HERMOSOOOO!!!!
Tomado del Facebook de Julia Escudero (Quiteña que sale todos los dias a protestar).
Tomado del Facebook de Julia Escudero (Quiteña que sale todos los dias a protestar).
La calle te transforma. Caminar desde el puente de la República hasta el Consejo Nacional Electoral a las 10 de la noche sin sentir miedo y encontrar amigos, a los que uno no conoce, cargando su bandera y escuchar sus cantos es mirar cómo, poco a poco, esa sensación de frustración y agotamiento físico y mental va transformándose adentro de uno. Empieza a ser reemplazada por una de LUCHA, de UNIÓN y EMPODERAMIENTO. Y la moral, que el domingo estaba acabada, resurge, como una planta que vuelve a nacer y llena de fuerza las manos y el ánimo. Con el pasar de los días, sientes que lo que le debes al país es más fuerte que el conformismo. Que las razones para salir son más grandes que la indiferencia.
A mi país le debo el sol, el cielo, la tierra, el color; sus miles de frutas, las montañas, los paseos, las cascadas, le debo el mar. Mis papás, un paraíso que se llama Galápagos, mi educación, le debo mi trabajo. Le debo las iglesias, las plazas, los atardeceres, le debo la gente: La mujer que se despierta todos los días para darte la mano, el hombre que te enseña que su esencia no ha cambiado. Por eso salgo. Aunque haga frío y esté cansada. La calle tiene un poder; para sentirlo hay que recorrerla. En la calle se quedan el miedo y la resignación y surge la valentía. Me doy cuenta que no lucho por mí. Lucho por lo que le debo al país. Porque todo lo que soy empezó aquí. Porque con callar no gano nada. Lucho, sobre todo, porque cuando yo tenía 8 años, alguien salió con ollas y con coraje a trazar el camino por donde hoy voy. Ahora les debo ese camino a los niños que viven por la verdad. Que sueñan la realidad. No peleo por un candidato, peleo porque no me conformo con un sistema corrupto y falto de transparencia. Porque no me son indiferentes el odio y los insultos. Y porque aún creo en la justicia y espero la libertad. Independientemente del resultado, la calle me da paz. Y esperanza. Aquí me quedo hasta que mi voz vuelva a tener valor #NoMasFraude
A mi país le debo el sol, el cielo, la tierra, el color; sus miles de frutas, las montañas, los paseos, las cascadas, le debo el mar. Mis papás, un paraíso que se llama Galápagos, mi educación, le debo mi trabajo. Le debo las iglesias, las plazas, los atardeceres, le debo la gente: La mujer que se despierta todos los días para darte la mano, el hombre que te enseña que su esencia no ha cambiado. Por eso salgo. Aunque haga frío y esté cansada. La calle tiene un poder; para sentirlo hay que recorrerla. En la calle se quedan el miedo y la resignación y surge la valentía. Me doy cuenta que no lucho por mí. Lucho por lo que le debo al país. Porque todo lo que soy empezó aquí. Porque con callar no gano nada. Lucho, sobre todo, porque cuando yo tenía 8 años, alguien salió con ollas y con coraje a trazar el camino por donde hoy voy. Ahora les debo ese camino a los niños que viven por la verdad. Que sueñan la realidad. No peleo por un candidato, peleo porque no me conformo con un sistema corrupto y falto de transparencia. Porque no me son indiferentes el odio y los insultos. Y porque aún creo en la justicia y espero la libertad. Independientemente del resultado, la calle me da paz. Y esperanza. Aquí me quedo hasta que mi voz vuelva a tener valor #NoMasFraude
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