Por: Francisco Febres Cordero
¡Qué bruto! Ya mismo llega la Navidad y no hemos cantado ni
un villancico, ocupados como hemos estado en asuntos terrenales. No, pues. A
ver, corran a coger una guitarra, un tambor y una flauta y entonemos estas
estrofas con espíritu navideño:
Ya viene el Niñito en su avión nuevito, bajó de los cielos y
está cabriadito.
(Chuta es que el Niñito ¡tiene un genio! Por todo se altera,
se emperra y no se calla hasta que le den el avión. ¡Ay no!, la mamadera quise
decir. O bueno, más que mamadera le gusta bolones de verde con chicharrón, dos
huevos fritos y ceviche de concha, de desayuno. Ojalá le den rápido, para que
ya no llore el Niñito).
Niñito bonito ya no grites, plis, que con tanto grito te vas
a hacer pis.
(Es que el Niñito cada rato se hace pis, pobrecito, con lo
que no controla las iras. Se hace pis sobre las pajitas, sobre el buey y los
burritos que le acompañan calladitos porque no les deja ni rebuznar el Niñito.
Sobre todos mismo se hace pis. Y popó, también).
Ya se despertaron los pobres pastores y el Niño les grita por
opositores.
(Es que el Niñito, pobrecito, cree que hasta los pastorcitos
son malos y terroristas que, mandados por el rey Herodes, le quieren matar.
Después hace que burrito les investigue a los pastorcitos y les mande a unos a
la prisión y a otros desterrados a Egipto, porque el Niñito es bien poderoso,
ni se crean).
La paja está fría la cama está dura y el Niñito sueña en su
dictadura
(Eso cuando duerme, porque el Niñito, pobrecito, es bien
insomne y por eso en vez de soñar en su dictadura, la ejerce. ¡Pobre el que le
discuta! Pero como el Niñito es bien activo, ya ha de mandar a que en lugar de
pajitas le pongan colchón en la cama, para dar ejemplo de lo que es el Buen
Vivir. Por eso mismo se compró el avión en que bajó del cielo, para dar ejemplo
de lo que es el bueno volar. Bien ejemplificativo es el Niñito, no se
preocupen).
Niñito bonito
¡eres rey de reyes!
Y eres el que dicta códigos y leyes.
(Cómo será que hasta los reyes magos, que son reyes, se
postran ante su presencia y le llevan el oro del nuevo Código Penal, el
incienso de la Ley de Comunicación y la mirra del Yasuní, para que esté
contento el Niñito y pueda continuar con su tarea de redimir a los pecadores,
mientras él reina a sus anchas acompañado de sus cuatro angelitos, sus burritos
y sus bueyes. ¡Qué ternura!).
No hay comentarios:
Publicar un comentario