Por Jaime Cedillo Feijóo
Para el dignísimo señor Presidente de la República no hay ley
que le impida decir todo lo que quiera. En cada sabatina sale de su lengua
dulce una cantidad de ofensas a sus supuestos enemigos, que nos dejan
completamente desconcertados. Las víctimas de ese corazón malo son
desacreditadas en cadena de radio y televisión.
El show dura más de tres horas. El dignísimo señor Presidente primero
informa minuciosamente cada una de las actividades cumplidas en la semana, todo eso lo hace con “infinito amor” hasta
que llega a los segmentos más virulentos donde saca a relucir toda la
artillería pesada: desfilan por las pantallas gigantes las fotografías de los
mártires, el Douglas se encarga de leer el libreto, los sonidistas repiten las
frases de las consignas revolucionarias,
vuelven las escenas un por sí
acaso alguien se perdió por despistado, para que se identifique bien al malo de
la película, y los sumisos que están en primera fila, en coro, le dicen así es
dignísimo señor Presidente.
Cada semana hay un cantinflas, un caretuco, un
desinformado, un ignorante, un pobre hombre, un tipejo, un corrupto, un
desadaptado, un resentido, un trasnochado, un politiquero, un amargado , un
falto de criterio, un mediocre, un drogadicto, un hipócrita, el remedado del
Nebot con su modelo exitoso, un mañoso, un matón a sueldo, un sepulturero, el
que nos roba la esperanza, un prepotente, un sicario de tinta, el indígena que
no es indígena, el pobre en argumentos, el pobre diablo y el pobre tipo , los
tirapiedras, los garroteros, la Tibán y el Quishpe, el insolente del
Oquendo, la miseria humana del Paco.
No pueden faltar los mal llamados medios libres e independientes como
ese canal de televisión llamado Ecuavisa, que fue parte del show en la última
sabatina, donde ordenó el dignísimo señor Presidente, que a esa prensa corrupta
y decadente, sea sancionada por decir tantas maldades. Seguro que el super adulón
dirá que eso es linchamiento mediático e inmediaticamente mandará a una turba
de revolucionarios a protestar airadamente frente a las instalaciones del medio perverso y caduco. Atrás quedaron los
pitufos del Vera, del Palacio, del Ortiz, la gordita horrorosa, los de mente
ratonil, el ecologista infantil del Alberto Acosta, los traidores de ruptura,
el primo del Pedro que logró haciendo de las suyas con el título falso, el gran
hermano con sus contratos millonarios con el despistado Estado, el Duzac que todavía se estará matando de
gusto por la gran jugada que nos dejó haciendo, en fin. Ahora está de moda la
Pachamama, esa fiera falsa defensora de la naturaleza y de los derechos
humanos. Esa pacha y esa USAID ya están fuera por disposición del dignísimo señor
Presidente de la República, que no permite la más mínima ofensa a su
majestuosidad. Prohibido olvidar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario