Por Roberto Aguilar
Correa
prepara un ejército de trolls para la madre de todas las batallas
El Presidente abrió este sábado una puerta que la
ley de comunicación había cerrado: la intervención del Gobierno en las redes
sociales, único espacio que el aparato de propaganda no controla pese a todos
sus esfuerzos. Parece que los memes que día por medio lo ponen en ridículo (o
que simplemente dan testimonio del ridículo en que se pone él solito sin
esfuerzo) son parte de una campaña concertada por la derecha internacional y las
oscuras fuerzas del imperio para desestabilizar al régimen. Empezó por
arremeter contra la página de Crudo Ecuador, a la
que acusó de tergiversar la verdad y estar financiada por “un partido político”
para llevar adelante “un ataque sistematizado”. Crudo Ecuador, según Correa, se
sirve de tecnología de punta para la detección de contenidos en redes sociales
(un software como el que usan los servicios de
inteligencia, dijo) e involucra a “otros trolls” que difunden
sus infamias. Y lo peor: “es parte de la restauración conservadora”, lo cual
parece justificarlo todo.
“Ya estamos investigando”, dijo el Presidente. O
sea que el Gobierno movilizó a su aparato de inteligencia, a sus espías
cibernéticos y a sus hackers –que no
hay otra forma de investigar estas cosas en la Internet–, para dar caza a un
humorista. ¿Qué piensan hacer cuando lo atrapen? ¿Acusarlo de conspiración
internacional y traición a la Patria? ¿Llevarlo a juicio por injuria? ¿Exigirle
una indemnización de 80 millones de dólares por el daño moral ocasionado al
Presidente? ¿Cortarle la luz?
“Ya estamos investigando”. O sea: estamos espiando
la Red. ¿Cuál es el alcance de esta investigación? Los más de 313 mil
seguidores de la página Crudo Ecuador ¿también están bajo la lupa? El
internauta de a pie que retuitea un meme porque lo encontró gracioso ¿es
sospechoso de pertenecer a la red de trolls de la
restauración conservadora? ¿Hay acaso un software de
esos que usan los servicios de inteligencia (el Presidente parece conocerlos
bastante bien) apuntado hacia nosotros? ¿Será que los usuarios del Facebook, de
ahora en adelante, tenemos que pensar dos veces antes de escribir, por ejemplo,
“Rafael Correa vale gato”? Preguntas pertinentes y legítimas cuando el
Presidente de la República en persona es el que se encarga de meternos miedo.
“Ya estamos investigando”. Facho, ¿no?
Lo que más irrita de todo esto es la falta de
vergüenza. Que el correísmo se rasgue las vestiduras ante la supuesta
existencia de trolls asalariados por la
oposición es de un cinismo subido. El régimen que parió a todas las Lolas
Cienfuegos, Kulonymus y Tripamishquis que en el mundo han sido hoy se
escandaliza de las campañas coordinadas y financiadas para difundir contenidos
en las redes sociales. Este mismo blog ya demostró cómo
el Gobierno utiliza las redes sociales para, en acciones al parecer coordinadas
desde el ministerio del Interior, desprestigiar a la oposición. ¿Qué le pasa al
Presidente? ¿Tan pronto se olvidó del escándalo de Ximah Digital o
es que tiene mucha jeta?
Respuesta: tiene jeta. Tanta, que para combatir a
los trolls que se le oponen y considerando que nada
hay más deplorable y antiético que un troll, el Presidente
propone convocar a… ¡un ejército de trolls! “Ya estamos
tomando las medidas –dijo el sábado–, tal vez en el próximo enlace les
indicaré, vamos a tener miles de actores en las redes sociales. Cada vez que
salga una de estas tonterías, de estas manipulaciones, se mandará en las redes
un mensaje: acudir a tal página. Se verá toda la explicación del caso para que
la gente… Es la gente la que debe rebatir tanta mentira, tanto abuso en las
redes sociales”. Pregunta: si tan seguro está el Presidente del respaldo
espontáneo de la gente, ¿por qué tiene que “tomar medidas”?
Todo parece indicar que la Secretaría de
Comunicación explicará públicamente a sustrolls en qué
punto hay que golpear y miles de voluntarios se sumarán a la batalla. Así
tratarán de desmentir los memes de Crudo Ecuador y de quien se ponga. ¿Desmentir
los memes? Tiene gracia. Antes de que existiera el Internet, la gente contaba
cachos de los presidentes. Cachos crueles, demoledores y hasta pornográficos.
¿Quién se los inventaba? ¿La oposición perversa, los odiadores a sueldo, los
sufridores que no tenían más que hacer? No importaba, eran cachos. Hoy,
revolución tecnológica de por medio, la gente hace memes. Es lo mismo. En la
dinámica social de catarsis colectiva frente al poder, los cachos de antaño y
los memes de hogaño cumplen idéntica función. Antes de que existiera el
Internet, a ningún presidente se le ocurrió perseguir esas manifestaciones de
humor por excesivas que fueran. Y claro: hay que ser muy paranoico, muy
vanidoso y muy intolerante para declararle la guerra a un cacho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario