miércoles, 24 de enero de 2018

EL CRIMINAL Y LUCRATIVO NEGOCIO DE LOS MEDICAMENTOS CADUCADOS



Ayer se realizó la audiencia en el caso criminal de MEDIVEZA, y como observadores pudimos ver que en el mundo de las leyes, como en todo, se juegan estrategias para conseguir algunos objetivos.
Pudimos ver por un lado una defensa descriptiva y puntual, narrando los hechos inconscientes que para obtener dinero, atentan a la salud y a la vida de la gente; por otro, una defensa efervescente, con derroche de verborrea jurídica.
La una, demostrando hasta la saciedad el proceso de “reciclaje” de medicamentos, que de caducados y guardados desde el año 2002, resucitaban a períodos de vida más largos, gracias a la “magia” de un laboratorio clandestino que, a decir de la defensa tenía todos los permisos, -con excepción del principal permiso otorgado por Arcsa, única entidad autorizada para el efecto-; la otra dueña de un excesivo drama pretendiendo convencer al Tribunal de que en el hecho vergonzoso que se acusa, NO HAY DELITO.
Los ciudadanos nos preguntamos ahora, qué es lo que valora el Tribunal para dar su veredicto? Las pruebas contundentes de una parte, limpiamente expuestas con pruebas irrefutables que evidencian una realidad delincuencial vestida de empresa legalmente constituida, o el dramatismo huérfano de verdades de la otra parte.
Los hechos aportados en esta etapa procesal, indudablemente, marcarán el criterio del Tribunal, por sobre cualquier estrategia de comedia.
En definitiva, son los hechos los que configuran el delito los que debe ser sancionados al margen de cualquier defensa comprometida con la falsedad orientada hacia la impunidad.
Aquí está en juego el derecho sagrado a la salud, que tiene el pueblo ecuatoriano, por declaración de la Constitución de la República del Ecuador.
EL OBSERVADOR

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