Fernando Xavier Balarezo Duque
EL VERDUGO DE LA PRENSA
El perro rabioso que anda con correa pero sin bozal, más conocido como el "supercom 8a", vulgar espécimen de ínfima ralea, servil, obediente, sumiso y rastrero ante su amo, continúa ladrando y mordiendo a periodistas y medios de comunicación que se atreven a hacer públicas sus investigaciones sobre la podredumbre de los estamentos gubernamentales en cuanto a los latrocinios cometidos contra el erario nacional y contra la voluntad electoral del pueblo, y por lo tanto se ha convertido en el verdugo de la prensa libre. Entonces, vienen las sanciones, amonestaciones, multas... con el fin de amedrentar y silenciar las voces críticas.
Ante esta realidad, no deberíamos amilanarnos en la lucha incesante, inclaudicable, por la vigencia plena de las libertades en el Ecuador, sin soslayar que la libertad de prensa no es más que la consecuencia de la libertad de pensamiento y la libertad de expresión de los ciudadanos dignos y altivos. Sin libertad amplia y plena, la democracia es inadmisible, imposible, impensable. Para el ejercicio democrático se requiere de una prensa libre: que critique al poder y lo cuestione; que investigue e informe; que opine sin ataduras. Su grande y alta misión es vigilar muy de cerca la actividad de los poderes públicos.
En democracia, la prensa controla al poder político, jamás a la inversa; sin embargo, el oprobioso dictador ha impuesto una serie de controles estatales y sanciones a la prensa a través de una ignominiosa ley de comunicación, y ha ponderado su régimen totalitario y fascista, que está reñido con principios y derechos para vivir en paz, libertad y democracia en el país.
Fernando Balarezo Duque
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