El observador

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El país que hereda el nuevo Presidente

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Lunes, 3 de Abril de 2017

El país que hereda el nuevo Presidente En lo económico De acuerdo con el analista José Hidalgo Pallares, la economía que recibirá el próximo Gobierno está en contracción y con una situación fiscal crítica. De hecho, Hidalgo cuestiona que se hable de un modelo exitoso cuando el ritmo anual de crecimiento entre 2001 y 2007 fue de 4,8%, mientras que durante la década correísta fue de 3,4%, sin tomar en cuenta la proyección de este año, que es -1,7%. Si bien se trata de una década en el que creció significativamente la inversión pública, que es un gasto insostenible, dice. “La inversión se financió con deuda, pese a los ingresos extraordinarios, tampoco estuvo acompañado de inversión privada, sino que se la desplazó”, señala Hidalgo. Piensa que el próximo Gobierno tendrá que emprender un recorte fiscal, que deberá ser gradual “para que su efecto sobre la actividad no sea demasiado profundo”.

Salud y educación El drama del sistema, según la médico y profesora universitaria Beatriz León, consiste en que la salud pública sigue sin tener niveles óptimos de acceso y calidad pese a que, durante 10 años, Correa hizo fuerte inversión. “Si con estas condiciones no se pudo hacer, es muy difícil que el nuevo Gobierno lo logre”, señala. En el criterio de León, la obra gubernamental se concentró en lo infraestructural. Sin embargo, hay un punto que deberá analizar la próxima administración. Mientras en Ecuador el Ministerio de Salud sigue siendo proveedor de servicios, “con muy mala calidad, la OMS (Organización Mundial de la Salud) establece que la autoridad sanitaria debería controlar y regular el sistema de salud, como producir las políticas públicas”. Pese a la bonanza, no se cumplieron los objetivos del milenio y sigue habiendo cifras preocupantes de mortalidad materna, embarazo adolescente o desnutrición infantil. Desde el punto de vista de la educación, hay problemas de acceso a las universidades, debido al examen de ingreso, el re-direccionamiento a universidades en ciudades lejanas y el fracaso en carreras asignadas. Se hizo inversión multimillonaria en nuevas universidades, como Yachay. León denuncia, además, que durante estos años el sistema universitario privilegió las carreras tecnocráticas por sobre las humanistas. Un logro importante fue el programa de becas.
Política y libertades El escritor y columnista de opinión Carlos Arcos Cabrera cree que durante este periodo las libertades se debilitaron a tal punto que las instituciones republicanas de “la democracia quedan en soletas y hay un país dividido”. Si se quiere restaurar un sistema de pesos y contrapesos, es probable que se intente emprender una reforma constitucional. Arcos también piensa que el nuevo Gobierno tiene que “refundar la libertad de expresión”. Esto se conecta con varios puntos, como el concurso de frecuencias. También, está en juego el futuro de los medios incautados, cuya titularidad hereda el nuevo Gobierno. Y, por último, la posibilidad de, al menos, reformar la Ley de Comunicación.
Corrupción Los escándalos de corrupción han protagonizado el crepúsculo del Gobierno de Rafael Correa, especialmente el caso Odebrecht y aquellos relacionados al negocio petrolero. De acuerdo con la investigación del Departamento de Justicia de Estados Unidos, la constructora brasileña pagó 33,5 millones de dólares en sobornos a funcionarios ecuatorianos. En su reciente libro ‘El feriado petrolero’, el activista Fernando Villavicencio sostiene que en pérdidas en el negocio del petróleo se cuentan 23.000 millones, una cifra que equivale a tres feriados bancarios. Villavicencio estudió 22 contratos firmados por el Estado en relación a las refinerías, de los cuales 74 fueron firmados por el prófugo de la justicia Carlos Pareja Yannuzzelli, exministro y hombre de confianza de Correa, por 1.300 millones. Estos y otros casos deberán ser aclarados por el nuevo Fiscal General y la Justicia.
Organizaciones sociales En este ámbito, el Gobierno de Rafael Correa ha liderado una estrategia para “dividir y cooptar” a los movimientos sociales, de acuerdo con el antropólogo e investigador Fernando García. Es así que se declaró la guerra a la Unión Nacional de Educadores (UNE), hasta desaparecerla, y plantear una organización de educadores afín al Gobierno: la Red de Maestros. Este intento de división se ve en todos los ámbitos, como organizaciones de trabajadores, obreros, campesinos y sectores indígenas. “Felizmente, ha habido procesos de resistencia, que han permitido posiciones críticas”. A esta estrategia se suma el Decreto 16. Se disolvió la fundación Pachamama y se fueron del país a ONG como la Usaid o la Konrad Adenauer. Y, si bien, organizaciones como la FEI implican un apoyo indígena al Gobierno, la “estructura del movimiento indígena no se ha roto” y la Conaie se mantiene.