viernes, 31 de julio de 2015

¿Se convertirá Ecuador en Grecia de América Latina?



The Economist, la revista londinense, publicó en su edición de agosto el análisis: Raspando el barril:

El artículo asegura que Rafael Correa lidera, con una mezcla de modernización tecnocrática y de populismo de izquierda, un gobierno fuerte que ha durado ocho años en un país donde ninguno de sus tres predecesores completó sus términos. Una nación, dice el informe, donde se evidencia nuevos hospitales, escuelas, viviendas sociales y beneficios y becas para estudiantes y una red de carreteras muy mejorado, trabajo de la "Revolución Ciudadana”.
Sin embargo, The Economist asegura que el Régimen “se está quedando sin dinero y los ciudadanos están empezando a volverse contra él”. En junio, en la más grande de muchas protestas, alrededor de 350 000 personas salieron a las calles de Guayaquil para protestar contra los planes de imponer impuestos adicionales sobre las herencias y las ganancias de las transacciones inmobiliarias.
Las protestas, la caída en el precio del petróleo y el fortalecimiento del dólar se han combinado para frenar el crecimiento económico. Y es que, según el reporte, la economía ecuatoriana se contrajo en el primer trimestre de este año en comparación con el anterior. “Economistas independientes pronostican un crecimiento nulo o una contracción para este año y el próximo”.
El Gobierno dice estar diversificando la economía lejos de la exportación de petróleo y banano. "Se necesita tiempo", reconoce Nathalie Cely, ministra coordinadora de la producción, de acuerdo con la revista. "Ella apunta a inversiones en el procesamiento de alimentos y el turismo, y a que las plantas hidroeléctricas se inaugurarán pronto, lo que reducirá las importaciones de combustible”, agrega la publicación. Pero el motor de crecimiento ha sido público, en lugar de privado. "Si usted llena las empresas con impuestos produce falta de confianza, desaceleración económica y las empresas no invierten", dice Jaime Nebot, alcalde de Guayaquil a The Economist.
Y es que según el informe, Rafael Correa utilizó los ingresos petroleros y los préstamos chinos para erigir un estado grande, que gastó 44 % del PIB en 2013, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). De ahí que el dolor de cabeza ahora sea cómo financiar eso. A pesar de dos rondas de recortes presupuestarios, todavía hay un déficit de alrededor de 7 200 millones de dólares (o el 7 % del PIB) este año, según el Observatorio de Política Fiscal.
Aunque el volumen de la deuda pública sigue siendo baja (30 % del PIB), está aumentando rápidamente, dice el análisis. Y es que Ecuador carece no solo de moneda propia, sino también de un prestamista de última instancia. The Economist asegura que las fuentes externas de financiación se están secando. El Gobierno ha emitido 1500 millones en bonos extranjeros este año, pero con una tasa de interés del 10,5 %. Además, la administración ha introducido normas que le permiten emitir dinero electrónico y papeles del Banco Central. "Así se encuentra Grecia", advierte Abelardo Pachano, exbanquero y analista económico, a la revista londinense.
De acuerdo con el análisis, Ecuador se enfrenta a una gran prueba de su presión fiscal. “Correa sigue siendo relativamente popular y la oposición está dividida. Pero él ha perdido la clase media y las ciudades. Él está tratando de cambiar la Constitución para permitir su reelección indefinida, sin un referéndum, lo cual provocará nuevas protestas”.
De ahí que el Mandatario, a ojos de The Economist, se enfrente a una dura elección: “persistir en su apuesta por permanecer en el poder con el riesgo de ser derrocado en las calles o tragarse su orgullo, estabilizar la economía y dejar de lado su intento de reelección. Solo entonces pasará a la historia como uno de los presidentes más exitosos de Ecuador”.

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