martes, 27 de octubre de 2015

EL MACABRO MUNDO QUE LA SECOM DE ALVARADO ALBERGA EN SU MENTE

DESDE LA TRANQUERA
Una mirada desde el otro lado


MARTÍN PALLARES


OCTUBRE 26, 2015
¿Se imaginan un país donde el Estado es el único que puede defender los derechos humanos? ¿Un lugar donde ningún ciudadano o ningún grupo puede defenderse cuando sus derechos son atropellados porque ese trabajo es exclusivo del Estado?
Si la respuesta es que esa posibilidad se produce únicamente en los estados totalitarios como el de Corea del Norte, en la Unión Soviética de Stalin o en la China de Mao Zedong están en lo correcto. Bueno, casi en lo correcto.
Porque resulta que la idea de que el Estado es el único que legalmente puede defender los derechos fundamentales también está en la mente de algunos funcionarios y organismos del Gobierno ecuatoriano.
En efecto, en un oficio que la Secretaría de Comunicación de Fernando Alvarado ha enviado a Fundamedios se sostiene que ese organismo, que defiende la libertad de expresión, no puede incorporar a sus estatutos un artículo que dice que su función es la defender la libertad de prensa.
Literalmente dice así el argumento de la Secom: “Conforme el artículo 11 número 9 de la Carta Fundamental, el más alto poder del Estado consiste en respetar y hacer respetar los derechos garantizados en la Constitución, en consecuencia, resulta inadecuado e incongruente que una persona jurídica de derecho privado pretenda a través de reformas estatutarias internas atribuirse la calidad de defensora o protectora de los derechos fundamentales cuando la norma suprema claramente establece que tal obligación le corresponde al Estado ecuatoriano”.
El argumento es tan pueril y de tan desfachatado absolutismo que para hacerlo público, mucho peor en un oficio oficial, se necesita no haber conocido el concepto de la vergüenza o tener en mente un macabro y siniestro plan político. Sostener la exclusividad del Estado en la defensa de los derechos es desconocer de un plumazo una de las más elementales e importantes conquistas ideológicas de la humanidad desde el aparecimiento del Renacimiento y la Ilustración.
De llevarse a la realidad lo que sostiene la Secom de Alvarado, en el Ecuador se estaría estableciendo una situación en la que sería ilegal asociarse para defender los derechos humanos cuando éstos son violados por el Estado. Quien redactó el oficio y quien quiera que lo haya autorizado desconoce que es precisamente porque el Estado es el primer candidato a violar los derechos fundamentales que los humanos, en sus aspiraciones civilizatorias, lucharon y consiguieron el derecho a defenderse del poder estatal.
En un sistema en el que gobierne el principio que la Secom de Alvarado incluye en el oficio a Fundamedios no podría haber, por ejemplo, organizaciones sociales que defiendan los derechos ambientales ni el derecho a la educación porque, como dice el oficio de marras, esos derechos ya están consagrados en la Constitución y por eso únicamente la administración pública los puede defender.
¿En verdad el Gobierno tiene en mente una sociedad en la que rija la lógica que plantea la Secom de Alvarado? La simple posibilidad es escalofriante.
De aprobarse las enmiendas constituciones, este escalofrío pasaría a ser una amenaza inminente. No lo duden.

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