miércoles, 21 de octubre de 2015

La real alianza que quiere el correísmo con los empresarios

Por José Hernández

Mientras el Presidente anuncia los nuevos cambios en el gabinete, elpost sobre el particular, que se publicó en este blog, merece un alcance. Lo suscita Emilio Palacio, quien en su último artículo escribió:
“El periodista José Hernández cree que se trató de “un mensaje en dirección de los empresarios… Si Alvarado aceptó el Ministerio Coordinador de la Producción… seguramente es porque ya definió con Correa una línea de acción que no puede ser otra que tratar de gestionar una real alianza con los empresarios”.
Pero hay indicios de que podría tratarse de lo contrario. En los últimos meses, el Ministerio de la Producción y Semplades fueron las dos carteras con mayor protagonismo, con Nathalie Cely liderando una alianza con el sector privado y Pabel Muñoz al frente de un “diálogo ciudadano” para promover los impuestos “socialistas” a la plusvalía y la herencia. Fiel a su estilo, Correa podría haber buscado una solución al conflicto, tomando partido por una de las dos opciones pero alejando al mismo tiempo a sus dos protagonistas”.
Se habló efectivamente de “un mensaje en dirección de los empresarios”. Es imposible que no lo sea por tres razones: el gobierno necesita en este momento, más que nunca, al empresariado. Dos: se está tramitando la alianza público-privada en la cual el gobierno espera que parte del empresariado se haga cargo, por delegación, de proyectos en los cuales ya no tiene músculo financiero para emprender. Tres: si Vinicio Alvarado reemplaza a Nathalie Cely se puede asegurar que no llega ahí para azuzar guerra alguna con el sector privado. Alvarado no es Pedro Páez.
Se dijo que Alvarado llega para “gestionar una real alianza con los empresarios”. Cuando se dice “real alianza” no cabe entender cambio de modelo. Para el correísmo es un acuerdo con uso político incluido. En la visión del Presidente –y no es nueva– su gobierno hizo su tarea (inversión pública, aeropuertos, vías…) y los empresarios deben hacer la suya. Correa dice que los empresarios han ganado dinero en su gobierno. Lo dice en general, sin hacer énfasis en los grupos monopólicos que ha protegido. Por eso espera reciprocidad que, en este momento, implica: que los empresarios se adhieran a la alianza público-privada, que no hagan ruido mediático (en un momento de conflictividad social y política) y que, en ese marco, no en otro, construyan un diálogo fluido y efectivo con Vinicio Alvarado. Un punto complementario: si hay negociación con el FMI, tener al empresariado de su lado es una ventaja.
Los empresarios ven con buenos ojos la llegada de Alvarado en vez de Nathalie Cely. Lo ven como una “eventual oportunidad”, según dice un vocero del Comité Empresarial. Es una señal en la buena dirección, como el proyecto de alianza público-privado. Saben que eso no cambia las condiciones hostiles que este gobierno ha creado para los emprendedores. Pero cuentan con Alvarado como un interlocutor que, por su extrema cercanía con Correa, pueda hacer avanzar ciertos temas de la enorme cantidad que tienen en carpeta. Ejemplos: el tema laboral (el gobierno ahora sí reconoce puertas adentro la gravedad del desempleo). La simplificación administrativa (la montaña de trámites genera agobio en las empresas). El plan para salir de las salvaguardias (el gobierno no pone fecha y habla de escalonar…). El impuesto a la salida de divisas… De cierta manera, la “real alianza” es la realpolitikque está en juego con la llegada de Alvarado al Ministerio de la Producción. Y el control que ejercerá en Semplades para que se alinee con el pragmatismo que requiere el gobierno y que necesitan los empresarios.

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