No les fue muy bien a los periodistas que fueron a la rueda de prensa que dio el ministro de Finanzas, Richard Martínez y el representante del FMI, Alejandro Werner, cuando quisieron conocer cuáles son las condiciones para que ese organismo y otros multilaterales acordaron entregar 10 200 millones de dólares en deuda al Ecuador. Con afirmaciones más bien vagas, eufemismos y un lenguaje casi encriptado ni Martínez ni Werner quisieron precisar cuáles serán las medidas que el Ecuador tendrá que adoptar cumplir con el acuerdo.
No se afectarán los servicios básicos, pero se corregirán los subsidios ineficientes a los combustibles porque actualmente se subsidia la contaminación ambiental, fue lo que Martínez dijo cuando un periodista preguntó sobre si habrá algún corte a los subsidios de los combustibles como el gas o el diésel.
Cuando otro periodista le interrogó sobre si habrá o no flexibilización en la legislación laboral, el ministro Martínez dijo que se tomarán medidas para beneficiar a las personas que están por fuera del empleo formal, como la madre que, por cuidar a sus hijos, solo puede trabajar desde su casa. No habrá privatizaciones porque la Constitución lo prohíbe, pero hay que pensar en la delegación de la administración de algunas empresas fue, asimismo, lo que respondió cuando le preguntaron qué hará el gobierno con las empresas públicas. En ese sentido, Ana Ivanova, la jefa de la misión que ha trabajado en Quito, dijo se trabajará en proyectos para “la focalización de la asistencia social”, dejando en el aire la posibilidad de que con eso se esté anunciando una focalización del subsidio al gas, por ejemplo.
Aunque en la rueda de prensa se precisó sobre montos y destinos (6 700 millones son de libre disponibilidad y 3 500 para proyectos) hubo datos sueltos que dejaron con dudas a los periodistas y a quienes siguieron la rueda de prensa en el Facebook de la Secretaría de Comunicación. Por ejemplo, que el acuerdo no había sido aprobado aún por el directorio del FMI, como informó Werner, aunque sí por la misión que ha trabajado ocho meses en el país y por la dirección del hemisferio occidental del organismo. ¿Por qué no se esperó a que se lo apruebe en el directorio en Washington? Una persona que había tenido una reunión de trabajo con la misión del Fondo una semana antes, en Quito, dijo a 4P que el anunció le tomó por sorpresa porque los funcionarios del organismo le habían dicho, a él y a otras personas, que tuvieron contactos con la misión que se iba a informar sobre el acuerdo recién luego de las elecciones de marzo. Aparentemente hubo cierta urgencia política que hizo adelantar el anuncio.
Martínez, Werner y otros funcionarios que estuvieron en la rueda de prensa, hicieron mucho énfasis, eso sí, en explicar que el crédito estará enfocado sobre todo en las reformas estructurales que el país necesita para equilibrar sus cuentas. Eso se debe, dijo Martínez, a que el acuerdo no es el tradicional préstamo Stand-by que ese organismo entrega a los países en situación crítica sino a otro esquema de crédito que se llama en inglés un Extended Fund Facility, EFF, o en español, según la página web del FMI, un Servicio Ampliado del FMI o SAF. ¿Cuál es la diferencia entre un Stand-by u un SAF? Un SAF es un acuerdo al que se llega con países que se enfrentan a graves problemas de balanza de pagos debido a deficiencias estructurales, o a una economía caracterizada por un lento crecimiento y una situación de la balanza de pagos muy debilitada. “Los SAF -dice el organismo- proporcionan asistencia para respaldar programas integrales que incluyen políticas con el alcance y las características necesarias para corregir deficiencias estructurales durante un período prolongado”.
Según las fuentes que se entrevistaron con la misión del FMI en los últimos meses, las negociaciones con el gobierno ecuatoriano exploraban la posibilidad de que el FMI extendiera al país un crédito Stand-by. Pero luego, tras las negociaciones, se llegó a la conclusión de que el Ecuador no debería buscar un tradicional Stand-by sino un SAF por la naturaleza y los desafíos del país. La crisis ecuatoriana no es tan grave pero lo que se necesita urgentemente es corregir los defectos institucionales que hacen que el gasto sea tan grande, ineficiente y útil para la corrupción.
Estas mismas fuentes dijeron que con un préstamo Stand-by el Ecuador hubiera podido tomar prestado 1 400 millones de dólares por cada período de un año y 4 224 millones por los cuatro años. Según la consultora financiera Analytica Investments el marco de un Stand By permite al FMI responder rápidamente a las necesidades de financiamiento externo de los países y apoyar políticas diseñadas para ayudarles a salir de la crisis y restaurar un crecimiento sostenible. Este no es particularmente el caso de Ecuador, dice Analytica, que no está en medio de una crisis económica, aunque es innegable su débil posición de la balanza de pagos y las malas perspectivas económicas.
¿Cómo se diferencia en cuanto a monto el Stand By y el SAF? Según Analytica si bien el tamaño del SAF en condiciones normales de acceso es similar al del Stand-by, se espera que los compromisos para mantener una buena reputación con el FMI se centren en las reformas estructurales para abordar las debilidades institucionales o económicas, además de las políticas que mantienen la estabilidad macroeconómica. Normalmente, recurrir a un SAF también requiere un fuerte apoyo de otras organizaciones multilaterales, como el Banco Mundial, el BID y la Corporación Andina para el Desarrollo. Cuando el FMI otorga estos créditos, dijeron otras fuentes, hay atrás una recomendación política del gobierno de los EEUU. No es de extrañarse que los EEUU estén interesados en ayudar a sostener un modelo político como el del gobierno de Moreno, antes que dejarlo vulnerable a una crisis de proporciones que abra la ventana para el regreso del llamado socialismo del siglo XXI, más aún cuando en Venezuela se están jugando intereses regionales mucho más grandes.
A pesar de las evasivas de la rueda de prensa, se puede decir que durante los próximo tres años el país entrará en una etapa de reforma institucional para que el Estado ecuatoriano sea menos costoso y más eficiente. Eso incluirá la eliminación de organismos y cargos que no son indispensables. Además, habrá una reforma tributaria para recaudar más y de forma más sencilla. Las reformas pasarán asimismo necesariamente por una flexibilización laboral para incorporar al sector informal a todo ese inmenso segmento de la población que está en el subempleo.
Una de las fuentes de 4P que se reunió con la misión del FMI dijo que uno de los temas que mayor importancia es el de la opacidad de la información. Los funcionarios del fondo quedaron impresionados, aseguró, con la falta de información que existe en Petroecuador. Prácticamente no se sabe nada sobre producción, ventas, compromisos adquiridos, deudas y clientes entre otras cosas. La misión habría encontrado que en el sector petrolero se trabaja a ciegas y que ahí hubo un hueco negro por donde pudo haberse evaporado gran parte de los recursos que ahora faltan para sostener el funcionamiento del Estado.
Al parecer la gran conclusión a la que llegaron los funcionarios del FMI que trabajaron en el país es que el Ecuador tiene un modelo de Estado que únicamente favorece el despilfarro y la corrupción y cuyos gastos son tan altos que se hace imposible mantenerlo sin inyección de deuda externa. “Ahora el Ecuador podrá vivir al menos 3 años sin necesidad de recurrir a los mercados internacionales”, dijo Werner en la rueda de prensa que duró alrededor de una hora.
¿Cuán doloroso será el ajuste entonces? Según el economista Vicente Albornoz, el país está frente a una noticia buena y otra mala. La buena es que hay luz al final del túnel. La mala es que el túnel es largo, oscuro, frío y lleno de espinas.
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