Por:
Marco Robles López
Somos testigos, en estas últimos cinco lustros, de grandes y
profundos virajes a nivel planetario. Primeramente, la antigua Unión Soviética,
luego de siete décadas y algo más de vigencia, se extinguió definitivamente, y
de sus cenizas surgieron Estados soberanos –las mismas 15 repúblicas que
constituyeron la ex URSS, luego de la Revolución de Octubre de 1917-, con un
diferente sistema político-económico, el capitalismo, que en Rusia, en las
postrimerías del gobierno de M. Gorbachov y sobre todo en tiempos de Boris
Yeltsin, correspondió a la “Doctrina del Shock”, promocionada intensamente por
el equipo de los “Chicago Boys”, el mismo del feroz experimento en Chile, que
afectó primordialmente a los estamentos populares y a la clase media, y cuyas
desastrosas consecuencias todavía sufre esa nación en el campo de la educación
universitaria privatizada e inalcanzable para los jóvenes de modestos recursos
económicos.
Con el fin de la
Unión Soviética, desapareció igualmente la comunidad del denominado socialismo
real, y junto con aquella, el Pacto de Varsovia. En el campo opuesto se mantuvo
la Organización del Tratado Atlántico del Norte, OTÁN, temible máquina de
guerra que, soltadas sus riendas y sin ningún contrapeso, ha tomado activa
participación en algunas guerras re-colonizadoras, con el desempeño protagónico
de EE UU, en estos últimos tiempos en franco declive; el Reino Unido, España e
Israel, el principal aliado de la súper potencia en Oriente Próximo. Asimismo
Francia, en estos últimos años es otro
incondicional compañero de la otrora gran potencia, en sus aventuras bélicas,
como en Libia y Siria. Sin duda los socialdemócratas europeos resultaron tan
conservadores, como los republicanos del reino del Tío Sam y notablemente
dóciles a la política que se trazan los mandatarios estadounidenses, porque
estos responden a los intereses del gran capital. Pero también países del mundo
árabe-islámico, que incluyen monarquías de corte medieval, como Arabia Saudí,
vinculadas a los grandes negocios petroleros,
de armas y de otra índole, a las transnacionales estadounidenses, y que
cedieron sus territorios para la instalación de poderosas bases militares,
apoyaron entusiastamente e inclusive hicieron la guerra en contra de sus
hermanos.
Intelectuales como
Francis Fukuyama, de alguna manera han participado en los planes guerreristas,
han alentado los proyectos destinados a mantener la hegemonía a nivel global y
vaticinaron eufóricos el fin de la historia (Fukuyama, sin duda no consideró el
hecho de que las “microhistorias” nunca desaparecieron de la “aldea global” y
que la “historia planetaria”, otra vez se encontraba a la vuelta de la esquina)
y, en consecuencia, auguraban para eternas memorias el reino de ese
neoliberalismo implacable que, contrariamente a esos entusiastas vaticinios,
reveló sus taras y anomalías.
El punto de
quiebre que ha tenido EE UU –el otro gran viraje-, generalmente soslayado por
sesudos analistas de la geopolítica, se dio en el gobierno de George Bush Jr.,
cuando junto con su equipo de “Halcones de la guerra” (Dick Cheney, Donald
Rumsfeld, Condoleca Reece y otros), decidió intervenir militarmente en Irak,
con el pretexto de que ese país árabe islámico poseía armas de destrucción
masiva que amenazaban a la humanidad. El fondo del asunto era los grandes
negocios ante la silenciosa crisis económico-financiera que atrapaba a EE UU.
En esas condiciones movilizaron aproximadamente 300.000 soldados a Oriente
Medio; desplazaron portaaviones con armas nucleares, misiles, tanques de
guerra, cañones, etc.; los aviones de guerra, instalados en las principales
bases militares de Europa, el mundo árabe, Pakistán, etc., levantaron el
vuelo y semejante maquinaria de guerra
desencadenó una invasión mortífera, que tuvo un altísimo costo, no solamente
para la desdichada nación invadida, sino para los propios EE UU: ¡algo más de 4
billones de dólares y el agravamiento de la crisis económica!, de la que no ha
podido librarse, no obstante el multimillonario préstamo de China y el obligado
financiamiento que tuvo que hacer Japón, afectado por el terrible “síndrome de
Estocolmo” que es la aceptación del
oprimido, del orden social que se le impone, sometido a una presión inusitada.
