martes, 26 de febrero de 2019

EL RINCÓN DE LA NOSTALGIA.

Por Felipe Aguilar

LOS GRANDES ( 1 )
El basquetbol, deporte inventado por los norteamericanos, consiste en hacer pasar un balón, por una canasta, que está a 3m.5cm., del suelo. En consecuencia, es un juego en el que, tienen mayores posibilidades de triunfar, los individuos –¿ será de decir, y las individuas ? – de elevada estatura. Los pequeños, los de Liliput, los del grupo menudo, aparentemente, no tienen ningún chance de moverse, con éxito, en tierra de gigantes.
Se supone que, 1m80cm es una estatura mínima, aunque, en nuestro medio, por una cuestión de raza, quien alcanzaba esa talla, jugaba de pivot y, definitivamente, los que rondaban el 1m60cm, debían buscar alguna otra actividad. 
Sea de ello, lo que fuere, la verdad es que, en la ruta del recuerdo, si hemos encontrado a seres diminutos a los que no les cabía ni la menor duda, que, sin embargo, jugaban al básquet con calidad.
LUIS ALARCÓN, a quien calzaba, a la perfección, el sobrenombre de Tocho, era uno de ellos. Tenía una técnica impecable para llevar el balón, sin mirarlo y un muy alto porcentaje de precisión, en los lanzamientos de media distancia. Sus debilidades, en el rebote y en el juego defensivo, se explicaban, en virtud, de que todos los rivales lo miraban desde arriba. Se retiró pronto de la práctica y se dedicó, con fervor, a la dirección técnica. Analizaba jugadas, planeaba estrategias, estudiaba a los rivales y dirigía, a sus equipos, los más representativos de la provincia, con auténtica vocación. Recordaremos, por el momento, solamente dos de ellos. En el año 1964, hubo, en el único coliseo cerrado que había, en ese entonces, el del Benigno Malo, un cuadrangular de básquet femenino. Azuay participaba sin mayores expectativas pues, los equipos visitantes, tenían a las grandes figuras. Esmeraldas contaba, por ejemplo con Angélica Baldeón, Emérita Quiñonez, Mercedes Leverone, Bertha Caravalí e, incluso a Nubia Villacis, la mejor jugadora ecuatoriana de todos los tiempos. Chimborazo alineaba, entre otras, a Bertha Domínguez y Elva Poveda, Guayas tenía a la China Cruz, en fin. Sin embargo, Azuay, gracias a los planteamientos táctico de Alarcón y el desempeño brillante de sus jugadoras, particularmente, Rosario Sánchez, sorprendió y, como se suele decir, se enfrentó de igual a igual, con sus rivales. 
Si mal no recordamos, hubo un triple empate pues Azuay venció a Esmeraldas pero perdió con Chimborazo que, a su vez, fue derrotado por Esmeraldas, en tanto que Guayas no conoció la victoria., aunque, lo que realmente interesa, es que el Azuay presentó un equipo de gran nivel competitivo y, por ello, una revista de circulación nacional puso, en la portada, a la selección y a sus integrantes las llamó, el quinteto inolvidable.
En esas jornadas, el diminuto entrenador tuvo peso, presencia y gravitación, como también los tuvo, cuando le tocó dirigir a la Liga Deportiva Estudiantil, LDE.
En ese equipo actuaban Raúl, el Gato Ortega, el más importante jugador de la historia del básquet azuayo, su hermano Mario, Jorge Harris, Alfredo Campo y Richard Clancy, un gringo dueño de envidiable precisión para los tiros de larga distancia. Para la rotación Alarcón tenía a valiosos jugadores como Casimiro Torres, Pedro Vintimilla, Luis Vintimilla, Bruno Dávalos, y otro gringo, cuyo nombre se escapa. En todo caso, pese a las dificultades que tenían para entrenador pues, los jugadores ya cursaban estudios superiores y la universidad ha sido la tumba del deporte amateur, Alarcón había logrado motivarlos y durante algún tiempo, en la vieja cancha de la antigua Salle, en la Gran Colombia y en e coliseo del l Benigno Malo, bridaron espectáculos de alto nivel que se han quedado gratamente en la memoria. Recordamos, con especial emoción el partido que los enfrentó al equipo de los hermanos Duarte, el Regatas Lima, en una época en la que, el básquet peruano, disputaba la supremacía con Brasil y Argentina, en América del Sur.
En el balance final, la trayectoria de Luis Alarcón es altamente positiva. Fue un momento importante en el básquet regional. Fue el primer director técnico profesional, antes de él, los equipos estaban dirigidos por los profesores de educación física. Gentes de muy buena voluntad pero escasa sapiencia. SU muerte prematura, como suele decirse, dejó un vacío, pero, su dedicación y su amor por el deporte, abrió un camino

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