EL GOBIERNO DE RAFAEL CORREA NO CONSIGUE DESACTIVAR LAS PROTESTAS EN LAS CALLES DEL PAÍS. YA NO SE TRATA ÚNICAMENTE DE LOS PROYECTOS DE HERENCIAS Y PLUSVALÍAS, RETIRADOS TEMPORALMENTE, SINO DEL CANSANCIO DE UNA FORMA DE GOBERNAR. LA PROTESTA CIUDADANA VA CRECIENDO Y HA GANADO TERRENO EN ESPACIOS QUE ANTES ESTABAN BAJO CONTROL OFICIAL. LA AGENDA ELECTORALISTA QUIERE ACOMODARSE A UNA PROTESTA QUE LOS RECHAZA.
EL GOLPE QUE SOLO SE VIO EN EL INTERIOR DE UN MINISTRO
El aeropuerto de Tababela en el que aterrizará el Papa Francisco este domingo 5 de julio pudo haber estado en poder de la oposición. Ese fue uno de los escenarios que pintó, con toda seriedad, el ministro del Interior José Serrano el pasado miércoles al revelar un supuesto plan de golpe de Estado, que se ejecutaría el jueves 2 de julio. Con asalto al palacio de Carondelet y todo, pasando por la toma de los aeropuertos de Quito y Guayaquil y el ataque a los puestos de frontera en Huaquillas y Rumichaca. Una operación casi de tipo insurgente-armada, planeada, según Serrano, por Andrés Páez, Lourdes Tibán, Luis Villacís y el coronel retirado Mario Pazmiño.
Pocos dieron crédito a denuncia tan grave y en las redes fue objeto de numerosas burlas con mucha creatividad.#ElGolpeDeMañana, #ElGolpeDeHoy y hasta#ElGolpeDeAyer fueron tendencia número 1 en Twitter, de acuerdo al día del supuesto hecho. Lo que sí hubo el 2 de julio fueron manifestaciones de rechazo al gobierno de Rafael Correa con varios frentes, que tuvieron como respuesta oficial una concentración de gobiernistas en la Plaza Grande. A 3 días de la llegada del Papa Francisco a un país que el presidente Rafael Correa insiste en pintar como “un paraíso”.
Banderas negras es una consigana que los autoconvocados decidieron usar como símbolo de su protesta.
SE SABE CUANDO COMENZÓ, PERO…
El ambiente comenzó a calentarse en las calles el 8 de junio y hoy por hoy, no tiene fecha de culminación; es casi como una bola de nieve que crece y pretende convertirse en una avalancha letal. La convocatoria más masiva en las calles sucedió el 25 de junio, sobre todo en Guayaquil, pero la violencia y enfrentamientos ya fueron visibles en las movilizaciones del 2 de julio. La cantidad de inconformes con el gobierno de Correa va en aumento, según las estadísticas que presenta la única encuestadora que se anima a presentar cifras en las actuales circunstancias, Cedatos. La aceptación de Correa ha bajado en el último mes 5 puntos y ahora está en el 46%.
MEDIO MILLÓN DE PERSONAS EN LAS CALLES
Pero el gobierno insiste en minimizar la protesta y la ha calificado despectivamente como la de cuatro pelagatos, o un puñado de ricos preocupados por sus bolsillos. No obstante, estas frases quedan solo en la defensa mediática de Correa, pues los medios de todo el mundo ya han reseñado lo que pasa en las calles del país. El diario El Mundo de España tituló el dia de la protesta “Ecuador sin paz, a dos días de la llegada del Papa”.
Igualmente la empresa Cedatos, mediante un análisis georeferencial, estimó que las protestas han reunido desde sus inicios a finales del mes de junio a cerca de medio millón de personas. Pero lo interesante de estas protestas es la fuerza de autoconvocatoria constante que poseen y la forma en que las redes sociales han pasado a ser gravitantes para la organización y la movilización ciudadana.
La misma empresa encuestadora ha revelado que en las marchas del último mes salieron a las calles más de 600.000 personas. Una cantidad importante como para que un gobierno subestime lo que está pasando.
TRES FORMAS DE PROTESTAR
Se puede diferenciar claramente tres tipos de protestas en las calles: las autoconvocadas de Quito, la convocada por el alcalde de Guayaquil Jaime Nebot y las montadas por el gobierno.
