Los secretos del nuevo Proyecto Galileo
El Estado ecuatoriano, a través de la Secretaría de Inteligencia, aparece como cliente de la polémica empresa italiana de espionaje en internet, Hacking Team. Lo que se descubrió con ello es la puesta en marcha del Proyecto Galileo, un sistema de monitoreo de internet y redes sociales en el Ecuador. Estos son los personajes y esta es la historia.
08 de julio del 2015
REDACCIÓN PLAN V
El ojo del Gran Hermano, ese dictador de un futuro imaginado por George Orwell, ya está aquí. Aunque suene a ciencia ficción, algún oscuro funcionario puede estar leyendo lo que escribimos, o nuestro teléfono o computadora ser convertidas en zombies.
Virus como los que instala el “Sistema de control remoto Galileo” (o Da Vinci) ya pueden hacerlo. Este programa de espionaje o spyware fue creado por la empresa italiana Hacking Team (HT) para ser vendido a gobiernos permite el acceso a nuestros archivos y comunicaciones: correos, llamadas de voz por Skype, y conversaciones de chat, en computadores y teléfonos, incluyendo WhatsApp. Y sin dejar rastros.
No se vende a individuos, sino a organismos oficiales, y personalizado a la medida de sus necesidades. El paquete que compra el cliente puede ser utilizado para espiar 100 o 5000 objetivos. Una vez comprado, y terminado el entrenamiento de los espías virtuales -que toma dos semanas- el cliente pasa a ser dueño del software y a usarlo con quien y cuando quiera.
Hacking Team fue fundada por dos jóvenes programadores italianos que, en el 2003, crearon una herramienta para verificar si las redes eran seguras. Y tan buena era que la policía de Milán los terminó contratando para poder escuchar llamadas. Desde entonces no paró de crecer y extendió sus tentáculos por buena parte del mundo. Su director ejecutivo se llama David Vincenzetti, quien ahora es un hombre adinerado de 47 años.
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David Vincenzetti
Hacking Team salió del anonimato cuando el instituto universitario canadiense, Citizen Lab, los denunció públicamente. También lo hizo Wikileaks, el grupo de Julian Assange. Irónicamente, en su juventud más idealista Vincenzetti participaba en los mismos foros donde Assange y otros activistas debatían cómo el internet podía ser una herramienta de libertad para cambiar el mundo.
Hoy, los activistas de Wikileaks son enemigos declarados de la empresa. La acusan de ser la causante de que su software sea utilizado para reprimir a los activistas por derechos humanos. Citan –con pruebas- los casos de un bloguero de Emiratos Árabes golpeado y luego detenido, y de periodistas etíopes y marroquíes espiados por sus gobiernos.
Reporteros Sin Fronteras calificó a Hacking Team como uno de los “enemigos de Internet” por vender sus servicios a estados opresores.
Hacking Team tiene clientes en más de 40 países, incluyendo a la DEA y el FBI estadounidense, y también a gobiernos que no precisamente se destacan por su respeto a los derechos humanos como Arabia Saudita, Egipto, Nigeria, Kazajstán y Sudán. Apenas en marzo pasado la ONU investigó si le vendían tecnología a este último país. Lo negaron.
Sin embargo, el conocimiento ya no es patrimonio de pocos, y en el mundo de la tecnología digital existe una feroz carrera armamentista virtual. En la noche del domingo 5 de julio Hacking Team fue hackeada. Un grupo sin identificar había burlado su sistema de seguridad, descargado y subido a la red más de 400 gigabytes de información, incluyendo miles de correos electrónicos entre la empresa y sus clientes. Ahora, esa enorme información es pública y está siendo sacada a la luz por activistas del mundo entero. Coincidentemente, Julian Assange, refugiado por tres años en la embajada del Ecuador en Londres, pidió asilo al gobierno de Francia dos días del ataque cibernético que permitió conocer que HT trabajaba para el gobierno ecuatoriano.
Así, se conoció que Hacking Team prestaba sus servicios a la Secretaría de Inteligencia del Ecuador (SENAIN) y que desde mediados de junio del 2015 estaba ofreciendo sus servicios al Ministerio del Interior, presuntamente para activar una red de vigilancia de redes sociales, a través de un Centro de Monitoreo, que empezaría a funcionar en octubre del año próximo.
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