En fin de cuentas, Japón terminó amando el puño de hierro que durante todo ese
tiempo de Bush Jr. amenazó con golpearle y abrió sus arcas fiscales para
financiar la horrible guerra. Resulta interesante recordar que Joseph E.
Stiglitz y Linda J. Bilmes en su obra “La guerra de los tres billones de
dólares” (aunque actualmente se estima que son cuatro y no tres billones),
manifiestan que la invasión de Irak fue un error terrible, que el conflicto
“…ha dejado ya más de un millón de víctimas mortales, aparte de una enorme
cantidad de personas gravemente heridas. La idea de que la invasión favorecería
la democracia y aceleraría el cambio en el Cercano Oriente parece hoy una
fantasía…”. Lo cierto es que exclusivamente los negociantes del petróleo de la
nación invadida, las empresas encargadas de la reconstrucción, los magnates
vinculados al complejo militar-industrial, hicieron el negocio del siglo, pero
la economía norteamericana sufrió un grave quebranto que afectó incluso a otros
países.
El tercer viraje
se encuentra en los Estados que constituyen el llamado BRICS: Brasil, Rusia,
India, China y Sudáfrica. Actualmente consolidan su bloque, con independencia
del dominio estadounidense en lo económico-financiero, científico y también
militar. Esto es tan evidente, que Brasil, en lugar de concretar un acuerdo con
EE UU para la instalación de un sistema de protección del espacio aéreo
brasileño con la súper potencia, con motivo del próximo campeonato mundial de
fútbol, lo hizo con Rusia y la presidenta Dilma Roussef, molesta por el
espionaje a su país en áreas estratégicas y sensibles como las económicas,
militares y científico-tecnológicas, canceló la visita protocolaria que debía
concretar con Barack Obama.
Otro grave desaire
sufrió el mandatario y el gobierno norteamericanos: cuando prácticamente
parecía inminente el ataque e invasión a Siria y los imperios mediáticos de
Occidente daban por consumada la nueva intervención militar al pequeño país
árabe, al que se acusaba de poseer y sobre todo de haber utilizado armas
químicas en esa guerra insensata con los eufemísticamente llamados “rebeldes”,
sorpresivamente el Reino Unido, viejo camarada del Tío Sam, ¡le dio las
espaldas!, Japón ya ni siquiera fue tomado en cuenta para una ayuda financiera,
porque dejó de ser la otrora poderosa segunda economía mundial, la mayoría de
miembros de la OTAN, discretamente marcó distancias en esta ocasión, con la
exclusión de Israel, país que ¡también posee armas químicas y misiles dotados
con ojivas nucleares, pero que nadie se atreve a criticar aquello! Para agravar
la situación, Rusia desplazó sus portaaviones con misiles y aviones a la
región; igual hizo China y tuvo que negociarse un acuerdo de paz por el que
Siria se comprometía a entregar las armas químicas para su destrucción. El
golpe diplomático de Sergei Lavrov, la eminencia gris del gobierno ruso en la
diplomacia, frustró los terribles planes. Una vez que falló la invasión, Irán
pudo respirar con tranquilidad, a pesar de los temerarios afanes guerreristas
del régimen de Israel, con Netanyahu a la cabeza. Tan evidente es la pérdida de
imagen e influencia a nivel mundial de USA, cuanto que una revista de EE UU,
FORBES, no exenta de esas banalidades con las que disfrutan las élites
norteamericanas, sorpresivamente eligió a Vladímir Putin como el personaje más
influyente y poderoso del planeta, dejando atrás al muy discutible Nobel de la
Paz, B. Obama.