Las primeras tienen como característica principal ser espontáneas, se concentran generalmente en la avenida Los Shyris y pertenecen mayormente a habitantes de la zona norte de Quito; se caracterizan también por no estar lideradas por políticos y muy pocos han podido conectarse bien con ellas. Es el caso de Andrés Paéz; por el contrario, el 25 de junio, cuando arribó el alcalde Rodas, mientras la mitad de la marcha ya había emprendido el camino hacia Carondelet, la opinión estuvo dividida. Unos gritaban un tanto molestos “Ya era hora” y otros lo aceptaron de buena forma.
La marcha de Nebot, la mas gigantesca, lució mas preparada y muy al estilo del alcalde porteño. De su parte, el gobierno puso su acostumbrada nota irritante y confrontativa con unas grandes pancartas colgadas en edificios por donde pasó la marcha, cuestionando al acción del alcalde quien ripostó en su discurso, con frases duras como “Ándate al carajo con tu propuesta divisionista…”.
Las marchas del gobierno por su parte se concentran básicamente en la Plaza de la Independencia de Quito, como queriendo resguardar a su Presidente para evitar sea defenestrado al estilo de Mahuad, Bucaram o Lucio. La del 25 de junio fue improvisada, porque los marchantes críticos del régimen marcharon sorpresivamente hacia Carondelet. La del 2 de julio fue mas preparada e incluyó tarima para el consabido show presidencial, al estilo de las acostumbradas sabatinas. Los opositores han cuestionado a estos eventos oficiales porque supuestamente la gente no va espontáneamente sino que son emplaados públicos obligados a asistir o gente humilde que los “compran” por 2o dólares, una cola y un sánduche.
“Ándate al carajo con tu propuesta divisionista…”.
EL #2J Y EL INICIO DE LOS CHOQUES
El gobierno tiene varios frentes, pero insiste en quererlos agupar en uno solo, intentando consolidar su teoría de golpe de Estado. El 2 de julio se vieron, por turno, salir a las calles a indígenas, obreros, sindicalistas, médicos y ciudadanos. Más tarde, casi en la noche, los protestantes habituales a la Shyris, la clase media que se sintió ofendida por las palabras de la asambleísta oficial Gina Godoy, que lanzó un comentario ofensivo para gente que sale a protestar sin mayor ingrediente artificial que su rabia.
También estuvo uno de los convocantes y más activos actores políticos de esta época de protesta, el asambleísta Andrés Páez, quien ha sabido manejar las redes sociales para llegar con sus mensajes de rechazo al gobierno y ha conseguido un protagonismo político de tal impacto que ahora el gobierno lo pone a liderar el supuesto plan de golpe que ha denunciado.
Simpatizantes a Correa se congregaron en la Plaza Grande
¿Cómo reaccionó el gobierno esta vez? Recurriendo a su vieja práctica de movilizar gente desde otras partes del país a Quito, porque sabe que mantener espacios en la capital resulta fundamental para un régimen desgastado que necesita presentar imágenes de que está recuperando presencia en las calles. Pero el resultado que consiguió fue pírrico: encerrarse en la Plaza Grande, blindar como una fortaleza militar al Palacio de Carondelet y pretender que su triunfo será mantener inviolable ese espacio en el que la Revolución Ciudadana armó, literalmente, una fiesta.
De manera que no faltaron en la Plaza Grande los grandes parlantes, la tarima, los músicos, los cantantes, banderas verdes y el carro repartidor de sánduches. Una fiesta, decían ellos. Aunque a dos cuadras de allí, pasaba una marcha multitudinaria que recogía voces de protesta con coros de grueso calibre.
Aunque a dos cuadras de allí, se habían formado muros de contención humanos, armados con policías blindados desde los pies a la cabeza, dispuestos a impedir filtraciones de contrarios y, más tarde, a desalojar con la fuerza bruta espacios como la Plaza Chica, solo para evitar riesgos, seguramente.
Manifestantes opositores a Correa llegan al Centro de Quito
EL GOBIERNO CONFRONTA, NO DIALOGA, MENOS CEDE
Lo que la gente demanda, en su gran mayoría, es ser escuchados. Que los personajes que están en el poder, no importa quiénes sean, escuchen lo que ellos les quieren plantear. En el caso de Correa, ese deseo normal de ciudadanos, se convierte en una utopía absurda.
La respuesta que tienen se grafica con lo que pasó en la Plaza Grande la noche del 2 de julio: mientras los demandantes gritaban y eran arrimados por los muros policiales, el presidente demostraba estar feliz y tranquilo, rodeado de un apoyo que quiere convencerse es masivo y mayoritario. Cantaba.
Con su voz ronca y desafinada hacía dúo con Ricardo Patiño y decía “que el gato que está triste y azul, nunca se olvida que fuiste mía”, una balada clásica que no tenía nada que hacer en estas circunstancias. Cantó también con Gabriela Rivadeneira, tocó la guitarra. Un esfuerzo para dejar la imagen de un gobierno relajado, un presidente que duerme bien y que no tiene una ciudad en contra.
Los fuertes parlantes del gobierno pretendían que esta música aplaque las voces de protesta, que a la Plaza Grande no lleguen los gritos de reclamo.
RODAS EN LA ENCRUCIJADA
En este escenario, el alcalde Mauricio Rodas sigue luciendo como un personaje sin ubicación. El día de las marchas del 2 de Julio, estuvo en Guayaquil, para una reunión con Jaime Nebot y Paúl Carrasco, el prefecto del Azuay. En las calles, habían quiteños que demandaban su presencia y otros que hacían notar que no era necesario. Por la tarde, se informó que el municipio -autoridad competente- no había concedido el permiso al gobierno para montar su tarima, en la que desarrollaría su show musical-político de la noche. Igual el gobierno la instaló. Y el ministro del Interior José Serrano se impuso ante los uniformados metropolitanos que hicieron algún amague de intentar cumplir la ordenanza.
Es decir, el gobierno se impuso sobre el alcalde de Quito, instaló su tarima y se tomó la plaza. De su parte, Rodas solo envió a algunos guardias metropolitanos a defender la plaza y viajó a Guayaquil a reunirse con Nebot y Carrasco. Departieron, comieron pizza, mientras el pueblo de Quito batallaba por entrar a la plaza que supuestamente el alcalde debía resguardarla. Los queiteños sienten que Rodas los está fallando y las redes no esperaron para protestar duramente contra él, con hastags pidiéndole la revocatoria y otro con la frase Quito sin Alcalde.
Mauricio Rodas el dia de la marcha comiendo pizza en Guayaquil con Nebot.
En el mano a mano de autoridad local-gobierno, el régimen se ha impuesto. En la puja política que se desarrolla en las calles, Rodas no es un protagonista y prefiere seguir los hilos que se sueltan desde Guayaquil, con el liderazgo visible de Nebot. Son ventajas que el gobierno tiene en la Capital y que se sienten en el momento en que las marchas llegan al Centro Histórico y no tienen un discurso que unifique todas sus demandas. Se dirá que, en Quito, siempre fue así y que finalmente, las revueltas en las calles no piensan demasiado en el día después.
EL 25 DE JUNIO O EL PUNTO DE QUIEBRE
Marcha 25 de Junio GuayaquilProtesta en Quito 25 de Junio
Lo del 25 de junio ha sido el tope de las expresiones de rechazo al gobierno y su líder. En las calles de Quito y Guayaquil confluyeron demandas de toda índole, que van desde leyes aprobadas hace algún tiempo -y no tuvieron en su momento el fuerte rechazo que se expresa ahora- hasta las ¿futuras? leyes de Herencias y Plusvalías que Correa sigue defendiendo con una pasión desbordada.
Se reclama por el recorte del pago del 40% del Estado a las pensiones jubilares, el traspaso de fondos privados de ahorros al Banco del IESS, el derroche estatal, la falta de libertad de expresión y las sanciones a los medios de comunicación, la captación total de los poderes del Estado que responden a la voluntad del Presidente…la lista es larga.
¿Cómo arrancó este fenómeno? Correa lo debe saber bien, ya que estuvo en las calles durante la denominada “rebelión de los forajidos”, que sacó de su cargo a Lucio Gutiérrez en abril de 2005.
En ese momento, una radio, La Luna, jugó un papel determinante, en parte gracias al actual correísta Paco Velasco, que usó el micrófono para intentar levantar a la Capital.
Hoy, las redes sociales han desplazado los medios tradicionales de contacto y se han convertido en la nueve fuente de efervescencia, que han conseguido el paso del Smartphone y ordenadores, a las calles.
Los que han sabido utilizar las modernas herramientas, en el momento oportuno, tienen puntos a favor. Uno de los primeros fue el asambleísta de CREO, Andrés Páez, quien grabó el primer video de un político rechazando de plano los proyectos de Herencias y Plusvalías, recordando, además, viejos casos polémicos del gobierno durante sus ocho años de mandato. Su difusión fue un éxito y su viralización en redes, antes del 8 de junio, aportó un ingrediente importante en los primeros ciudadanos que se animaron a ocupar la avenida de los Shyris, en Quito.
