miércoles, 5 de abril de 2017


Si así fue su primera rueda de prensa, esto puede acabar mal

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Si así se comienza, no parece que terminará bien. La primera rueda de prensa de Lenín Moreno, en calidad de triunfador según el CNE, sirvió principalmente para agrandar los cabos sueltos que dejó durante la campaña en la que, supuestamente por ser el candidato favorito, no quiso debatir ni exponerse a interrogantes exhaustivos de la prensa.
Moreno en su primera aparición tras la campaña no fue, como la prensa gringa calificó a Donald Trump luego del discurso de posesión, presidencial. Es decir, dejó la imagen de ser incapaz de articular el discurso y la actitud que, se supone, debería tener una persona que se va a encargar del poder ejecutivo de un país.
Con la excepción de su corta y certera respuesta a una pregunta sobre el tuit de Julian Assange, en el que decía que el candidato opositor Guillermo Lasso debía salir del Ecuador, el resto de la presentación de Moreno fue de una pobreza desconsoladora. Nervioso, sobre actuado y casi siempre a la defensiva, fue difícil saber si Moreno quería evadir el meollo de las preguntas o si las entendía de forma distinta a quienes se las formularon. Por ejemplo, su ya célebre respuesta a la pregunta de Freddy Paredes de Teleamazonas, en la que reclamó por haberle faltado el respeto, se pudo interpretar de muchísimas formas. ¿Le molestó que le haya tratado de licenciado o que no le haya nombrado como presidente electo? ¿Le estaba haciendo un reclamo por la pregunta de ese momento o por la forma en que el periodista lo había tratado como candidato en su medio?
Lo mismo ocurrió cuando Patricia Janiot de CNN le preguntó sobre los reclamos del candidato Guillermo Lasso. En lugar de contestar la pregunta, Moreno empezó a hablar sobre la libertad de expresión refiriéndose, aparentemente, a la libertad que le asistiría a Lasso para hacer el reclamo pasando luego a defender al gobierno de Correa por las críticas que se le han hecho por sus ataques al los medios de comunicación. ¿Dijo realmente que los reclamos de Lasso son una evidencia de un supuesto clima de libertad de expresión en el Ecuador o, en realidad, no quiso responder la pregunta de Janiot? Todo fue muy difícil de entender, quizá porque Moreno aún no se siente muy seguro de que puede ejercer un liderazgo independiente al de Rafael Correa.

