jueves, 16 de julio de 2015

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Malos tratos en la Curia


        Son constantes las denuncias de que el trato que reciben las personas que desean hablar con Monseñor Vicente Cisneros, Arzobispo de Cuenca, deja mucho que desear pues la descortesía, la prepotencia, y la falta de buenos modales, por parte de las secretarias particulares del arzobispo, ocasionan malestar en la ciudadanía.
        Lo curioso es que las secretarias del despacho arzobispal son las propias hermanas carnales de Vicente Cisneros: Esther Amelia y María Gloria Cisneros Durán, quienes son parte de un cuestionado caso de nepotismo dentro de la Iglesia. Las Cisneros  no respetan el orden de los turnos de las audiencias que la gente solicita con el arzobispo, los ciudadanos son indagados completamente por ellas sobre el motivo que les trae al despacho arzobispal y sólo cuando consideran que ya conocen a plenitud el caso particular de cada persona, las hacen pasar al despacho. 
        La gente rechaza esta actitud de las hermanas Cisneros y cuando esto sucede, María Gloria y Amelia evitan a toda costa  las entrevistas con el arzobispo de Cuenca.
        MALTRATOS a la prensa
        Periodistas y comunicadores sociales viven iguales cosas cuando éstos solicitan entrevistas con el arzobispo, pues sus hermanas no otorgan facilidades para el cumplimiento de sus labores periodísticas. Con algunos se han dado enfrentamientos personales y el malestar crece día a día. La ciudadanía considera que Cuenca no debe ser burlada en la Curia por las hermanas Cisneros.
        ABUSOS
        Las Cisneros están acostumbradas a que ciertas personas, incluido sacerdotes, les entreguen regalos para que puedan contar con su favor y, por lo visto, las personas humildes que buscan hablar con el arzobispo son maltratadas  y reciben constantes muestras de racismo y segregación. ¿Es cristiano este actuar dañoso?.
        GASTOS onerosos
        Según denuncian gentes del interior de la misma Curia, la familia Cisneros usufructúa del poder arzobispal para deleitarse con extravagancias exageradas como el hecho de que cada año, los viajes de placer de toda la parentela de Cisneros tienen como destino, Orlando y exóticos lugares del mundo, así como otros empleados denuncian que todos los festejos de cumpleaños y aniversarios de Cisneros se celebran en lugares lujosos de Cuenca: Caballo Campana, Hostería Durán, Hotel Oro Verde. Por otro lado, en la Curia constantemente se vive en festejos de cumpleaños y aniversarios del personal, organizándose frecuentes farras cada tres meses con un exagerado gasto de dinero para estos menesteres.
        Cuando Vicente Cisneros llegó a Cuenca, se contrató un equipo de arquitectos para convertir uno de los locales de la Curia en residencia arzobispal. Se pagó por el anteproyecto y se lo archivó decidiendo después restaurar el predio
para convertirlo en un lugar comercial en donde ahora está ubicado el Instituto Sudamericano.
Se  tomó entonces otra decisión: comprar una mansión en una ciudadela privada, “Los Hornos”,  para que se convierta en residencia arzobispal. La casa en cuestión fue comprada a Beatriz Flores Zamora y fue rediseñada a gusto de la familia de Cisneros. Cuando la abogada de la Curia quiso hacer entender a Cisneros de que en la minuta de compra de la casa no era conveniente poner el elevado costo de la misma porque los impuestos se llevaría el notario y no se estila nunca poner el precio real en la escritura, Cisneros se opuso a ello manifestando que “él quería que se declarara el precio real porque le convendría tenerles de cerca al Notario y al Registrador de la propiedad”.         
A la casa es imposible acceder  pues si se pregunta por el arzobispo se niega toda información para evitar que se descubra la clase de vivienda que se ha comprado con el dinero de la Iglesia. En el mismo sector,  se denuncia que el arzobispo Cisneros tiene otra vivienda a nombre de un sobrino y cuando se indaga por él, se niega toda información sobre el prelado. ¿Por qué se oculta tanto la familia Cisneros?.  
                       La ciudadanía considera que Cuenca no debe ser burlada en la Curia por las hermanas Cisneros.

          
        La familia Cisneros consideraba que la Curia era un “sitio invivible e inhóspito” y se buscó la casa en cuestión. Según denuncias provenientes de Ambato, ciudad en la que Cisneros fue obispo por más de 30 años, allá también la gente se sorprendía de los Cisneros. Un reporte de la Registraduría de la Propiedad de dicha ciudad, entregado por el Dr. Luis Torres Carrasco, Registrador, da cuenta que en 1997 se inscribió una propiedad adjudicada a nombre de Adán, Amelia, María Gloria Cisneros Durán y Mariana Martínez Freire ante el notario Jorge Ruiz en la parroquia Matriz de Ambato. Asimismo, dicho reporte dice que solo en la década de 1990 existen los siguientes registros de bienes: No. 3281 del año 1993; No. 3845 del año 1996; No. 5362 del año 1996, No. 6253 del año 1996 a nombre de Vicente Cisneros Durán. No 2307 del año 1993; No. 693236 del año 1997 a nombre de  María Gloria Cisneros  Durán; No. 212 del año 1996; No. 230 del año 1993; No. 693236 del año 1997 a nombre de Amelia Cisneros Durán.
 En la mansión de la Curia de la ciudadela “Los Hornos”, el arzobispo Cisneros decidió construir una capilla privada a un costo de 150.000 dólares y se contrató para ello al Arq. Galo Hidalgo Carrasco. Por desavenencias de las hermanas Cisneros que consideraban que la capilla no satisfacía sus caprichos, Hidalgo fue demandado civilmente, acusado de incumplimiento del contrato, juicio en el que como los Cisneros no pudieron demostrar lo que alegaban, lo dejaron en abandono. Hidalgo considera que son las hermanas del arzobispo las que lo hacen quedar mal. También, en la Curia de Ambato consideran lo mismo de los caprichos de Amelia y María Gloria, las que conspiran contra Vicente Cisneros pues en el fondo, dicen, el prelado es una persona que procura ser tranquilo.  
        MEJORAR al futuro
        Por eso, se puede concluir que la parentela de Cisneros no mide el daño que causa al Arzobispo de Cuenca, olvidando las palabras del Evangelio: “Quien escandalizare a uno de estos pequeños, que creen en mí, mejor le sería que le colgasen del cuello una de estas piedras de molino que mueve un asno, y así fuese sumergido en el profundo del mar”. “Ay de aquellos  que causan escándalo”.  Ha llegado la hora de justipreciar hasta qué punto la labor pastoral del prelado es bien vista y apreciada por la feligresía católica del Azuay o hasta qué punto su misión ha sido atropellada a costa de su familia.

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