¿Por qué publicamos a los ex correístas?
Algunos lectores e interlocutores de 4pelagatos.com se han quejado de que se publiquen columnas de María Paula Romo y Katiuska King. Han sido críticos y sus mensajes están publicados. Ha habido incluso debates entre ellos en los cuales este medio no ha intervenido. El centro de la polémica se podría resumir en dos argumentos: ellas hicieron parte del correísmo. El segundo concierne más a María Paula Romo: ella critica hoy lo que ayer ayudó a construir y no responde por el papel que jugó. Solo un detalle: nadie ha criticado lo que ella escribe. Han ido contra ella.
Más allá de estos dos casos –y justamente a causa de estos dos casos– estos 4pelagatos se sienten interpelados por un debate de fondo: ¿cuál es, cuál debe ser la actitud de los demócratas ante los políticos o funcionarios que hicieron o hacen parte de este gobierno? Es un debate que puede ser abordado desde muchos ángulos y que este medio traslada a las personas que nos critican. No pasamos la pelota sin asumir el deber que tenemos de explicar nuestra línea editorial.
4Pelagatos es una plataforma de libre opinión. No es hoy que reivindicamos el derecho a decir y escribir libremente lo que pensamos. Cada pelagato ha dicho lo mismo y ha defendido ese principio bajo otros gobiernos. Si hemos confrontado con el correísmo es precisamente porque, entre otros atentados a la democracia, no ha cesado de violentar, en forma sistemática, el derecho que los ciudadanos tienen de expresarse libremente.
Si se considera que ese es un derecho irrenunciable, en 4pelagatos ni siquiera nos formulamos la pregunta de si lo debemos negar a otros. El principio contiene la respuesta, para aquellos que quieran hacerse la pregunta. La democracia riñe con unanimidad. Democracia implica disenso. Y los dos incluyen al otro, a los otros con sus ideas y el derecho a expresarlas. Las sociedades maduras no penalizan la libre expresión: castigan la apología del delito, de la violencia, del racismo… Pero ese es otro tema.
Ecuador sufre de un gobierno autoritario y atrabiliario. Nadie saldrá de esa cultura si cree que cuando esto cambie –o para que esto cambie– tiene que aplicar las recetas de aquellos que violaron derechos o permitieron que el gobierno lo haga. ¿En qué quedaría el piso ético que la sociedad necesita para encarar a los déspotas? ¿En nombre de qué principios podría exigir?
La sociedad sí tiene mecanismos para pedir cuentas y mantener vivos sus valores. En las primarias en New Hampshire, una electora recordó estos días a Hillary Clinton un error grave cometido por ella en Irak cuando era la Secretaria de Estado de Estados Unidos. “¿Qué lección ha sacado –le preguntó– y qué me garantiza que pueda volver a confiar en usted?” Lecciones, porque los golpes de pecho están circunscritos a las iglesias. Lecciones cuando son errores. Fiscalización cuando hay manejo de dinero y bienes públicos de por medio. Juicios legales que incluyen debido proceso y derecho a la defensa cuando se presume que hay delitos. Cárcel cuando los delitos han sido probados. Eso hacen las sociedades.
Una plataforma de opinión, como 4Pelagatos, no puede convertirse en tribunal de la inquisición. Esa es la miserable labor que se atribuyen personajes como Fernando Alvarado, Carlos Ochoa y otros sacerdotes y semiólogos del correísmo.
4Pelagatos es profundamente favorable al debate, a la polémica, a la confrontación inteligente de ideas. Y en ese ejercicio democrático la sociedad tiene una forma de evaluar: el nivel de credibilidad que alcanzan las ideas y las actitudes en la esfera pública. Se entiende, por ejemplo, que Alberto Acosta –que no ha querido sacar lecciones tras haber ayudado a construir el monstruo correísta– ha perdido capacidad de influencia. Aún así ningún medio democrático podría vetarlo so pretexto de que hizo parte de un gobierno autoritario o es un izquierdista con el calificativo que cada uno quiera agregar.
¿María Paula Romo y su movimiento Ruptura se equivocaron y tienen responsabilidades en la construcción del correísmo? En 4pelagatos pensamos que sí. Pensamos que ella y su partido deben explicaciones a la sociedad. Los criticamos cuando estaban en el gobierno y hemos pedido esas explicaciones públicamente después de que lo abandonaron. Ese debate, de hecho, continúa. Y pensamos que pedir explicaciones, lejos de ser un arreglo de cuentas, es el mecanismo idóneo para reconstruir la democracia que Rafael Correa, creyéndose demiurgo, destruyó casi por completo.
Debatir en vez de insultar. Debatir en vez de acallar. Debatir con todos incluidos aquellos que estuvieron o siguen convencidos de que solo existe una verdad. No se sale del fanatismo volviéndose fanático. O vistiendo un traje de supremacía moral como ha hecho el correísmo.
Esta plataforma publica y publicará voces que no piensan como nosotros. Defendemos principios, todos irrenunciables e irrenunciables para todos los seres humanos, de pluralidad, respeto, derecho a pensar por uno mismo y derecho a decirlo y publicarlo. Lo hemos defendido antes del correísmo, bajo el correísmo y lo defenderemos en el postcorreísmo.
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