jueves, 10 de septiembre de 2015

LA “GUARIDA” DE JORGE GLAS VIEJÓ




JORGE GLAS VIEJÓ, PADRE DEL VICEPRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, FUE SENTENCIADO EN SEPTIEMBRE DE 2014 A 20 AÑOS DE CÁRCEL POR VIOLACIÓN, PERO LA PENA IMPUESTA LA CUMPLE EN EL HOSPITAL DE LA POLICÍA, EN GUAYAQUIL. AUNQUE SU HIJO, JORGE GLAS ESPINEL, HA NEGADO CUALQUIER CERCANÍA O INFLUENCIA DE SU PARTE, SU PADRE RESULTA SER UN PRIVILEGIADO, PUES NINGÚN OTRO REO TIENE LA VENTAJA DE SER ATENDIDO EN ESE MISMO CENTRO DE SALUD.
LOS ABOGADOS QUE LO ACUSARON Y LOGRARON SU CONDENA, SIGUEN RECLAMANDO POR ESE TRATO ESPECIAL, MIENTRAS NADIE DEL GOBIERNO SALE A DAR UNA EXPLICACIÓN.

En el hospital de la Policía de Guayaquil está internado, desde hace más de un año, un paciente del que resulta incómodo hablar para el personal que allí labora. Nadie quiere dar detalles de su estado de salud, de las visitas que recibe, de la habitación en la que se encuentra.
Este paciente tiene una sentencia condenatoria de 20 años de cárcel por violar una niña y es el único culpable de un delito de esta naturaleza que cumple su detención en esta casa de salud. ¿Por orden de quién? Tampoco se sabe.
Normalmente, cuando los reos tienen quebrantos de salud, son enviados desde la cárcel donde cumplen su condena al hospital Abel Gilbert Pontón, ubicado en el suburbio de la ciudad. Este enfermo es el único condenado en el hospital de la Policía, con el detalle que no fue enviado desde ninguna cárcel. De hecho, el sentenciado por violación no ha pisado una cárcel.

