domingo, 16 de abril de 2017

Correa renuncia a lo sagrado por legitimar a Moreno

  en La Info  por 
¿Qué darías a cambio de que la gente finalmente se convenza y acepte que Lenín Moreno ganó legalmente las elecciones? Pues Rafael Correa ha anunciado que, por eso, daría a cambio algo que para él es sagrado: una sabatina.
En efecto, Correa demostró durante su enlace 519 que está tan desesperado por darle legitimidad a la victoria que el Consejo Nacional Electoral le otorgó a Lenín Moreno y Jorge Glas, que anunció que el sábado 22 no habrá enlace porque ese día y a esa hora habrá una concentración, organizada por su gobierno, en la avenida de la Shyris, en Quito, para demostrar que sí hay gente que cree en que las elecciones fueron transparentes y honestas.
En anuncio lo hizo desde Santa Elena y ocurrió en medio de un nuevo intento que hizo por darle legitimidad a los resultados del CNE y quitársela a los movimientos que han protestado porque creen que la autoridad electoral no ha actuado de forma transparente.
El esfuerzo parece sin duda significativo. Correa no solo que en al menos dos ocasiones ha dicho que las sabatinas son sagradas, sino que nunca o casi nunca ha suspendido una y, cuando lo ha hecho, ha dejado encargado al vicepresidente Jorge Glas de esa tarea. Pues bien, el sábado 22 él y Glas estarán con banderas del Ecuador animando a quienes se concentren para respaldar a Moreno y al CNE. Así de preocupado luce Correa y el Gobierno por dejar a Lenín Moreno en el poder con legitimidad y capital político.
La sabatina 519 fue una suerte de repetición de la anterior, que se hizo en Palenque, provincia de Los Ríos, pero con ciertos matices. Esta vez Correa se cuidó mucho, pero con muy poco éxito, de no lanzar tanto odio e inquina como la vez pasada, pues fue evidente que alguien le hizo caer en cuenta el mal que le hizo a su imagen el haber desparramado tanta vileza y pobreza humana.  Esta ocasión Correa trató de bajarle el tono a su discurso de odio social y racial, aunque es claro y notorio que eso le resulta imposible. En más de una ocasión se dejó arrastrar por su propia humanidad y, tal como en el enlace anterior, denigró, humilló e insultó. Lo hizo nuevamente con Ecuavisa a la que calificó de organización mafiosa, con Cedatos a la que tildó de fraudulenta, con Ruth Hidalgo de Participación Ciudadana a quien otra vez le deseó que vaya a la cárcel y con Guillermo Lasso a quien, entre otras cosas, le dijo ricachón engreído que quiere comprar la Presidencia.
Pero hubo una diferencia básica entre el discurso del enlace 519 y del 518.  Esta vez Correa ya no centró tanto en la supuesta victoria de Lenín Moreno, sino más bien en el hecho de que ese día hubo canales de televisión que basaron su cobertura de los resultados con el exit poll de Cedatos que daba como ganador a Guillermo Lasso. Le dio tanta importante a eso que en dos ocasiones preguntó: “¿saben lo que pasó el 2 de abril? Ese día Ecuavisa proclamó como presidente electo a Guillermo Lasso sobre la base de una consulta fraudulenta”.  Fue como si en su subconsciente se le hubiera borrado que ese día también competía su correligionario Lenín Moreno. “Lo que pasó ese día fue gravísmo”, dijo en otro momento. “Lo que paso el domingo 2 de abril, no puede repetirse en la historia patria, no puede crear un estado de opinión, donde mandan los presentadores vendidos de Ecuavisa, y no el pueblo ecuatoriano, tenemos que cortar de raíz esto, una vez que se aclare todo lo que han enturbiado. Es impresionante el poder de cierta prensa”, dijo asismismo volviendo a invisibilizar a Moreno. “Aquí compañeros manda la mayoría, no el billete de un banquero caprichoso. Hasta hoy no han demostrado fraude. Es gravísimo lo que pasó el 2 de abril, Cedatos tendrá que responder a la ley, los malos perdedores no pasaran”, insistió.
