viernes, 6 de julio de 2018

Se desmarca EZLN de López Obrador; “el finquero sigue siendo el mismo”, señala

Foto: Cuartoscuro
En su primer pronunciamiento público tras la elección presidencial del pasado 1 de julio, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se desmarcó del triunfo electoral de Andrés Manuel López Obrador, y por el contrario, hace una crítica de su trayecto hacia la consecución de dicho objetivo.
“No, nosotras, nosotros, zapatistas, no nos sumamos a la campaña “por el bien de todos, primero los huesos”.  Podrán cambiar el capataz, los mayordomos y caporales, pero el finquero sigue siendo el mismo”, señala a manera de posdata el documento firmado por los comandantes Galeano y Moisés, en donde convoca a sus adherentes y simpatizantes a un encuentro a celebrarse en agosto próximo. Se invita a los participantes a “pintar caracolitos” a los malos gobiernos pasados, presentes y futuros.
A lo largo de su comunicado, el EZLN evita mencionar el nombre del ganador de la elección presidencial, sin embargo, hace varias alusiones a la ruta seguida por él durante la contienda, a la cual compara  con espectáculo o un partido de futbol.  Pero según la organización, ni el ruido interno que hace vibrar las paredes del estadio, logra disimular la grieta; indica que si bien la muchedumbre no abandona el estadio,  no tardará mucho en que sea de nuevo expulsada de vuelta al valle de ruinas.
“En las tribunas, algunos  intercambian análisis: que “¿sí viste que los contrarios cambiaron de camiseta en el medio tiempo y que ahora festejan la victoria quienes iniciaron el encuentro con el uniforme del equipo rival?; que “el árbitro (el siempre “árbitro vendido”) ahora sí cumplió porque la victoria del equipo todo lo limpia y enaltece”, ironiza.
En la misiva la dirigencia zapatista sugiere que el ganador del juego en realidad no conoce tan a fondo toda la realidad que hay afuera de ese estadio donde es extensamente aclamado.
“Como en la religión, la política y los deportes, hay especialistas.  Y usted no sabe mucho de nada.  Le marean los inciensos, salmos y alabanzas que pueblan esos mundos.  Usted no se siente capaz de describir el edificio, porque usted anda otros mundos, sus largos y tediosos caminos transcurren en lo que, desde los soberbios palcos del gran estadio, se podría llamar “el subsuelo”.  Sí, la calle, el metro, el colectivo, el vehículo en abonos o pagado con cargo a otros abonos  (una deuda siempre pospuesta y siempre creciente), el camino de terracería, las rutas de extravío que conducen a la milpa, a la escuela, al mercado, al tianguis, al trabajo, al jale, a la chinga”, señala.
Según la visión del EZLN pasada la euforia y la ilusión que se oferta dentro de ese gran estadio, en donde el triunfador recibe con falsa modestia el clamor de los espectadores, vendrá de nuevo la realidad y junto con ella la decepción.
“Las derrotas reiteradas, la promesa que a la que sigue sí, que el árbitro, que el campo, que el clima, que la luz, que la alineación, que la estrategia y la táctica, que etcétera.  Al menos la ilusión actual alivia esa historia de fracasos… a la que luego se sumará la desilusión prevista”, expresaron los comandantes zapatistas.

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