En un encuentro con representantes de la sociedad civil, el papa Francisco pidió este martes que las normas y los proyectos de la sociedad no promuevan la exclusión ni las represiones.
Dijo que los retos actuales necesitan la participación de todos los actores sociales.
"Las normas y las leyes, así como los proyectos de la comunidad civil, han de procurar la inclusión", comentó en la nave principal de la Iglesia San Francisco de Quito.
Consideró que solo así se podrá "dejar en el doloroso recuerdo cualquier tipo de represión, el control desmedido y la merma de libertades".
“El alcalde me entregó las llaves de la ciudad, así puedo decir que aquí en San Francisco de Quito soy de casa.”
El papa Francisco pidió que las normas y los proyectos de la sociedad civil no excluyan a nadie y abran espacios de diálogo que dejen atrás cualquier represión y falta de libertad.
En un encuentro con representantes de la sociedad civil, Francisco dijo que muchas veces las relaciones sociales y políticas se basan en la confrontación, cuando deberían basarse en valores que partan del amor, la fraternidad y el respeto mutuo.
“Si pudiéramos ver al oponente político o al vecino de casa con los mismos ojos que a los hijos, sería bueno”
En la nave principal de la iglesia de San Francisco, el sumo pontífice requirió que "las normas y las leyes, así como los proyectos de la comunidad civil, han de procurar la inclusión, abrir espacios de diálogo, de encuentro y así dejar en el doloroso recuerdo cualquier tipo de represión, el control desmedido y la merma de libertades".
Destacó que el Ecuador, como otros pueblos latinoamericanos, "experimenta hoy profundos cambios sociales y culturales, nuevos retos que requieren la participación de todos los actores sociales".
“Ecuador, junto a otros países que tienen franjas amazónicas, tiene la oportunidad para ejercer la pedagogía de una ecología integral.”
Añadió que el diálogo "es necesario, fundamental para llegar a la verdad, que no puede ser impuesta, sino buscada con sinceridad y espíritu crítico. En una democracia participativa, cada una de las fuerzas sociales, los grupos indígenas, los afro ecuatorianos, las mujeres, las agrupaciones ciudadanas y cuantos trabajan por la comunidad".
Para Francisco, la esperanza de un futuro mejor para estos países comienza por la creación de empleo y un crecimiento económico que llegue a todos, "pero no se quede en las estadísticas macroeconómicas y con un desarrollo sostenible que genere un tejido social firme y bien cohesionado".
“Nosotros hemos recibido de nuestros padres el mundo pero como un préstamo de nuestros hijos y de las generaciones futuras a las cuales lo tenemos que devolver y mejorado. Esto es gratuidad.”
A los asistentes, Jorge Bergoglio puso el ejemplo de algunos países europeos donde el desempleo juvenil se encuentra entre el 40 y el 50 por ciento.
Y citó cómo el fenómeno de los "ni-ni", estos chicos que ni estudian ni trabajan y ante la falta de trabajo caen en la adicción (de estupefacientes), en la tristeza, en la depresión, en el suicidio o se enrolan en proyectos de locura social.
“La solidaridad no consiste únicamente en dar al necesitado sino en ser responsables los unos a los otros, nadie puede quedar excluido, nadie puede quedar apartado”.
En su discurso en la Iglesia de San Francisco, el templo católico más antiguo de Latinoamérica, también instó a Ecuador y Latinoamérica a defender la Amazonía, así como a entablar un diálogo con "cada una de las fuerzas sociales, los grupos indígenas, los afroecuatorianos, las mujeres, las agrupaciones ciudadanas y cuantos trabajan por la comunidad en los servicios públicos".
De nuevo el papa, como en su discurso de llegada a Ecuador, ofreció la colaboración de la Iglesia "en la búsqueda del bien común, desde sus actividades sociales, educativas, promoviendo los valores éticos y espirituales".
“El Ecuador, como muchos pueblos latinoamericanos, experimenta profundos cambios sociales y culturales, nuevos retos que requieren la participación de todos los actores sociales.”
Francisco también habló del concepto de "la gratuidad", del que dijo "no es complemento sino requisito necesario de la justicia".
"Los bienes están destinados a todos, y aunque uno ostente su propiedad, pesa sobre ellos una hipoteca social. Se supera así el concepto económico de justicia, basado en el principio de compraventa, con el concepto de justicia social, que defiende el derecho fundamental de la persona a una vida digna", explicó.
“Las normas y las leyes así como los proyectos de la comunidad civil deben procurar la inclusión, abrir espacios de diálogo, espacios de encuentro y así dejar en el doloroso recuerdo cualquier tipo de represión, el control desmedido y la merma de libertades”.
También a Ecuador le recordó que "la explotación de los recursos naturales no debe buscar el beneficio inmediato".
Y agregó que no se puede administrar esta riqueza "sin un adecuado cuidado del medioambiente, sin una conciencia de gratuidad que brota de la contemplación del mundo creado". (I)
“En una democracia participativa cada una de las fuerzas sociales, los grupos indígenas, los afroecuatorianos, las mujeres, las agrupaciones ciudadanas y cuantos trabajen por la comunidad en los servicios públicos son protagonistas imprescindibles. En ese diálogo no son espectadores.”
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