Lo cierto es que la rueda de prensa de Moreno apenas duró ocho minutos y evidenció la obsesión que ha tenido su equipo asesor de evitar que se exponga a los cuestionamientos de los periodistas. ¿Si querían que la rueda de prensa aparente ser la de un presidente electo cómo se les ocurrió hacer algo tan corto y superficial? La sensación que quedó flotando es que su equipo asesor, o quizá él también, tiene terror a que le hagan preguntas. O que solamente querían que los periodistas le hicieran un par de preguntas pero, sobre todo, le dijeran señor presidente.
Básicamente se abordaron tres temas: la transición y el equipo de trabajo, la impugnación de resultados y la necesidad de legitimar la victoria, Julian Assange y la libertad de expresión. Con la particularidad de que el tema de la libertad de expresión nadie se lo planteó sino que él lo introdujo dejando muchas más dudas sobre su posición sobre ese asunto.
Los únicos anuncios concretos que hizo fue sobre su equipo de trabajo. Dijo que Jorge Glas se encargará básicamente de lo que se ha encargado en los últimos cuatro años y que el ex candidato Iván Espinel se hará cargo de una nueva Secretaría: la de la Juventud. “Las tareas que va a realizar el señor Vicepresidente de la República… Hemos adelantado algo con él; por delicadeza no se lo manifiesto directamente, pero por supuesto serán temas que (se encargará) relacionados con la ciencia, la tecnología, la electricidad en el cual (en los cuales) el trabajo del señor vicepresidente ha sido bastante exitoso”: Moreno contradijo una afirmación suya de campaña que apuntaba a que Glas ya no iba a estar al frente de los llamados sectores estratégicos.
En el tema de Iván Espinel dijo que se encargará de algo que, sostuvo, es una necesidad que siente la sociedad: una secretaría para la juventud. “Eso ya lo habíamos adelantado con él. Es un sentir de la juventud ecuatoriana el que se cree una Secretaría de la Juventud. Pienso que Iván es la persona más adecuada para llevar adelante esa secretaría. Sin embargo, todavía no le he manifestado esta intención mía. El está de viaje este momento. Cuando regrese conversaremos”.
El otro tema fue el de la impugnación de los resultados hecha por Guillermo Lasso: “Yo ya lo he manifestado con anterioridad, no ahora. Primero un profundo respeto a la institucionalidad. Había dicho desde el mismo inicio de la campaña que mi campaña iba a ser decente, con honor, que iba a dignificar la política para que sea un buen ejemplo para los ciudadanos y fundamentalmente para la juventud como un incentivo para que participen en ella activamente. Yo había dicho que si un candidato opositor gana las elecciones yo iba a felicitarlo como debe comportarse todo caballero y desearle éxito y sobre todo a desearle mucho éxito a mi amado Ecuador”, dijo en la única vez que pareció algo decidido a contestar ese tema sin evadirlo.
Sin embargo, cuando Patricia Janiot de CNN insistió sobre ese asunto, Moreno introdujo el tema de la libertad de expresión. “Mire señorita Janiot, en este Gobierno que algunos dicen que hay una dictadura y que no hay libertad de pensamiento se puede decir hasta esas barbaridades. Para que nosotros veamos cómo funciona la libertad de expresión acá en el Ecuador: si usted revisa la mayoría de los medios impresos, televisivos o radiales del Ecuador va a encontrar todos los insultos, todos los agravios que pueden decirse a gobierno, a personas a instituciones. Y, sin embargo, este Gobierno ha sido extremadamente respetuoso inclusive con esa forma de pensar. Sin embargo ya he manifestado desde el comienzo: mi mano está tendida para todos, incluye eso al candidato opositor. Mi mano está extendida para hablar de los grandes problemas del país”.
Este fue quizá una de las respuestas más desconcertantes de Moreno en su primera rueda de prensa pero ha merecido menor atención seguramente porque la que dio a Freddy Paredes terminó convirtiéndose en tendencia en redes sociales. Moreno, si se observa la transcripción de la respuesta, inicia su argumentación diciendo algo insólito: que la impugnación de Lasso es una evidencia de que en el Ecuador hay libertad de expresión. ¿Cómo es posible que un recurso legal del sistema electoral ecuatoriano sea considerado como libertad de expresión?
Aparentemente, y aparente porque no es fácil entender a Moreno, el ganador oficial de las elecciones piensa que ejercer un recurso legal, como es la impugnación, es parte de la libertad de expresión. Sin embargo, luego de haber dicho eso saltó, sin que nadie se lo pidiera, a defender lo que ocurre en materia de libertades en el Ecuador. Moreno, como se evidencia en su respuesta, ve algo que difícilmente verá otra persona medianamente objetiva: insultos e improperios publicados en los diarios, en las radios y los canales de televisión en contra de instituciones y funcionarios. Si para Moreno las noticias, siempre relatadas en tono extremadamente moderadas como consecuencia de una castradora la Ley de Comunicación, son insultos, entonces ¿qué se puede esperar de él en cuanto a respeto a las libertades?
Al inicio de la rueda de prensa también se refirió al tema cuando agradeció a los periodistas. Un agradecimiento particular, porque primero dijo que la cobertura que le habían hecho había sido seria y luego se corrigió: dijo que hubiera sido mejor si hubiese sido más seria. “Gracias a ustedes señores periodistas porque han cubierto todos estos eventos con la debida seriedad. Eh, podría haber sido con un poquito más de seriedad pero ya que no fue así… Pues igual, igual, muchas gracias”. Y remató su argumentación con una afirmación curiosa: “la relación que vamos a tener va a ser una relación bastante mejor que la que hemos tenido, va a ser una relación de respeto, de armonía, de tolerancia como creo que debe comportarse un gobierno”. No se sabe si está criticando al gobierno de Rafael Correa, lo cual sí hizo cuando respondió a Janiot. Si la relación va a ser mejor y habrá respeto porque esa es la forma, según dijo, que debe observar un gobierno, se puede  pensar que estaba lanzando una puya a la forma en que Correa se ha comportado estos diez años con el periodismo. Hay que reconocer que Moreno creó ambigüedades  y contradicciones en apenas ocho minutos y pico.
Fue sin embargo en la respuesta más corta en la que Moreno se mostró claro, contundente y decidido. Ocurrió cuando un periodista le preguntó sobre el tuit de Julian Assange en el que decía que Guillermo Lasso debería irse a vivir fuera del Ecuador. “El señor Julian Assange debe respetar la condición en la que está y no opinar de política ecuatoriana. Así le vamos a manifestar”, respondió. 131 caracteres, perfectos como para un tuit mediano,  le bastaron para responder con lucidez y contundencia. Fueron, además, los únicos que permiten, a los optimistas obstinados, abrigar la esperanza de que Moreno pueda llegar algún día a ser presidencial.

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