El cuarto viraje
constituye la re-conformación de las relaciones internacionales de Estados en
América Latina y el Caribe. Si hasta hace poco se escuchaba una sinfonía única
dirigida por la venerable “dama diplomática” OEA, ahora el asunto es diferente:
los organismos regionales como UNASUR, CELAC, ALBA, MERCOSUR, han puesto en
entredicho la influencia total de EE UU en el llamado “traspatio”, trabajan por
una verdadera soberanía en asuntos tan importantes como el comercio exterior,
la financiación de obras que permitan salir del atraso tecnológico y la
dependencia, aunque la Alianza del Pacífico, alentada fervorosamente por la
gran potencia, apunta a mantener la influencia hegemónica de Estados Unidos en
los pueblos latinoamericanos y caribeños, mientras que los mismos organismos de
diversionismo y espionaje, no han renunciado a socavar la estabilidad económica
y política de los países “insumisos”, mediante hábiles intervenciones en sus
procesos político-electorales, sea merced a golpes militares, organizados tras
bastidores, como en Honduras, a motines palaciegos, como en Paraguay, o
mediante una feroz ofensiva mediática en países que tienen problemas
financiero-económicos y de gobernabilidad, como Venezuela, aprovechando que el
Sr. Maduro, en este último caso, supuestamente se revela doblegable en virtud
de que continúa notablemente “inmaduro”, políticamente hablando.
Para concluir, algo anecdótico: 1.- ¿Será verdad que China
definitivamente ha acordado prestar a Venezuela 5 mil millones de dólares para
remediar la grave crisis por la que atraviesa actualmente ese país hermano? 2.-
¿Será verdad que en México la situación económica es desesperada, con un ¡60 e
pobres!? ¿Y, cómo dicen que el modelo neoliberal engendra prosperidad y dicha
para los pueblos? 3.- ¿Sabía el amable lector, que EE UU instaló, por supuesto
“democráticamente”, ¡160 antenas de aparatos de espionaje!, en sitios clave de
su territorio, porque para los jefes de la Casa Blanca y el Pentágono no hay
nada mejor como espiar a los socios y vecinos? 4.- ¿Conoce Ud. qué USA
virtualmente le tiene agarrado del pescuezo a “México lindo y querido”, porque
le provee de millones de dólares, y buena parte de esos billetes ¡carecen del
respaldo físico de oro!, para que la patria de Benito Juárez no colapse? 5.- El
diario alemán “General Anzeiger”, uno de los medios fundamentales de la zona
católica alemana, Renania, tituló hace unos días (08/11/2013, Página 12): “Los
católicos muestran la espalda a su Iglesia”. ¿Por qué? Entre otras razones, por
cuanto un religioso, el obispo de Limburgo, Franz-Peter Tebartz von Elst, se ha
involucrado en un sucio negociado de ¡31 millones de euros para realizar
mejoras en su residencia obispal! El papa bonachón, en lugar de tomar medidas
radicales, lo único que ha hecho es darle ¡un período de reflexión y descanso
en un convento de Alemania! ¡Increíble!: eso equivale a dejarle a una boa cerca
de un ciervo amarrado. En otros casos, centenares y miles de feligreses alemanes
abandonan la Iglesia por los escándalos de pedofilia cometidos por frailes
contra niños en las escuelas católicas. El abandono de la religión afecta el
bolsillo del nada franciscano modelo que tiene su capital en el Vaticano. ¿Cómo
así? Por cuanto en Alemania, muy católica y protestante, cada ciudadano declara
a qué religión pertenece –yo en ese país sería un pobre apátrida- y el
descuento mensual del 2 e su salario o ganancias es inmediato. 6.- Y una
noticia-bomba con la que concluimos este anecdotario: cinco países de África,
Kenia, Tanzania, Uganda, Ruanda y Burundi, en un plazo de diez años,
armonizarán su política monetaria y fiscal, para lo que fundarán un Banco
Central y unirán sus monedas existentes en una sola. (Cf. R. T. 01/12/2013) La
inédita medida apunta al desarrollo de un mercado común y una unión aduanera,
medidas establecidas previamente. Con este plan, prepararán mucho mejor tanto la prospección como exploración y
explotación conjunta de los recursos hidrocarburíferos disponibles de esta región
que cuenta con ¡135 millones de personas!, política que asegurará una indudable
independencia de los grandes monopolios del petróleo que controlan un negocio
de miles de millones de dólares. Ojalá quienes se consideran amos del planeta,
no empiecen a armar golpes de Estado en esa tierra cuna de la humanidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario