sábado, 21 de julio de 2018

Un foro de miedo



Gerardo Maldonado Zeas
Por AGN -21 julio, 20181
El conciliábulo funesto que representa el Foro de Sao Paulo se reunió esta vez en La Habana en su XXIV encuentro, dejando una declaración enredada y típica de los movimientos políticos radicales de la izquierda torcida de América Latina, que no mejora las condiciones de vida de la gente, sino persiguen el mantenimiento del caudillismo, el sometimiento a la pobreza de amplios sectores de la población, la alabanza a los ex gobernantes con problemas judiciales por la corrupción galopante en la cual vivieron y socaparon; y, por supuesto el cacareo típico de acusar al “imperialismo” de los EEUU de todos lo males de la sociedad. Este discurso me recuerda que desde hace más de 50 años no han cambiado el libreto, solamente los actores.
Hablaron de que las fuerzas políticas llamadas por ellos “progresistas y de izquierda” han tenido un retroceso monumental. Y de hecho así ha sucedido porque los ciudadanos de nuestros países se cansaron del peculado, el enriquecimiento ilícito, la concentración de poderes del Estado en un solo actor, cuando crearon dictaduras infames y persecutorias a los pobladores, por el solo hecho de no pensar igual. Y entonces recordaron a los símbolos de esa época malsana: Lugo de Paraguay, Zelaya de Honduras, los Kirchner de Argentina, Lula y Dilma Rouseff de Brasil. Criticaron a los gobiernos legítimos de Chile, y Colombia por implementar, según ellos, agendas neoliberales restauradas.
Se han solidarizado con gobiernos dictatoriales y sanguinarios como el de Putin en Rusia, y los de Nicolás Maduro y Daniel Ortega, a quienes tildan de “mártires” de la ofensiva imperial, sin darse por entendidos del atroz derramamiento de sangre como en Nicaragua, que en casi 3 meses ya lleva 350 muertos sobretodo jóvenes y personas inocentes, alejadas del bullicio y el entente político. Dicen buscar la Paz Mundial pero defienden a los genocidas; condenan los atentados a la naturaleza pero alaban a la China en su afán de convertirse en potencia mundial, sin reparar que su expansionismo ha socavado todo lo que encuentra a su paso, destruyendo el medio ambiente de cientos de asentamientos poblacionales en los cinco continentes.
Ellos llaman planes de desestabilización a la voluntad popular para elegir gobernantes que defienden la democracia y su alternabilidad, la independencia de poderes, quienes exigen una justicia liberada del miedo a los tiranos de turno, para cerrar y condenar al círculo atroz de la saga de indecencia vivida en sus naciones. Aspiran el desmantelamiento de los cuerpos administrativos, policiales, y militares represores.
A esta reunión, asistieron varios de los defensores acérrimos de Correa, a quien curiosamente no le nombraron de frente en el manifiesto. Ellos trataron a toda costa de lograr un espaldarazo a su favor, pero su popularidad entre varios dirigentes de la tendencia parecería estar de capa caída. Este hecho habría golpeado aun más su ego y no faltarán las reclamaciones por tan manifiesto olvido. Así es, muchas sociedades maduras ya no viven de discursos con la misma esencia putrefacta de siempre, que enarbolados por los asalariados de estos partidos políticos buscan solamente su eterna tranquilidad económica a costa del marasmo de las masas populares por las cuales no han hecho nada, ni lo harán, mientras duren o aparezcan otros adormitados. (O)

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