lunes, 19 de enero de 2015


Francisco Febres Cordero

El año del conocimiento

Qué bestia, qué inteligentes que somos! Eso se vio clarito en el festejo que preparó la revolución ciudadana para celebrar los ocho años de su permanencia en el poder. Con esa feria tecnológica Innópolis la celebración estuvo bien intelectual, francamente. Hasta la música sonó bajito, pero no por culpa de la revolución ciudadana sino porque habían instalado parlantes de inducción, lo cual ahorró no solo al Estado, sino a los asistentes, bastantes cantos.
Es que, tal como nos anunciaron, este año será el del conocimiento y por eso la celebración se dio en Yachay, lo cual también fue muy significativo porque la Ciudad del Conocimiento es parte fundamental del cambio de matriz productiva y el conocimiento es algo que podemos salir a vender al mundo, tal como, con mucho conocimiento, se aseguró.
¡Cuánto pagarían en el exterior, por ejemplo, si la Gabriela Rivadeneira fuera a vender su conocimiento para hacer que los pobres coman pan y los ricos mierda mierda! Porque ¡qué conocimiento que tiene ella para eso! Tanto, que para pagar la nueva casa que se compró, de hoy en adelante ya no va a comer pan. Ojalá, pobrecita, no le caiga mal al estómago la nueva comida.
La Bakki también puede vender su conocimiento a los países extranjeros para que aprendan cómo hay que hacer para recolectar fondos para la protección de la selva antes de explotar el petróleo que hay en sus entrañas (no pues en las entrañas de la Bakki, sino de la selva).
El Ochoa puede exportar sus conocimientos a muchos países del orbe. Fu, ¡cómo le comprarían! ¡Cuánto conocimiento se ha desarrollado en el Ecuador para silenciar a la prensa!, dijeran. Verán nomás que hasta conseguimos la venta anticipada del conocimiento del Ochoa a China, y con eso nos forramos.
Conocimiento cosmonáutico también podríamos exportar, con lo que la revolución ciudadana puso en órbita su primer satélite y con eso se colocó a la cabeza en la carrera espacial. ¡Qué hazaña que fue esa! ¡Con qué conocimiento se lanzó el satélite desde China! Qué pena que me da acordarme de cómo, con lo que era tan chiquito, se desorientó enseguidita y uno más grandote le pisó en el espacio y el Pegaso se perdió en la estratosfera, igualito que la revolución ciudadana. ¡Ya lloro!
Hasta el comecheques podría ser exportado porque ¡qué conocimiento que demostró para deglutir los sobornos! Cómo se nos abrirían los mercados porque en otras partes en lugar de comerse los cheques los depositan en cuentas corrientes en los bancos de los paraísos fiscales, sin saber que los cheques tienen muchos nutrientes y son buenos para curar la úlcera péptica. ¡Qué brutos!
Y los hermanitos Alvarado podrían salir a vender su conocimiento de cómo sacar el doctorado una familia de cuatro miembros con una sola tesis, mientras el Glas se pasearía por las universidades vendiendo su conocimiento para un mejor, más rápido y efectivo acceso al rincón del vago punto com.
O sea linda estuvo la celebración en el Yachay, francamente. Y bien reveladora. Ojalá se articulen todos los conocimientos atesorados en estos ocho años de revolución ciudadana para que podamos venderlos en el mundo sin importarnos el precio del petróleo, ni nada mismo.(O)

No hay comentarios:

Publicar un comentario