Cuenca y Latacunga pagan la bancarrota de TAME
Durante diez años han dicho que las empresas del Estado son viables y rentables si es que se las maneja con manos limpias y corazones ardientes. Y quebraron a TAME. La bancarrota de TAME, aunque cantada ya desde hace muchos meses o quizá años, se puso en evidencia con el anuncio formal de que se han cancelado los vuelos Guayaquil-Cuenca y Guayaquil-Latacunga.
La noticia no solo confirma la catastrófica situación de la aerolínea estatal, cosa ya conocida, sino dos hechos adicionales que no son menos graves: el mayor aislamiento de Cuenca, que venía sufriendo de una importante merma de frecuencias aéreas, y la comprobación de que el aeropuerto de Latacunga fue otro elefante blanco construido por la revolución ciudadana durante el boom petrolero.
La merma de vuelos a Cuenca ya estaba produciendo consecuencias en la cantidad de viajeros que llegaban a esa ciudad. En una entrevista en la revista Líderes, el director de la Cámara de Comercio de esa ciudad, Antonio Vázquez, daba estas cifras: en el 2012 viajaron 588 000 pasajeros, en el 2013 bajaron a 510 000, en el 2014 a 493 000 y en el primer trimestre del 2016 hubo una disminución de 10 000 pasajeros en comparación al mismo período del 2015. Vázquez señalaba que la baja en las visitas era consecuencia directa de la disminución de vuelos.
El anuncio también pone en evidencia otro elefante blanco de la revolución ciudadana: el aeropuerto de Latacunga, que fue rehabilitado en 2011 con un costo de 35’458.411 dólares. Sin la ruta de TAME, ese aeropuerto se queda únicamente con la operación, tres veces a la semana, de la aerolínea Cargolux que ha pedido, según se sabe, que se le permita volar desde Quito porque no es rentable su operación en esa ciudad. 4Pelagatos supo que el permiso no se le extiende porque el gobierno no quiere que el aeropuerto de Latacunga se quede inactivo. Eso levantaría críticas dada la alta inversión que hizo ahí, a pesar de todas las advertencias de algunos que anticiparon que la construcción del nuevo aeropuerto de Quito iba a quitar sentido al de Latacunga.
Este reciente anuncio de TAME se suma a otros hechos que permiten concluir que la inversión hecha en Latacunga fue, si no inútil, sí excesivamente costosa. En enero del 2016 se anunció que TAME dejaba de volar entre esa ciudad y el Coca, en la Amazonía. También habría que agregar el caso del aeropuerto de Santa Rosa en la provincia de El Oro y Tena en Napo, que están prácticamente abandonados a pesar del alto costo que tuvieron. 43,6 millones en el de Tena y 47 millones en el de Santa Rosa. Si se suman los tres aeropuertos se tiene que se invirtieron unos 126 millones que a la postre resultaron inútiles.
En otras palabras, a las pérdidas de una empresa pública como la TAME, que sus propias autoridades calcularon en el 2016 en 58 millones, habría que sumar estos tres aeropuertos que, según los hechos, no eran necesarios. “Recuerda, el gasto público eres tú: tus carreteras, tu educación, tu salud, tus becas”, puso alguna vez el presidente Correa en su cuenta de Twitter para responder por las críticas que se hacen al excesivo gasto público.
La cancelación de los vuelos de Guayaquil a Cuenca y de Guayaquil a Latacunga se produce básicamente por la severa e insalvable crisis económica por la que atraviesa TAME. Según expertos consultados, 4Pelagatos supo que la situación es tan grave que esa empresa no puede pagar el mantenimiento de los aviones y, por eso, trata de reducir las horas de vuelo para que el intervalo entre los chequeos técnico de las aeronaves sean más grande. TAME tiene importantes deudas con sus proveedores, especialmente con los que le venden repuestos y los que le arriendan los aviones. Además, el gobierno ecuatoriano no ha podido cobrar a su par venezolano aproximadamente 15 millones de dólares, que debe a la empresa, sin contar con cerca de 50 millones que se perdieron por el tipo de cambio de la moneda venezolana.
Ante la crisis, el gobierno hizo una convocatoria para encontrar un socio estratégico y pedía 60 millones por la mayoría de acciones. Sin embargo, solo se presentaron dos oferentes: uno fue el grupo chino que había comprado el Hotel Quito pero no tenía el mínimo de 5 años de experiencia en el sector que se exigía en los pliegos de la convocatoria. La otra es una pequeña empresa boliviana, Amaszonas, que, aparentemente, tiene la experiencia requerida pero no el currículo necesario para acerse cargo de una operación mediana como la de TAME.
En la quiebra de TAME confluyeron varios motivos. Entre esos está el manejo político de la aerolínea que se evidencia en al menos dos cosas. Por un lado, el aumento de personal: TAME fue convertida en un botín clientelar por el gobierno y llegó a tener 1700 empleados, lo cual para los expertos es inmanejable para una aerolínea si quiere ser rentable. Actualmente tiene 1343 empleados luego de una serie de recortes en los últimos meses.Por otro lado, la creación de frecuencias políticas que no eran rentables. Las frecuencias a Sao Paolo, Buenos Aires, Lima o Caracas no produjeron réditos pero fueron mantenidas por consideraciones políticas. El presidente Rafael Correa fue el más entusiasta de estos vuelos y el responsable de que se los haya creado.
Pero la política no solo influyó de esa forma. TAME ha sido utilizada por la Presidencia de la República para los viajes de Rafael Correa. En un documento que 4Pelagatos logró conseguir en junio del 2016, la cifra del costo de los charter de la comitiva presidencial superaba tres millones de dólares. Un desplazamientos que significó un gasto importante, por ejemplo, por el alquiler del avión de TAME fue el que hizo a China en enero del 2015: llevó una comitiva de 29 invitados. La factura alcanzó 905 365 dólares. Estos vuelos no solo significan pérdida en lo económico, pues muchas veces la Presidencia demora en hacer los pagos que, dicho sea de paso, vienen del presupuesto del Estado sino que implica el desplazamiento de aviones que, inevitablemente, produce problemas en otras frecuencias.
También influyó en el derrumbe de la aerolínea la eliminación del subsidio al combustible y la competenciade otros grupos como LAN y Avianca, manejadas con criterios de empresa privada.
El anuncio del fin de los vuelos entre Guayaquil-Cuenca y Guayaquil-Latacunga es un episodio más en la trágica saga sobre el desastroso y honeroso manejo de TAME hecho por el gobierno de la revolución ciudadana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario