sábado, 15 de abril de 2017

AL (EVENTUAL) PRESIDENTE L. MORENO: POR PABLO LUCIO PAREDES



abril 9, 2017 / By CISEPP
De mis consideraciones: Me permito compartir algunas reflexiones. Lo hago con el debido respeto a “la majestad del poder”, pero aún más importante con el derecho que me asiste como miembro del soberano de donde emana ese poder. Y agrego “eventual” porque ante la mayúscula opacidad de los resultados electorales, es aún necesario procesar todas las fallas.
En los años 60, usted inició su vida política alrededor de los movimientos comunistas, cuando el mundo ya había mostrado su fracaso humano, ético y económico. Ojalá sean reminiscencias pasadas, ojalá, porque la RC ha expresado su irrestricta admiración al régimen venezolano (y usted nunca ha expresado lo contrario), que constituye un nuevo intento comunista cuando el Muro cayó hace 30 años. Los ecuatorianos no queremos ese sendero y usted no tiene derecho a encaminarnos hacia allá.
Estos diez años han sembrado división y odio (que no se justifican por una carretera o escuela adicional). Usted tenía la maravillosa oportunidad en campaña de mostrar lo contrario, pero no ha pasado de las palabras. Al final de las dos vueltas, volvió al mismo estilo prepotente y amenazador. Durante la campaña permitió alrededor suyo el uso y abuso de los bienes del Estado (ejemplo, funcionarios públicos obligados a aportar tiempo y/o dinero a la campaña). Lo mismo de siempre. Y parece estar ya encumbrado en la nube del poder. Llamarse “señor” seguido del nombre y apellido le honra a uno y a su familia, la necesidad de llamarse “presidente” solo es un acto de insensata vanidad. No caiga en esa tentación tan peligrosa.
Como alguien sugirió, ojalá usted ordenara publicar los nombres de Odebrecht antes del 24 de mayo. Ojalá clausure el concurso de frecuencias claramente dirigido contra ciertos medios “opositores” y pare el nombramiento de autoridades tan incestuosamente cercanas al Gobierno. Ojalá la corrupción sea atacada, pero para despejar dudas, es aún tiempo de aclarar interrogantes sobre su estadía en Ginebra y las carísimas conferencias en el Municipio. Tener cancha despejada es la mejor manera de arrancar un partido.
La economía no está ordenada como se ha dicho, solo se ha frenado la caída por una masiva inyección de deuda (incluyendo recursos tomados ilegal y peligrosamente del sistema financiero). Usted no debe simplemente seguir “raspando la olla” como algunos le sugerirán. Si planeara ser un presidente de pocos meses sería quizás lo correcto, no si su mandato es de cuatro años y debe asumir los desafíos incluso ante las presiones de su propio partido. Hay mucho pendiente, desde abrirnos al mundo hasta ordenar el enorme déficit fiscal y pagos anuales de deuda, pasando por reactivar la inversión privada y limitar el asfixiante Estado. Pero eso requiere cambiar de visión: la generación de riqueza es el sustento de la sociedad, no la redistribución (ciertamente necesaria para los que menos oportunidades tienen). El enemigo no es el que emprende (con todos sus defectos humanos) sino el que pretende sembrar el campo de dádivas y mansos corderos.
En caso de que fuera presidente, tiene muchos desafíos, ojalá los enfrente con sabiduría, no por su bien, sino lo único importante, el del país… Atentamente. (O)

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