LES COMPARTO ARTÍCULO DE PRENSA DE OPINIÓN PUBLICADO EN DIARIO EL MERCURIO EN SU EDICIÓN DEL DÍA DE HOY MIÉRCOLES 28 DE DICIEMBRE DEL 2016
Carlos Castro Riera
Termina el año 2016 en medio de una crisis económica profunda, gigantesco endeudamiento público, niveles de corrupción alarmantes, incremento de la violencia y agudización de la persecución política.
El tratamiento de la crisis fiscal, económica y del endeudamiento público, se lo ha hecho desde el cálculo clientelar político y electoral, y en función de pasar los últimos meses de gobierno atenuando el descontento social y rellenando los baches.
Solo cuando finalice el proceso electoral y el actual gobierno, se podrá evidenciar la magnitud del desastre nacional, pero aquello le tocará enfrentar al próximo gobierno que deberá dedicarse a buscar la plata para pagar la abultada deuda pública.
A la gravísima crisis económica del país, se suma la corrupción que ha sido algo constante y en continuo crecimiento durante este régimen, y que ahora se destapa no precisamente por la acción de los órganos de control del Estado, sino por las denuncias e investigaciones realizadas en otros países.
Resulta que, en el país, diversos sectores ciudadanos, dirigentes sociales y políticos, periodistas, medios de comunicación y la Comisión Nacional Anticorrupción, habían venido denunciado con lujo de detalles y desde hace mucho tiempo, casos de corrupción, pero curiosamente el gobierno nacional, la contraloría, la fiscalía y ciertos jueces incondicionales al régimen, antes de tratar de investigar y procesar oportunamente a los denunciados, se dedicaron más bien a amedrentar y perseguir a los denunciantes penal y civilmente.
Se llegó al colmo de hacer un acto de desagravio a un pseudo economista involucrado en otros actos de corrupción, se defendió por parte de altos funcionarios del régimen correista a la empresa Odebrecht acusando a la llamada “prensa mercantilista”, de querer chantajear a esta angelical empresa, para que contrate publicidad, intervenciones que ahora han sido borradas de las redes sociales.
Resulta gravísimo que se hayan configurado una serie de circunstancias y mecanismos, que han terminado por favorecer la corrupción, como son la falta de fiscalización de la Asamblea Nacional, la metida de la mano en la justicia que terminó subordinándola políticamente, la persecución a periodistas y medios de comunicación, las violaciones a la libertad de expresión, la criminalización de la protesta social, el inmovilismo de la fiscalía, la contraloría y en general la concentración del poder político y a la vez poder incontrolado, en cuyas entrañas florecía la corrupción, encubierta por una propaganda política muy eficaz. Es decir, se fue preparado un terreno fértil para la corrupción.
A toda esta podredumbre y rayando en el cinismo se suma la metida de la mano en las elecciones, con la convocatoria a una consulta popular para prohibir que puedan ser servidores públicos quienes tengan bienes o capitales en paraísos fiscales, cuando tuvieron nueve años para tramitar una simple y elemental reforma a la Ley Orgánica de Servicio Público. En medio de la crisis más despilfarro.
Para rematar esta situación de descomposición moral y ética, el régimen arremete contra una organización defensora de los derechos de la naturaleza y de los pueblos ancestrales como es Acción Ecológica, al más puro estilo de un gendarme de los intereses de los megamineros chinos, todo lo cual evidencia la decadencia de un gobierno que culmina su gestión en contradicción con sus postulados políticos iniciales. Del progresismo al neoliberalismo.
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