viernes, 9 de diciembre de 2016

Carreteras y libertad



Publicado el 2016/12/09 por AGN
[Hernán Abad Rodas]
Hace pocos días en una reunión medico social con un grupo de colegas, algunos de ellos fieles devotos de la “revolución ciudadana”, me manifestaron que: mi antipatía al actual gobierno es lo que me impulsa a desconocer sus obras y a criticar su forma de gobernar.
Respondí a tan simplista visión, señalando que mis críticas no tienen de ninguna manera un carácter visceral, tampoco se dirigen a la obra realizada en vialidad, educación y salud, gracias a la abundancia de recursos con que ha contado el partido gobernante y su fundador, aunque las condiciones del financiamiento, sean todo un misterio “gozoso” para algunos de los beneficiados de la ejecución de la obra pública; sino mi crítica va dirigida al autoritarismo, la forma de gobernar y a la política económica de un gobierno populista del siglo XXI.
Al recorrer algunas provincias, en verdad podemos constatar el buen estado de las vías, y la calidad de las rutas en su mayoría; nada que no sean elogios. Igual habrá que decir en lo que hace referencia a escuelas y colegios del milenio; los mismo sobre los centros de salud y hospitales cuyos servicios han mejorado.
Pero hay que repetir una y mil veces que esos meritorios adelantos no valen como argumentos para justificar las falencias en lo relativo al respeto a los ciudadanos y la sujeción a la norma del derecho.
Considero que es malo que un gobierno trate de ocultar sus abusos y su autoritarismo exhibiendo la obra pública realizada. Creo que la obra pública, por eficiente que sea, no vale como moneda para comprar el silencio de quienes defienden libertades y derechos.
Confieso que, yo soy uno de aquellos que no aceptan ni aceptarán nunca canjear libertades por carreteras. Un jefe de Estado empeñado en fortalecer la gobernabilidad puede emplear su autoridad para hacer obra pública, pero no para en algunas ocasiones ofender, herir, o menospreciar a los ciudadanos que no comulgan con sus ideas.
Me pregunto: ¿Libertad supremo valor humano, por qué gimes a través de los valles de nuestro Ecuador?, los árboles se hacen eco de tus quejumbres. En invierno quiebras nuestras cadenas y toda la naturaleza se revela contigo.
Libertad, sabemos que en verano aún débil y sin fuerzas te sacudes de la modorra invernal, y en tu leve rebullir en un futuro cercano comenzarán a despertar de su letargo los campos.
Libertad, por qué te has escondido tras el velo del temor y del silencio, como si te hubieras muerto, agobiada por los rayos del sol, y los dardos de le verde canícula política. En los oídos de la rosa susurras un secreto cuyo significado ella capta; frecuentemente está entristecida, pero luego se alborota y regocija. Lo mismo hace Dios con el alma del hombre justo, sabio, valiente y honesto, que se niega a vivir bajo las cadenas del populismo autoritario, la ignorancia y la esclavitud.
Dios nos ha concedido un espíritu con alas, para que surquemos firmemente el espacio del amor, la justicia y la libertad. ¿No es, por tanto, una esclavitud, que el autoritarismo continúe arrancando las alas con leyes, decretos, y tengamos después que seguir arrastrarnos como insectos sobre al tierra a la que algunos gobernantes Bolivarianos alérgicos a la democracia llaman “Patria altiva y soberana”?.
Amable lector en las elecciones que se avecinan, medite a consciencia su voto, para que no cambie su libertad y dignidad por MISTERIOSAS carreteras. (O)

No hay comentarios:

Publicar un comentario