OPINIÓN
El calvario de nuestro señor Presidente
Domingo, 5 de Abril de 2015
Todo comenzó con unos tuits que puso en su cuenta el mandatario el domingo 29 de marzo: “De un domingo al viernes, las mismas manos que batían palmas recibiendo a Jesús como rey, pedían su crucifixión por… ¡creerse rey! Manipulados por los hacedores de ‘opinión pública’, los sumos sacerdotes, no dudaron en pedir la liberación del criminal y la muerte del inocente. No faltó el traidor que se vendió por unas monedas ni el amigo que se acobardó. Tampoco faltó el gran ‘estadista’ que logró evitar la revuelta, calmar la ‘protesta social’ y a los poderes fácticos, sacrificando tan solo a un inocente.”
El antecedente, otro tuit del 2 de abril de 2012: “Para los cristianos, esta es la Semana Mayor, y la Pascua de Resurrección la fiesta más importante. Siempre me ha fascinado la naturaleza humana y la sicología colectiva, tan bien representadas en la Pasión. Las mismas manos que cinco días antes recibían al Cristo con palmas, eran las que pedían ahora su crucifixión, y que suelten a un asesino. Todo manipulado por los Sumos Sacerdotes, ¡con un Pilatos lavándose las manos! Pilatos probablemente después fue condecorado en Roma por haber manejado tan “profesionalmente” una situación tan complicada.
Finalmente solo murió uno, ¡y pudieron ser cientos! ¡La historia de la humanidad! ...Uds. pueden estar seguros que nosotros nunca nos lavaremos las manos ante la injusticia, ¡cueste lo que cueste!”.
El personaje con quien se compara el Presidente es nada menos que Nuestro Señor Jesucristo. Los “hacedores de la opinión pública” (sacerdotes) que manipularon a la gente para que pida la crucifixión de Jesús y la liberación de Barrabás, serían como “la prensa corrupta”, a la que tanto ataca el mandatario. No faltan tampoco los traidores que se vendieron por unas monedas. ¿Habla el Presidente de quienes no son parte de su minúsculo grupo de toma de decisiones? ¿Los que se dieron cuenta que la revolución perdió el rumbo? A lo anterior se agrega una serie de burlas y chascos publicados en las redes sociales bajo la tendencia #AlabadoSeasMashi, que publican desde montajes fotográficos de una última cena presidencial, el Padrenuestro y las bienaventuranzas, adaptados al léxico de la revolución ciudadana. Tras el episodio de John Oliver y de Crudo Ecuador, se anunció la “madre de las batallas”, “la guerra de los trolls”. El episodio informático presidencial del fin de la Cuaresma en Twitter nos muestra un gobierno confundido y ambiguo, que no distingue lo humano de lo sacrílego y profano. |
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