¿El caso Mameluco provocó el secuestro a Balda?
Hasta ahora, el llamado caso Mameluco ha sido tomado, más que como un hecho cierto, como una de aquellas fábulas que aparecieron al inicio del correato que con el pasar del tiempo se fueron perdiendo en el olvido por lo poco creíbles que eran. Pero también porque, en aquel entonces, la opinión pública prefería mirar a otro lado cuando aparecían historias truculentas que afectaban la imagen del todopoderoso presidente Rafael Correa. Peor suerte merecían esas historias si venían de personajes que, en ese entonces, habían sido deslegitimados y casi criminalizados por el aparato de propaganda del correísmo, como Galo Lara y Fernando Balda quienes siempre hicieron bulla por el este supuesto caso de acoso sexual de Correa.
La denuncia hecha por un ciudadano que aseguraba que Correa lo acosó sexualmente cuando le había ido a visitar a Carondelet para que le entregue dinero, siempre ha sonado como un chisme morboso y perverso, de esos que solo se cuentan en los grupos de amigotes pero que nunca es tomado en cuenta como una noticia lo suficientemente seria como para que los medios la reproduzcan.
Pero todo cambió el miércoles 27 de junio cuando el actual el fiscal Paúl Pérez Reina anunció el inicio de una indagación fiscal para establecer si aquella historia es cierta o no. El fiscal piensa que investigando el caso Mameluco se podría entender si es cierta o no la versión según la cual el odio de Correa hacia Balda se originó en el hecho de que éste había denunciado el caso en redes sociales. El fiscal, en efecto, ha pedido que se localice a Xavier Andrés Herrería Ramírez, el autor de la demanda, para que vaya a declarar en la Fiscalía.
Herrería Ramírez hizo en el 2011 una denuncia que, si no fuera porque la presentó a la Fiscalía y luego pasó a la administración de justicia donde fue archivada por pedido del entonces fiscal Galo Chiriboga, seguramente nadie se hubiera enterado de ella. El fiscal Pérez Reina quiere saber qué tan cierto es ese episodio, luego de escuchar testimonios dentro de las investigaciones sobre el secuestro a Fernando Balda que dicen que la animadversión de Correa por Balda, e incluso por el ex asambleísta Galo Lara, actualmente preso, se debe a que ellos publicitaban la historia en redes sociales y medios.
En su denuncia, Herrería Ramírez, relata una historia que luce inconcebible. Dice que el 6 de octubre del 2011 fue hasta Carondelet para ver si el presidente Correa le entrega la suma de 300 000 dólares que le había ofrecido en compensación por todo lo que había sufrido luego de la sublevación policial del 30 de septiembre del 2010. Cuando le hicieron pasar a un despacho, sostiene en la denuncia, donde supuestamente se iba a producir la entrega del dinero pactado, el entonces presidente le pidió que se quitara la ropa para verificar que no llevaba cámaras ni grabadoras. Fue entonces que, dice Herrería, el presidente se abalanzó sobre él. Herrería abandonó de inmediato el palacio presidencial, de acuerdo a la versión que dio a la Fiscalía.
La historia plasmada en la denuncia tiene elementos que la hacen poco creíble. Por ejemplo, el denunciante dice que fue a cobrar ese dinero que, sostiene, Correa tenía que haber recibido del diario El Universo por el juicio que el ex presidente siguió en su contra. En realidad Correa nunca recibió el dinero de El Universo puesto que perdonó el pago de 40 millones de dólares al que sus jueces lo habían condenado. Al final de la denuncia, Herrería asegura que le amenazó a Correa con denunciarlo y que éste le contestó diciéndolo que le haría desaparecer como a los hermanos Restrepo.
La denuncia fue hallada en los archivos de la Fiscalía por el asambleísta Galo Lara quien la hizo pública en una rueda de prensa que los medios no recogieron. El tema quedó luego ignorado y Fernando Balda lo mencionó en su blog. De hecho hizo algunas menciones al tema, lo que en versión del agente Raúl Chicaiza, uno de los organizadores de su secuestro, motivó que Correa ordenara su secuestro. Es por este motivo que la Fiscalía está interesada en el tema.