Esa misma semana, Páez estuvo en una marcha desarrollada en Guayaquil el viernes 12 de junio y el domingo 14 preparó lo que denominó el “Domingo Negro”: una caravana de vehículos que salga hasta las vías que conducen al aeropuerto de Tababela para dar la bienvenida que se merece al presidente de la República, Rafael Correa, quien regresaba de su viaje de una semana a Europa.
EL DOMINGO NEGRO
Caravana de protesta que recibió Correa el DomingoNegro, la mas grande que se ha visto en Quito y que copó gran parte de la nueva Ruta Viva.
El “Domingo Negro” fue tendencia en Twitter y ciudadanos salieron con banderas negras para intentar expresarle a Correa su rechazo, cara a cara. La noticia inicial fue que el presidente arribaría a Ecuador por la tarde, pero las horas pasaron y el momento preciso de su llegada se convirtió en un misterio. La caravana liderada por Andrés Páez fue la mas grande que se haya visto en Quito, se enfiló con banderas negras, como un gran afrenta de recibimiento negro al mandatario, sobrepasó el frío y la lluvia y prácticamente convulsionó todo el tráfico de la Ruta Viva que conduce al nuevo aeropuerto.
Finalmente, la noche llegó y el recibimiento se diluyó, aunque la sensación entre quienes se convocaron fue que consiguieron retrasar el arribo del mandatario o su aterrizaje en un aeropuerto diferente al de Quito para dejar pasar las horas, hasta que se enfríe el ambiente en la capital. La Secom diría después que Correa llegó pasada la medianoche, como estaba previsto, aunque hasta ahora no se ha informado el itinerario del avión ni su hora precisa de salida desde Italia.
La frase “Me declaro en rebeldía” fue un símbolo creado por Páez que la ciudadanía lo ha adoptado como suya.
Correa dijo que fue un acto de provocación irresponsable y que fue una caravana de autos de lujo. Páez contestó: “Tus aviones son de lujo y no los vehículos de la mas grande caravana que se haya hecho en Quito para rechazarte”.
La respuesta que se intentó dar en redes de lado oficial fue desacreditar la convocatoria del “Domingo Negro” y encerrarla en un grupo selecto de “pelucones”. Para eso utilizaron imágenes de los carros en que se movilizaron a través de las nuevas rutas que el gobierno construyó -con altos precios- para dirigirse al nuevo aeropuerto de Tababela.
Para entonces, el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, ya había convocado su protesta y puso fecha: 25 de junio. De nada le sirvió al presidente intentar desactivar, el 15 de junio, las convocatorias a las calles con su anuncio del retiro temporal de los proyectos de ley de Herencias y Plusvalías y convocar a un “gran debate nacional” sobre la inequidad en Ecuador. La mecha ya se había encendido.
El gobierno de Correa, que decidió postergar las contramarchas hasta segunda orden, adoptó la estrategia de desacreditar a Nebot para pintarlo como un líder a quien no vale la pena seguir su juego en “defensa de los ricos”. Y para eso, acudió también -y como es costumbre- al gasto de recursos públicos comunicacionales. En las radios de Guayaquil sonaba una propaganda a favor de la marcha de Nebot e inmediatamente venía después la del gobierno, pidiendo que nadie salga a las calles.
Nada le sirvió al gobierno, porque la gente salió en gran cantidad. Y será difícil que el gobierno consiga lo mismo en Guayaquil, sin tener que recurrir a los consabidos fletes de buses llenos de personas provenientes de otros cantones y provincias.
Luego vino la estrategia de intentar meter miedo, en las vísperas de la marcha, a cargo del ministro del Interior, José Serrano, quien habló de informes de Inteligencia sobre la preparación de actos de vandalismo y violencia en las manifestaciones. Finalmente, y ya para el día de los hechos, la instalación de gigantografías hasta con la imagen del Papa Francisco y sus mensajes cristianos, las más apropiadas para que calcen como anillo al dedo con el discurso de repartición de riqueza que ahora proclama Correa.
Manifestantes en el Centro de Quito.
DOS CIUDADES, DOS ESTRATEGIAS
Lo de Quito es una protesta ciudadana, que el gobierno insiste en enmarcar en las clases altas. Es parte de su error. Lo real es que en las calles de la capital no están solo los pobres, pero tampoco están solo los ricos. Salen los miembros de una clase media que no tienen nada que agradecer a las políticas de Correa y que no pertenecen al selecto grupo de millonarios que se han hecho más millonarios en el periodo de la Revolución Ciudadana. Ese conglomerado social es importante, numeroso y fuerte en la Capital y de aquello debe estar consciente Correa, quien se codeó con esos ciudadanos durante las protestas contra Lucio Gutiérrez.
