domingo, 6 de septiembre de 2015

Estás preso

MILTON LUNA


En los últimos años me he preguntado, si muchos de ellos y ellas, siendo inteligentes, con amplia trayectoria de izquierda y de entrega a los demás ¿por qué no ven el creciente entorno de enojo social y persisten en afianzar un poder, cada vez más autoritario y extractivista, volcado a las derechas, que quiere perpetuarse? Múltiples respuestas. Una de ellas, ¿la matriz en la que fuimos formados los izquierdistas durante décadas, el estalinismo?: versión mecanicista y dogmática del marxismo, de la historia y la realidad; en el culto a la personalidad del jefe, en la sumisión al poder total en manos de unos cuantos iluminados, que siguen a uno, al Secretario General, quien en nombre del partido, se asume como la vanguardia de la clase obrera y la representación de todos los humildes, para dirigir una revolución bajo un férreo centralismo. Así, el estalinismo se fundió con la cultura patriarcal, machista y paternalista, de origen colonial, que se nos enseñaba en los hogares y escuelas. ¿Otra respuesta estaría en las mieles del poder que sacan a flote las ocultas vanidades de todo ser humano? ¿Cuánto cambia a una persona el supersueldo, la elegante vestimenta, el nuevo apartamento en buen barrio; las sirenas, el carro y chofer a la puerta y las reverencias de amigos, parientes y extraños? Una sensible y alta funcionaria recién salida del poder, opinaba que le hacía raro, a los años, manejar su carro particular y desplazarse por las calles de la ciudad. Por mucho tiempo transitó por las vías exclusivas de Quito en el vehículo oficial, perdiendo la noción del tiempo y del espacio. La congestión y la falta de parqueaderos, le asombraba. “Una cosa es ver el mundo desde el elegante 4x4, otra desde el bus o el trole”, dijo. Anthony Quinn, interpretando al Papa, en su célebre película, Las sandalias del pescador’ (1968), se viste de cura de base y sale de incógnito, a recorrer las calles de Roma, con la finalidad de respirar la realidad, ya que su alta investidura, se lo impide. Mientras más alto en el poder, más solo estás. Rodeado de una corte de asesores, edecanes y secretarios, que ven e interpretan la realidad por ti. “Estás preso” y ciego, dice el Papa. Por ahora, para muchos poderosos, el único contacto con la realidad son las encuestas. “Para mí, los que se dedican a producir encuestas, por ejemplo, vienen a ser el equivalente actual de los sofistas, es decir, gente a quien se da dinero (los sofistas cobraban, Sócrates, no), honores, lucro material, lucro simbólico, etc., para que produzca una semblanza falsa del mundo social que todos sus destinatarios reconocen en el fondo como falsa, pero que tiene para ellos una fuerza extraordinaria debido a que permite ocultar ciertas verdades sobre el mundo social”. Esto lo dice el famoso sociólogo, Pierre Bourdieu, por si acaso. mluna@elcomercio.org

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