 Este paciente tiene una sentencia condenatoria de 20 años de cárcel por violar una niña y es el único culpable de un delito de esta naturaleza que cumple su detención en esta casa de salud. ¿Por orden de quién? Tampoco se sabe.
IMG_0014-WJorge Heriberto Glas Viejó, padre del vicepresidente de la República, Jorge Glas Espinel, sigue cumpliendo en el hospital de la Policía de Guayaquil, una sentencia de 20 años de cárcel por haber violado, en reiteradas ocasiones, a una menor de 13 años, quien estudiaba en la escuela de la que Glas era el propietario y director. La menor quedó embarazada y ahora es madre de un niño de cinco años.
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El Vicepresidente negó cualquier tipo de relación con su padre. Aseguró que abandonó a su familia cuando él y sus hermanos eran niños.
Su hijo, el vicepresidente, ha dicho que no tiene ninguna relación con su padre, a quien no ve desde su infancia. Que no ha existido ninguna influencia en este caso para impedir que la justicia cumpla su trabajo.
Su hijo, el vicepresidente, ha dicho que no tiene ninguna relación con su padre, a quien no ve desde su infancia. Que no ha existido ninguna influencia en este caso para impedir que la justicia cumpla su trabajo. Que nadie del gobierno ha movido un dedo para concederle ningún privilegio.
Glas Viejó tiene 76 años y algunos quebrantos de salud que no los padeció durante su permanencia como prófugo en Paraguay, país al que huyó -después de un periplo por Brasil, Estados Unidos y Argentina– para evadir la orden de prisiónglas
Glas Viejó tiene 76 años y algunos quebrantos de salud que no los padeció durante su permanencia como prófugo en Paraguay, país al que huyó -después de un periplo por Brasil, Estados Unidos y Argentina– para evadir la orden de prisión, dictada en Ecuador en septiembre de 2011.
En Asunción, realizaba actividades normales y hasta intentó replicar su faceta de profesor de Inglés, con otros niños.
El portal de periodismo lahistoria.ec realizó un reportaje desde Paraguay, respecto a la estadía de Glas Viejó en ese país. Este es un extracto:
¿Qué hace que un adulto mayor de apariencia cortés y solvencia económica se instale en un populoso sector ubicado a 5.000 kilómetros de su lugar de origen? La pregunta se la hizo una sencilla familia del barrio Nuestra Señora de Asunción de la capital paraguaya, cuando un ecuatoriano tocó a su puerta para alquilar una pieza a razón de 400.000 guaraníes mensuales (unos $­80).
La respuesta los dejó en shock. El inquilino, que se presentó como un maestro retirado, no tardó en acoplarse a la familia y ganarse la devoción de los más pequeños, que comenzaron a guardar su mesada para hacerle obsequios. Era su manera de corresponder a las reiteradas atenciones del profe Jorge, como le decían cariñosamente. “La nena le dibujaba: Jorge te quiero, Jorge sos el mejor profe, Jorge te adoro”, recuerda la madre.
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Una de las casas donde vivió Glas Viejó durante su paso por el barrio de la periferia de Asunción. Foto del portal lahistoria.ec
Todos los días, al caer la noche, la sala de la modesta vivienda se convertía en un salón de clases, donde el nuevo integrante dictaba lecciones gratuitas de inglés a los niños de la casa de 10 y 11 años, y a dos vecinitos de edades similares. El más pequeño e inquieto del hogar, de 5 años, se les unía eventualmente atraído por los dulces, galletitas, gaseosas y leches chocolatadas que el maestro les compraba; además de la merienda, que tomaban todos juntos al final de la clase.
“Les ayudó muchísimo, tenían absoluto 5 (sobresaliente) en inglés”, recuerda la arrendataria y abuela de tres de los estudiantes. “Todo era para las criaturas, todo. A veces les compraba los útiles a mis dos niños y hasta los uniformes”, comenta la madre. “Siempre tenía mucha plata”, añade.
El profe Jorge se cambió de casa, “porque como era viejito no le gustaba bañarse con agua fría y no estaba a nuestro alcance ponerle calefón”, explica un integrante de la familia que lo acogió. Todos tenían sus ocupaciones y no podían estar a su disposición para calentarle agua en una olla, pero él justificaba sus pedidos con sus dolencias: “Es que me siento mal, mi corazón”.
Aún así, era tanto su apego por los niños que después de abandonar la casa continuó regresando diariamente para dictar sus clases hasta el día de su detención. Era 13 de mayo de 2014 y Jorge Glas Viejó, requerido por la justicia ecuatoriana por la violación de una menor de 13 años, se dirigía a sus lecciones de inglés cuando fue interceptado en frente de su vivienda por la Interpol de Paraguay.
Glas Viejó fue deportado desde Paraguay, por la situación irregular de su permanencia en ese país. Ocurrió el 14 de mayo del año pasado, cuando fue subido a un avión por el jefe de la Interpol de Paraguay, Fabio Sanabria. Las fotos que publicó del hecho el diario ABC de Asunción mostraban a un hombre anciano en buena forma física, con su cabello tinturado de negro.
Jorge Glas Viejó, al momento de su deportación, desde Paraguay, en mayo de 2014.
Jorge Glas Viejó, al momento de su deportación, desde Paraguay, en mayo de 2014.
Incluso su audiencia de juzgamiento la cumplió desde una habitación de este centro de salud, sin acudir al juzgado. Su comparecencia ocurrió mediante videoconferencia.
GV-1Ya en Guayaquil, fue conducido de inmediato hasta el hospital de la Policía y de allí no ha vuelto a salir. Incluso su audiencia de juzgamiento la cumplió desde una habitación de este centro de salud, sin acudir al juzgado. Su comparecencia ocurrió mediante videoconferencia.
El 19 de septiembre de 2014 fue condenado a 20 años de cárcel, que los empezó a cumplir en el mismo sitio en el que está desde que llegó a Ecuador: el hospital.
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Ledy Zúñiga, ministra de Justicia, no ha explicado porqué el sentenciado Glas Viejó no cumple su condena en una cárcel.
Sobre este hecho -que Glas Viejó permanezca en el hospital indefinidamente- no se han pronunciado ninguna autoridad del gobierno. Tampoco de la policía, que le brinda atención médica en su centro de salud. No ha dicho nada la ministra de Justicia, Ledy Zúñiga.
Y el ministro del Interior, José Serrano, se ha limitado a publicar en su cuenta de Twitter, que Jorge Glas Viejó “está sentenciado a 20 años y está detenido”.
Los que sí reclaman constantemente por esta situación son los abogados defensores de la menor ultrajada. Pedro Granja y Juan Vizueta lanzaron hace quince días un programa de opinión en un canal de Youtube, denominado “A la mierda la mordaza”, en el que tocaron como tema de estreno “¿Por qué no está preso Glas Viejó?”.
“Para los amigos del poder existen coronas y tratos privilegiados”, dice Granja, quien ha denunciado amenazas en su contra por la difusión de este programa. “La Cancillería del Ecuador nunca lo requirió judicialmente, nunca fue a la Interpol. Glas Viejó fue deportado porque la policía lo encontró paseando como el pavo. “Y cuando llegó a Guayaquil, lo sacaron por el área VIP del aeropuerto, usaron un doble para despistar a la prensa, lo subieron a un vehículo blindado y nunca fue siquiera esposado”, cuenta otro de los abogados acusadores, Carlos Medina. “Y este sentenciado no ha pisado un solo día las cárceles de la revolución de la justicia”, concluye Granja.
REDACCIÓN FOCUS

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