Estas personas no requieren un liderazgo y por eso no han necesitado del alcalde Mauricio Rodas, ausente desde el comienzo en las protestas y limitado a protestas tibias, como poner un listón en la bandera de Quito, mientras la gente exigía respuestas firmes contra el gobierno. Enfocado más en la próxima visita del Papa Francisco, Rodas prácticamente se vio obligado a salir a la Shyris, el pasado 25 de junio, después que los quiteños vieron, casi con envidia, el discurso de ese día de Jaime Nebot en la calle 9 de Octubre. A diferencia de Quito, la población de Guayaquil se deja llevar por Jaime Nebot, quien mantiene un liderazgo indiscutido, apoyado en una estructura y experiencia en estas lides, que no se gana de la noche a la mañana.
LASSO Y SU AGENDA ELECTORALISTA
Lasso con una agenda electoral que no cuaja cuando la agenda del país es la protesta.
A un lado y golpeado por la fuerza de la convocatoria de Nebot en Guayaquil, quedó el líder del movimiento CREO, Guillermo Lasso. También quedó, de cierta forma, golpeado por el crecimiento de la figura en Quito del asambleísta Andrés Páez, quien durante estos 20 días de protestas, prefirió tomar su propia ruta. Es probable que el factor protesta esté develando la verdadera agenda que debió haber tenido la oposición, esto es cuestionar al estado actual del país y no caer en en la anticipada campaña de Lasso, cuya estrategia apunta a electoralizar la política del país con un importante y evidente apuntalamiento mediático.
Marcha en Cuenca.
LAS PROTESTAS EN TODO EL PAÍS, EN AL EXTERIOR, E INCLUSO EN LOS RESTAURANTES
Las protestas no han parado y las últimas ciudades en seguir la corriente fueron Machala, Cuenca y Loja y Tulcán, que casi a día seguido tuvieron en sus calles a miles de manifestantes para rechazar a Correa. Fuera del país también la protesta no se hizo esperar y se evidenciaron varias convocatorias en las redes.
Alexis Mera en restaurante Rincón de Francia, uno de lso mas caros de Quito y el país.
Parecería que los migrantes no están muy de acuerdo en trabajar duro fuera del país para luego tener que venir a tributar acá. Las redes se han multiplicado las expresiones de rechazo a lo que se consideran acciones incoherentes de los funcionarios de un gobierno que llama a la redistribución de la riqueza y a tener más equidad.
Por ese tema, se han divulgado las cenas de Alexis Mera en el costoso restaurante El Rincón de Francia de Quito, en el que, según versiones no confirmadas, los otros comensales hicieron sonar sus cubiertos como símbolo de protesta hasta que abandonó el local el secretario jurídico de la Presidencia.
También se han difundido fotos de Marcela Aguiñaga Viviana Bonilla comiendo en el restaurante italiano La Riviera -uno de los más caros de Guayaquil- y finalmente, el pasado lunes, el video de la Asamblea de Médicos de Pichincha, en el que se observa al auditorio lleno expulsar de la reunión al viceministro de Salud, David Acurio, obligado a abandonar el encuentro al grito masivo de “Fuera”.
La visita de Francisco le viene bien al gobierno, porque gana aire para pocos días. Después de este pequeño milagro, requerirá otro tipo de respuestas.
Marcha del 25 J llega a pocas cuadras de Carondelet
LA GOTA QUE DERRAMÓ EL VASO
El más golpeado con todo esto, obviamente, viene siendo el presidente Correa y su gobierno, a quien le sigue pasando factura la defensa a ultranza de sus proyectos de Herencias y Plusvalías. En el fondo, esta fue la última gota que cayó en un vaso que ya estaba a punto de llenarse.
La defensa oficial ha sido débil y desorientada, limitada a campañas de comunicación en defensa de los proyectos polémicos, que no despiertan mucho interés. Y en la cimentación de un discurso que llama a la lucha de clases, entre ricos y pobres, que tampoco cala en un país que no está acostumbrado a este tipo de división y al cambio abrupto de realidades por la fuerza.
Además, está el tema de la credibilidad del presidente, en caída sostenida, y la imagen de un gobierno al que le cuesta quitarse la fachada de derrochador en los buenos tiempos, que quiere pasar la factura de su descontrol ahora a los ciudadanos de clase media.
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