jueves, 2 de febrero de 2017

Otro asalto al IESS: se esfuman $2.507 millones



por José Hernández
1 Feb, 2017 Amos Amos Ecuador 0


El gobierno al fin desaparece la deuda en salud que tiene con el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social: $2.507 millones se evaporaron de las cuentas del IESS como por arte de magia. Esto se hizo en septiembre de 2016, según registra el “balance de comprobación del fondo de seguro de salud”. En el de agosto aparecen los $2507 millones en la casilla “Deuda del gobierno”; en el balance de septiembre ese valor es cero.




No es un error. En el mismo balance no se observa incremento alguno en los fondos disponibles ni en los bienes inmuebles. Tampoco un crecimiento en inversiones. Sencillamente la deuda del gobierno en salud, por atención de los jubilados y enfermedades catastróficas, se evaporó de las cuentas del IESS. Sus activos pasaron de 6.011 millones en agosto a 3.703 millones: Los pasivos que sumaban $2765 millones en agosto, descienden a $1720 en septiembre y el patrimonio que aparecía con $2.240 millones en agosto es, en septiembre, de apenas $844 millones.
Igual ocurre con las cuentas por cobrar: en agosto suman 5.400 millones; en septiembre bajan a $3.017 millones. Se dirá que este no es un documento aprobado y auditado por el Consejo Directivo del IESS (donde hay miembros que no aprobarán esa jugada con el sello de Richard Espinosa). Pero este es un documento oficial, con cuentas consolidadas y firmados por el director del Seguro de Salud. En agosto, cuando la deuda figuraba, el balance está firmado por Luis Eduardo Pavón, director del seguro de Salud Individual y Familiar, y Patricia Reyes Navarro, Jefe de la Unidad Financiera el seguro de Salud Individual y Familiar. En Septiembre, cuando la deuda desaparece, firman un director nuevo, Sergio Jurado Villavicencio, y Rammy David Harnisth Noboa, encargado de la subdirección Financiera. Ellos son expertos, al parecer, en desaparecer $2507 millones en un acto de prestidigitación contable.
Lo increíble de este asalto gubernamental al IESS es que lo hacen funcionarios del IESS en total consonancia con la decisión del Presidente de no dar un centavo a esa institución. En el caso de deuda por prestaciones de salud, el correísmo ha sostenido –falazmente porque la Ley de Seguridad Social es taxativa– que no puede pagar por falta de un reglamento. Es imposible determinar –sostiene– un procedimiento y montos o porcentajes de esas contribuciones que debe el Estado. No obstante, la deuda existe, ha sido reconocida y ha venido siendo contabilizada desde el 29 de mayo de 2008 cuando Fausto Ortiz, entonces ministro de Finanzas, firmó un “Convenio de Compromiso de Pago” con Fernando Carpio, entonces Director General del IESS.
En el punto 7 de ese convenio se lee: “El Estado ecuatoriano por intermedio del Ministerio de Finanzas del Ecuador reconoce y se compromete a pagar los valores que adeuda el Estado por atenciones médicas a los jubilados del Seguro General, los mimos que se determinarán hasta el 31 de diciembre de 2008 y se sumarán a los capitales en deuda”.
El 16 de julio de 2010, Patricio Rivera, ministro de Finanzas, y Fernando Guijarro Cabezas, entonces director del IESS, repitieron el ejercicio en el “Acta de Compromiso de Pago”: Finanzas se comprometió a cancelar los valores adeudados al IESS: “así mismo por atenciones médicas en los años 2008, 2009 que asciende aproximadamente (4Pelagatos redondea la cifra) a $151 millones anuales”. De nuevo, no hay un monto consolidado pero se reconoce la deuda que fue creciendo con la masificación de los servicios prestados por el IESS.
Esa deuda fue incluso objeto de un examen especial por parte de la Dirección de Auditoría de Desarrollo Seccional y Seguridad Social de la Contraloría General del Estado. En su informe del 5 de enero de 2015, recomendó que se envíe al Ministerio de Finanzas la información de la deuda que el Estado tiene con el IESS por las atenciones a los jubilados del Seguro General Obligatorio. La Contraloría pidió que esas cifras sean integradas al Presupuesto General del Estado para que así se cumpla con los convenios de pago firmados por Fausto Ortiz y Patricio Rivera. En esa deuda se detallan los saldos acumulados de balances al 31 de mayo de 2014. El total suma $1.875.785.776,53 y coincide con este gráfico que figura en el Informe de Labores de 2014 de Felipe Pezo, representante del sector empresarial en el IESS.
Lo que sigue hace parte del surrealismo tropical. El IESS envió al ministro de Finanzas el informe de la Contraloría pidiendo una Comisión Interinstitucional analice y valide las cifras de la deuda. El 9 de julio de ese mismo año (2015), el director del IESS (en este caso un encargado, Camilo Torres Rites) informa a la Contraloría la conclusión, penosamente redactada, del trabajo de la Comisión Interinstitucional conformada por el delegado del IESS y el delegado del Ministerio de Finanzas: “No existe deuda u obligación que se haga exigible, por la falta o vigencia de un Reglamento a la Ley de Seguridad Social, tal como lo establece la propia Ley de Seguridad Social, de la cual no es legal hacer una determinación de montos o porcentajes de la contribución de prestaciones de salud”. Se niega la deuda, pero se da por sentado el monto de $1.875 millones hasta 2014.
Ahora ya no es solo el gobierno el que se escuda tras la falta de un reglamento para negar la deuda. También lo hacen los funcionarios del IESS, sin que Richard Espinosa, su principal, haya dicho lo contrario. ¿Y por qué no hay reglamento? Porque desde el 4 de febrero de 2009, un proyecto reposa en la oficina del Presidente, quien, además, tiene la facultad privativa de expedir los reglamentos necesarios para que se apliquen las leyes. En definitiva, Correa decidió incumplir los compromisos del Estado con el IESS que, en el caso del Fondo de Salud, suma $1.875 millones más lo acumulado en 2015 y 2016. Y ahora Sergio Jurado Villavicencio y Rammy Harnisth Noboa le dan gusto desapareciendo $2507 millones de los balances.
El IESS, como es obvio, debe continuar prestando sus servicios a los jubilados y pacientes con enfermedades catastróficas. Pero como no tiene esos recursos, sigue gastando sus ahorros.

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