miércoles, 2 de septiembre de 2015

Profunda consternación de la Directora General de la UNESCO por la destrucción del Templo de Bel, en Palmira

© Anton IvanovBel Temple, Palmyra, Syria

La Directora General de la UNESCO, Irina Bokova, expresó hoy su profunda consternación al condenar la destrucción del templo de Bel, en Palmira (Siria), que por su concepción única era uno de los monumentos religiosos más importantes del siglo I en Oriente.

"La destrucción de Palmira es un crimen intolerable contra la civilización, pero nunca borrará los 4.500 años de historia de Siria”, declaró la Directora General. “Es fundamental explicar la historia y el significado de los templos de Palmira. Quien la haya visto guardará para siempre el recuerdo de una ciudad que lleva en sí la dignidad de todo el pueblo sirio y encarna las más altas aspiraciones de la humanidad”, añadió Bokova. “Cada uno de los ataques recientes nos insta a compartir todavía más el patrimonio de la humanidad, en los museos, las escuelas, la prensa, el hogar… Ese es el sentido de las iniciativas tomadas en el mundo entero por la UNESCO y por numerosos ciudadanos de todas las nacionalidades, religiones y orígenes y muy particularmente en el mundo árabe y musulmán. La energía de la cultura es más fuerte que todos los fanatismos y nada podrá sofocarla”.
Frente a este nuevo crimen de guerra, la UNESCO reafirma su determinación a continuar protegiendo lo que todavía pueda salvarse, a combatir sin descanso el tráfico ilícito de objetos culturales y a documentar el estado de los monumentos. La Organización se compromete también a fomentar el contacto entre los expertos sirios y del mundo que tratan de transmitir este patrimonio a las futuras generaciones utilizando los medios de la tecnología moderna.
Según información de testigos oculares confirmada por imágenes satelitales de la agencia UNOSAT, el templo de Bel, en Palmira, uno de los monumentos más emblemáticos de este sitio del patrimonio mundial, fue destruido con explosivos el pasado 30 de agosto. El templo de Bel era uno de los mejor conservados e imponentes de Palmira, exponente de la síntesis entre el Medio Oriente antiguo y la arquitectura grecorromana visible en sus techados esculpidos, en su podio monumental y sus frisos en relieve que narran la historia de la ciudad y representan caravanas de dromedarios y constelaciones astrales. El gran templo de Bel es uno de los monumentos religiosos más importantes del siglo I en Oriente por su concepción única. El tratamiento de la escultura y el grabado del arco monumental por el que se penetra en la ciudad desde el gran templo es un ejemplo excepcional del arte de Palmira.

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