Lo curioso del llamado caso Mameluco es que su protagonista, Xavier Andrés Herrería Ramírez, también fue protagonista de uno de los más ridículos episodios del juicio en contra del mayor Fidel Araujo, acusado por Correa de querer asesinarlo durante el 30S. En efecto, pocos meses antes del supuesto incidente de acoso sexual, Herrería fue pieza clave en la alucinante versión de Correa según la cual el mayor Fidel Araujo quiso asesinarlo con una cámara de fotografía a la que se le había adaptado una pistola. Herrería fue el testigo protegido que dijo que Araujo le había querido pagar 5 000 dólares para que, durante los incidentes de esa sublevación policial, le tomara unas fotos al Presidente con la sui géneris cámara. Según Herrería, Araujo le pidió que le tome una foto al Presidente para lo cual le entregaría la cámara-pistola y una credencial de prensa para que ingrese a la habitación en la que estaba el mandatario. “Cuando vi en la cámara un mango de pistola estaba tapado, cogí, me regresé y la tiré en los pies y salí corriendo. Me siguieron dos policías y me dijeron que me largue del Regimiento. Entonces me fui del lugar”, dijo Herrería en su testimonio contra Araujo.
La versión de Herrería era el sostén para la tesis que Rafael Correa mantuvo sobre aquel episodio en la que aseguraba que lo habían querido asesinar. En una entrevista a la Agencia Francesa de Prensa anunció que había un testigo protegido que había declarado que la intención de Araujo era asesinarlo. “(…) La mano derecha de Lucio Gutiérrez, Fidel Araujo, en el Regimiento Quito Nº 1, primero dijo que fue a visitar a su mamacita, luego que fue a apoyar la protesta y resulta que todo el tiempo estuvo hablando por celular y con chaleco antibalas. Ya tenemos un testigo de cómo quiso pagarle para que dispare contra el Presidente, un testigo que ya dio su testimonio con firma y todo”. La misma cosa dijo también a la cadena colombiana NTN24. Tres semanas luego del 30-S, Correa insistió en el tema: “Ya tenemos un testigo de cómo quiso pagarle para que dispare contra el Presidente, un testigo que ya dio su testimonio con firma y todo”, dijo en la sabatina del 23 de octubre del 2010.
La versión de Herrería se destruyó muy pronto. En un careo, el abogado de Araujo, Édgar Pavón, le enseñó la fotografía de Araujo y le preguntó si lo conocía. No, respondió. Al poco tiempo, al percatarse de que su versión no iba a ser considerada en el proceso pues no podía sostenerla, se retractó y cambió el relato. En su segunda declaración, receptada el miércoles 27 del 2010, el “testigo protegido” cayó en nuevas contradicciones, registradiario El Comercio. Ante una pregunta del fiscal del caso, José Miguel Jiménez, sobre si conocía a Araujo, el testigo señaló: “Nunca lo he visto, ahorita con las noticias lo he visto en televisión”.
Que Herrería haya elaborado una tesis tan absurda y alucinada sobre la supuesta intención de Araujo de asesinar al Presidente hace que la credibilidad sobre lo que puso en su demanda sobre el supuesto acoso sexual de Correa sea muy baja. Sin embargo, hay interrogantes que surgen de su participación en el juicio a Araujo como testigo protegido. ¿Fue suya la idea de ir a sostener la historia de la cámara provista de balas o alguien que estaba apuntalando la versión de Correa se la hizo decir en la Fiscalía?
El relato de Herrería sirvió, en todo caso, como uno de los argumentos que usaron Correa y algunos de sus funcionarios, para que Araujo permaneciera preso. El mayor del Ejército estuvo preso seis meses sin que se le haya probado nada sobre su supuesto plan de asesinar a Correa ni de su supuesta intención de auspiciar la sublevación policial para ejecutar un golpe de Estado. Luego de seis meses, fue declarado inocente y Correa nunca más habló sobre el tema.
Ahora la Fiscalía ha puesto nuevamente en escena al caso Mameluco. La defensa de Balda sostiene que ahí podría explicarse el origen de la decisión de hacer el secuestro en Bogotá mientras que la defensa de Galo Lara, preso en Latacunga y acusado de asesinato, sostiene que ahí también puede estar la razón de la persecución que, según ellos, sufrió el ex asambleísta por parte del correato. Quizá también se podría agregar que a través de Herrería se podría saber quien orquestó la perversa teoría con la que se le privó a Araujo de seis meses de su libertad.
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