viernes, 24 de abril de 2015

El género, los 20 centavos y la felicidad: el tres en uno del enlace 417
Mientras el debate por los derechos no sea total, será dudoso. No se puede hablar de un Estado que garantice los derechos de su población si esos derechos se promueven selectivamente y según la agenda del momento: este sí, este no. No se puede hablar de derechos plenos cuando se deslegitima a los sectores de la sociedad civil que demandan derechos. Se nos tacha de minorías, como si las minorías no tuvieran valor, como si se gobernara sólo para las mayorías aquiescentes con el gobierno.
21 de abril del 2015
POR: Cristina Burneo Salazar

Hoy, martes 21 de abril, se debate la despenalización de aborto por violación en el Perú. En Perú, hay debate. Este mismo mes, la Asociación Latinoamericana de Medicina Social firma en Chile unpronunciamiento acerca de la despenalización del aborto, refiriéndose a “la propuesta del Ejecutivo, (que) incorpora la despenalización del aborto en tres causales: peligro inminente o diferido de vida de la madre, inviabilidad postparto del feto y violación”. En Chile, hay debate, y lo propone el ejecutivo. En Ecuador, el debate fue prohibido en octubre de 2013 por el Presidente de la República.
Pero no estamos tan mal.
1
Ganamos un premio mundial en equidad de género por la presencia de las mujeres en la política. Lo recibió Ximena Ponce, quien nos contó en la sabatina del 28 de marzo: “Suecia y Ecuador recibieron galardones en la misma categoría”. Si estamos al nivel de Suecia, estamos bien. Eso lo sabe el Presidente, quien dice ese día: “Que nadie se engañe, la equidad de género es por la Revolución Ciudadana”. Somos unos pendejos, que no lo vemos. Que no se engañe nadie, porque Correa, en materia de conciencia de género, ha hecho sus pinitos, y dice: “Soy objetor de conciencia respecto a los certámenes de belleza”. Lo de las minifaldas de las funcionarias, lo de gorditas horrorosas, mulatas de regalo, ponerse a cantar en lugar de escuchar a una funcionaria, han sido un pequeño lapsus.
2
En esa misma sabatina, Correa anuncia lo de los veinte centavos. El Estado no garantizará más su 40% para el IESS. Eso significa que, cada vez más, los costos de la seguridad social y el garantizarse la comida en la vejez quedarán a cargo de los mismos trabajadores. Cada vez más, el mismo Estado que cobra impuestos y usa la fuerza de trabajo de su población, la dejará a la deriva en materia de pensiones. Para contrarrestar este malestar, se anuncia en esa sabatina que 1'400.000 amas de casa serán incorporadas a la seguridad social. ¿Eso incluiría cobertura de salud? ¿Cuántas aportaciones necesitarían las amas de casa para recibir sus pensiones? Si el IESS se cae, ¿para qué empezar a aportar voluntariamente? El discurso del reconocimiento al trabajo no remunerado de las mujeres se usa como atenuante del 40% y de la deuda ficticia. Es obvio que hay que reconocer el trabajo de las amas de casa, a las que se piensa como económicamente inactivas, cuando en realidad están sosteniendo todo un sistema económico. Pero no se puede usar los derechos económicos de las mujeres como parapeto para desconocer las obligaciones del Estado con la seguridad social. Una vez más, el género se usa como comodín para justificar la arbitrariedad y la falta total de compromiso con las promesas del pasado.
Ese premio mundial es realmente muy cuestionable, y es dudoso ver cómo se promociona el aporte voluntario de las amas de casa al IESS. No hay coherencia cuando el Estado habla de derechos de las mujeres. Se les otorga unos de manera vertical, pero se les niega otros que son fundamentales.
Mientras el debate por los derechos no sea total, será dudoso. No se puede hablar de un Estado que garantice los derechos de su población si esos derechos se promueven selectivamente y según la agenda del momento: este sí, este no. No se puede hablar de derechos plenos cuando se deslegitima a los sectores de la sociedad civil que demandan derechos. Se nos tacha de minorías, como si las minorías no tuvieran valor, como si se gobernara sólo para las mayorías aquiescentes con el gobierno.
3
Luego del bombazo del IESS, Correa decide volver sobre el ENIPLA, que califica como “una campaña de una minoría marginal” en donde “se infiltró gente que no cumplía con las políticas nacionales”. Se refiere a una “agenda abortista y gay”. Que se piense un plan nacional de educación sexual como una agenda de infiltrados es preocupante porque, en el fondo, resuena una interpretación paranoica de la realidad; ni de lejos se ve el trabajo fundamentado y serio de ENIPLA. “¿Ese es el país que quieren?, pregunta Correa tras haber acusado a las personas responsables de ENIPLA de abortistas y gais. Sí, esos dos calificativos son una acusación.
Las personas por la despenalización del aborto y las personas homosexuales no nos pueden imponer su modo de vida, dice. En eso tiene razón. La homosexualidad no es una enfermedad que se contagia, no es una mala influencia. No se impone, se vive. Por otro lado, la convicción de que se pueda tomar la decisión de interrumpir un embarazo no deseado es una decisión personal, sostenida por la conciencia individual. Son formas de vida y formas de pensar que no se imponen, que se eligen y que merecen coexistir con otras formas de pensar. Así como estas formas no se imponen, así no se pueden imponer las otras, las que el Estado pretende obligarnos a acatar. Por otro lado, es desconcertante que en esa sabatina Correa se distancie de los “curuchupas”, grupos ultraconservadores a quienes acusa de haberlo acusado. Sí, así. Los acusa de haber calificado como abortista la Constitución; de que repartieron imágenes de fetos ensangrentados afuera de las iglesias; de que “14 millones” atacó al gobierno luego de que normaran la comercialización de la píldora del día después... Correa acusa de que se le acusa de ser cercano al Opus Dei.
Y dice trabajar por la sexualidad de los jóvenes a pesar de esos grupos, no con ellos. Entonces, ¿el Plan Familia va a ir más allá de la abstinencia y los valores, que hasta ahora no nos dicen cuáles son, para erradicar la violencia sexual, el embarazo adolescente, los abortos clandestinos? ¿Y el lóbulo frontal no desarrollado dónde queda? Porque, y esto es en el mismo enlace, al hablar de educación sobre drogas, Correa emite una opinión más moderada: “Cuando a un adolescente se le dice que no haga algo, va y lo hace”, mejor hay que enseñarles, darles la información a los jóvenes, tener consejerías estudiantiles en los colegios. En materia de drogas, los jóvenes pueden recibir más información, pero en materia de sexo, no. ¿El lóbulo frontal se desarrolla más para unas cosas que para otras?
La sabatina también nos manda un mensaje de amor. Somos el segundo país más feliz del mundo. Seamos felices. Pero no tan felices. Porque “la felicidad extrema es cercana a la inconciencia”, dice el presidente. Seamos curuchupas, pero no tan curuchupas. Seamos felices, pero no tan felices. Digamos una cosa como decimos la otra.

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