Luego repasó lo que había dicho el sábado anterior para afirmar, otra vez, que el CNE había actuado transparentemente.  Repetitivo y cansón volvió una  vez más sobre el tema de los observadores extranjeros, sobre el reconocimiento de la OEA, sobre los datos que arrojaron varias encuestas hechas por firmas que han trabajado con el Gobierno…  Y nuevamente dijo que no hubo apagón informático y que lo que ocurrió es que alguien de la derecha banquera pagó a un hacker en EEUU, para tumbar la página de los resultados y poder decir así que hubo fraude.  Son las “elecciones más transparentes como lo ha reconocido el mundo entero”, agregó en un arrebato de inocultable exageración.  Era tan evidente y dramático su desespero por  convencer a la audiencia de que las elecciones habían sido legítimas que dijo esto: “Yo le he ordenado a las Fuerzas Armadas; yo le he ordenado a la Policía Nacional, que si han visto alguna irregularidad, lo denuncien, se los ordeno; todavía los estoy esperando, de hecho se registró una irregularidad contra nosotros, por si acaso, en El Oro, y pronto lo sabrá el país”.
Correa parece no darse cuenta de que con este tipo de intervenciones, lo que está haciendo es dejar en evidencia que defiende al Consejo Nacional Electoral porque él lo ha manejado y porque él se siente responsable del trabajo que esa institución ha hecho.  Curioso y contradictorio intento el de Correa de darle credibilidad a un organismo que solo podría tenerla si es que tuviera independencia, es decir si no dependiera de su omnímoda voluntad.
Si hubo otro matiz que hizo a este nuevo intento por legitimar al CNE algo diferente al anterior, fue su alusión a la Semana Santa y a Eloy Alfaro. A pesar de que cada vez que habla de ese tema dice que no lo hace por compararse ni con Jesús ni con Alfaro, el tono y el contenido de lo que dijo fue bastante elocuente. Correa no puede dejar de pensar en sí mismo cuando habla de Jesús y Alfaro. Siempre traza un paralelismo de la forma y las circunstancias en que ellos murieron con sus circunstancias políticas personales.
Pues esta vez Correa, una vez más, dijo que Jesús y él han sido víctimas de los poderosos, de los poderes fácticos y de los medios de comunicación que entonces como ahora inducen a las masas a cambiar de parecer frente a sus líderes.
“De la historia sagrada podemos sacar muchas para la historia universal, para la historia en general, para la historia pagana, para la historia política. ¿Cómo entra un domingo de ramos con palmas y aclamaciones y cinco días después esa gente lo crucifican y liberan al delincuente de Barrabás? ¿Sí se acuerdan de eso o no? ¿Cambiaron de gusto? !No¡ Fueron inducidos por los medios de comunicación de ese entonces, por los gamonales de ese entonces, por los sumos sacerdotes. (…) Esos cambios de humor de las masas no son casualidad, son inducidos por los poderes fácticos, por los medios de comunicación de ahora y de aquel entonces que eran las grandes autoridades religiosas…. Tampoco olvidar la gente que estaba con Jesús: la gente sencilla, la gente pecadora, los pescadores, María Magdalena, las mujeres, los débiles, quiénes estaban contra ese Jesús (je je, risita nerviosa) los opulentos, los fuertes, los que se acostumbraban a dominar, los poderes fácticos, los desubicados de esos que no se pierden un solo enlace, que toman nota de todo lo que digo, en sus editoriales que nadie lee, ni ellos mismo, para decir que Correa se cree Jesús”, dijo Correa muy al inicio de su enlace.
Su referencia a Eloy Alfaro fue casi idéntica aunque casi al final de su show. “Un siglo después, la oligarquía, la banca y la partidocracia siguen siendo iguales. Cualquier parecido nunca será casualidad, es un orgullo saber que los mismos enemigos e iguales”, sostuvo.
Correa ya está en la ronda de despedida. Si bien sus alusiones a Jesús y a Alfaro no son nuevas, ayer tuvieron un tono de desesperado llamado a que no lo olviden y que lo coloquen en la galería de los mártires, ya sean religiosos o políticos. A fin de cuentas, para él, son la misma cosa.

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