegirlos a tu medida.
El jaguar, como estaba tan alto no respondió.
Luego llegó el can y moviendo la cola al jaguar le suplicó:
– Señor yo sé que tienes a Segismundo y Melibea pero solo quiero que me des la gracia de trabajar para ti y servirte como el perro del hortelano, es decir: si tú no comes, no come nadie. Si tú no hablas, no habla nadie.
Entonces, el Jaguar a pesar que estaba tan alto le respondió:
– Está bien, serás mi asesor jurídico.
Una noche titilaron las luciérnagas en la negra revolución y postrándose ante el jaguar le dijeron:
– Señor, nosotras queremos que seas nuestro protector y nos concedas la gracia de ser sumisas. No queremos brillar con luz propia sino que seas tú quien alumbre nuestro camino.
El jaguar, como estaba tan alto no respondió.
Luego vino el chivo y le dijo:
– Señor, algún día vas a necesitarme porque no tendrás quien te guarde las espaldas. Las sanguijuelas te perseguirán y no descansarán hasta verte tras las rejas por el caso Singue. En esos momentos de angustia, seguro necesitarás de un chivo expiatorio.
El jaguar, como estaba tan alto no respondió.
A los nueve años vino el conejillo y le dijo:
– Señor algún día vas a necesitarme porque cuando experimentes esa horrible sensación de bajar tu popularidad, necesitas tener a la mano un conejillo de indias.
El jaguar, como estaba tan alto no respondió.
A los diez años vino el gato y con humildad le dijo:
– Señor, tu revolución está haciendo agua y necesita que le den una mano de gato. Cuando la cosa se agrave, necesitarás urgente un gato encerrado.
Y el Jaguar a pesar de que estaba tan alto le respondió:
– Ya todo está arreglado: ganando las elecciones les vamos a meter gato por liebre
El asno no vino ni a despedirse del Jaguar. Cabreado tiró al monte y llegó a Venezuela para rivalizar con Maduro; ya que aquí, por la competencia, no iba a tener ninguna oportunidad.
El jaguar, como estaba tan alto no respondió.
La tortuga llegó un día y lentamente le dijo:
– Señor, quiero construir para ti la mejor universidad y la mejor refinería del mundo. Solo pido que me tengas 300 años de paciencia hasta que terminen de construirlas.
El jaguar, como estaba tan alto no respondió.
Otro día vino la vaca y le dijo:
– Señor, quiero que me des la gracia de tener la suficiente leche para amamantar a todos tus jueces. También el calostro para calmar la sed de tu naciente justicia.
El jaguar, como estaba tan alto no respondió.
Cierto día se acercó la gallina y le dijo:
– Señor, quiero que cuando el pueblo se canse de ti y te arroje el fruto de mis entrañas, tú estés preparado y tengas mi apoyo. Para causarte el menor daño posible, trataré de que su tamaño sea similar a los de mi comadre, la codorniz.
El jaguar, como estaba tan alto no respondió.
El gallo también se presentó y pidió un puesto en el Consejo de Participación Ciudadana. El Jaguar lo mandó a hervir en aceite por tamaña impertinencia.
El 24 de mayo del 2017 se acercó el pavo real  y le dijo:
– Jaguar you? Yo gané las elecciones y quiero que te marches y me dejes gobernar.
Entonces el Jaguar recién se dio cuenta de lo alto que estaba. Se levantó, dejó la mesa servida y se fue a Bélgica.
Hoy, es solo un lindo gatito común y silvestre que está sentado inofensivamente en las piernas de algún ciudadano belga, (que podría ser su suegro).
Moraleja 1: No envidies al que está arriba. Lo que parece altura, a los diez años se volvió precipicio.
Moraleja 2: Vive cada día del socialismo como si fuera el último. (Como si fuera tan fácil librarnos de estos verdugos).

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